JUEVES Ť 12 Ť JULIO Ť 2001

Ť Pide a Arizmendi "apertura" en la diócesis

Samuel Ruiz tuvo tendencias "exclusivistas": el Vaticano

Ť Investiga presunta ordenación de diaconisas

JOSE ANTONIO ROMAN

En una carta dirigida al obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, el Vaticano le recomienda "abrir la realidad diocesana a todos los componentes" de la Iglesia, a fin de que esta diócesis no se quede "encerrada" en la tendencia "exclusivista" que privó en el gobierno pastoral de su antecesor, el obispo Samuel Ruiz García.

Resultado de las investigaciones que varias congregaciones pontificias realizaron sobre la presunta ordenación de diaconisas que en su momento hicieron los obispos Samuel Ruiz y Raúl Vera -titular y coadjutor, respectivamente-, el Vaticano enumera una larga lista de "preocupaciones y sugerencias", tanto para la formación de sacerdotes y diáconos como del gobierno pastoral de la diócesis, gobernada durante 40 años por Ruiz García.

La carta, suscrita por el prefecto de la Congregación para el Culto Divino, cardenal Jorge Medina Estévez, señala que los "prelados superiores" que intervinieron en la investigación -entre ellos el prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger- están conscientes de las "graves dificultades" que enfrenta el gobierno pastoral de San Cristóbal y le expresan su apoyo y deseo de prestarle toda la ayuda necesaria para el positivo desarrollo de su ministerio como obispo.

"Sabemos que su tarea no es fácil y que requerirá tacto, firmeza y perseverancia. Le aseguramos desde ya nuestras oraciones", dice la carta dirigida al obispo Felipe Arizmendi, en la que deja entrever la mala percepción que tiene el Vaticano sobre el trabajo pastoral de su antecesor.

El 18 de enero de 2000, semanas antes de que Samuel Ruiz dejara la diócesis de San Cristóbal, concelebró con Raúl Vera una ordenación masiva de diáconos indígenas permanentes, donde presumiblemente también habían ordenado a sus esposas, lo cual está prohibido por la doctrina de la Iglesia católica. Luego de hacerse pública dicha ordenación, la Secretaría de Estado del Vaticano pidió una investigación, en la cual participaron seis de las principales congregaciones de la estructura de la curia romana.

Y, aunque se concluyó que "no aparece fundamento para poner en duda la validez" de las ordenaciones, el Vaticano hizo una lista de observaciones, como las siguientes:

-Que los obispos que ordenaron no usaron casulla como litúrgicamente es lo debido; que los candidatos al diaconado no fueron presentados por personas que eran sacerdotes; que fue un abuso la imposición de las manos sobre las cabezas de las esposas de los diáconos, creándose así confusión y ambigüedad, como si ellas hubieran sido ordenadas; que a la imposición de las manos no debe sobreponerse otro rito ni un diálogo, y que en el rito de ordenación el obispo celebrante principal es quien hace, y sólo él, la imposición de las manos.

Además, dado el gran número de diáconos indígenas permanentes -en ese momento fueron ordenados unos 400-, el Vaticano le sugiere a Arizmendi que "suspenda" tales ordenaciones por "un tiempo no breve", a fin de consolidar lo que ya existe.

La carta señala que si alguno de los diáconos indígenas no se considera apto para desempeñar el ministerio diaconal y decide solicitar su laicización, puede pedirla, con la recomendación de su obispo diocesano, a la Congregación para el Culto Divino.

En el punto cuatro de las recomendaciones de tipo doctrinal, señala la necesidad de hacer una "declaración pública" de que las esposas de los diáconos permanentes "no han recibido ninguna ordenación sacramental ni son, por lo tanto, diaconisas". Su papel es apoyar el ministerio de sus maridos y ejercer las tareas apostólicas que el obispo o el párroco les encomiende, como pueden hacerlo los demás laicos.

Asimismo, ante el "reducido" número de sacerdotes originarios de San Cristóbal de las Casas ordenados en los últimos 40 años, el Vaticano aconseja a Arizmendi Esquivel robustecer la pastoral vocacional y el estudio del eventual establecimiento de un nuevo seminario en la diócesis.

En las investigaciones sobre los diáconos -ministro eclesiástico de grado inferior al sacerdocio- participaron las Pontificias Congregaciones para el Culto Divino, de la Doctrina para la Fe, de Educación Católica, para el Clero, para los Obispos y la Pontificia Comisión para América Latina.