Lila Downs dedica su reciente disco a aquellos que han muerto en la frontera
JAIME WHALEY
La espléndida voz de Lila Downs, artista orgullosamente oaxaqueña pero que no reniega de su raigambre sajona -su padre es oriundo de Minnesota- vuelve a escucharse en el CD La línea, en el que la cantante-antropóloga toca temas conmovedores, inspirados en la vida en la frontera, la de México y Estados Unidos desde luego, con los que intenta tejer un puente entre estas dos culturas. Lo dedica a los espíritus de aquellos que han muerto cruzando la linea.
Nacida en San Juan Mixtepec, hija de un estadunidense que se enamoró de una mujer mixteca cuando vino a filmar las migraciones de patos canadienses que vuelan hasta la península de Yucatán, Lila, en esta su tercera producción discográfica en los escasos cuatro años que tiene de haber incursionado en el terreno de las grabaciones, presenta 14 canciones (mas una de obsequio, un bolerito tradicional: Quizás, quizás) que en algo tienen que ver con la vida fronteriza, la lucha de los trabajadores migratorios y los sufrimientos y el racismo que han padecido las comunidades indígenas.
Sus dos discos anteriores, Sandunga y Arbol de la vida, fueron recibidos satisfactoriamente en ambos lados de la linea fronteriza y mas allá. Betto Arcos, un veracruzano que cruzó la línea y que se puede decir que ya la hizo como comentarista radiofónico en la KPFK de Los Angeles, señaló que los cantos de Lila, sin ser sermones o sonar muy intelectuales, reflejan la felicidad y el dolor, el amor, y hace un llamado para que quien escuche los temas recuerde que esta bien puede ser su historia personal.
Lila, que hace juegos malabares con los tímbres de su educada voz, está acompañada en este trabajo reciente por un puñado de reconocidos músicos, del que son base Celso Duarte, arpa; Chuco Mendoza, bajo; Paul Cohen, teclados; Carlos Tovar y Carlos Rivarola, percusiones; reforzado además por Ken Bassman, Gabriel Hernández, Agustín Bernal, Alfredo Pino, Aneiro Taño, Omar Aran, Memo Diaz y Rodrigo Duarte.
Acompañada por instrumentos prehispánicos y mexicanos, Lila combina las influencias del jazz, el gospel y el hip-hop con lo que en el lenguaje fronterizo se denomina cumbias (pero que no son estrictamente ritmos colombianos), creando una música poderosa en cualquier lengua.
El disco fue presentado el sábado anterior en reunión prácticamente informal, aunque no estará disponible al público hasta dentro de un mes, por razones de contrato, luego de una presentación en el Centro Nacional de las Artes el 12 de agosto a las 13:30 horas.