MIERCOLES Ť 11 Ť JULIO Ť 2001

Ť Utilizan a menores: Arce

Crece el tráfico de armas en tianguis de Iztapalapa

MARIA ESTHER IBARRA

En plena vía pública y a la luz del día, en los tianguis de la delegación Iztapalapa -Santa Cruz Meyehualco, Ejército Constitucionalista, Desarrollo Urbano Quetzalcóatl y Las Torres- se puede adquirir desde una metralleta hasta una pistola, del calibre que se quiera, por sumas desde 300 pesos.

Pero si se busca un modelo en particular, se puede encargar por catálogo o incluso se fabrica al gusto del cliente en talleres clandestinos.

El tráfico de armas se ha convertido en uno de los principales negocios ilegales en esa demarcación, lo cual consecuentemente incrementa la cifra negra de delitos. Entre éstos, los robos de autos y camiones repartidores: 13 y 80 diarios, respectivamente, en promedio.

El propio jefe delegacional de Iztapalapa, René Arce Islas, en entrevista expone el problema, que califica de gravedad extrema, y lamenta que niños y jóvenes tengan acceso al mercado negro de armas. "Ahí están los casos conocidos del estudiante de una secundaria que se suicidó de un tiro en la cabeza, y la muerte de un profesor de un plantel particular, que fue acribillado por uno de sus alumnos".

La venta ilegal de armamento, asegura, tiene varios años de haberse iniciado, sólo que ahora "implantamos una red ciudadana, con el concurso de todos los sectores sociales de la delegación, para que la gente denuncie este tipo de hechos". Al problema, dice, se suman las bandas juveniles -integradas incluso por niños de 12 años de edad- fuertemente armadas y dedicadas a delinquir. Estas, reconoce, superan en número a los efectivos policiacos. Y da algunos datos:

La demarcación tiene un policía por cada mil 500 habitantes (en otras el promedio es de uno por cada 150). Sólo hay cuatro agentes del Ministerio Público y uno del fuero federal, a pesar de ser la delegación más poblada.

"Con esa infraestructura humana y material resulta complicado combatir de manera eficaz a la delincuencia organizada y proporcionar una vigilancia preventiva adecuada a la población", señala Arce Islas, y lamenta que los traficantes de armas utilicen a menores de edad en ese negocio, aprovechando que no se les puede juzgar por ese delito.