MARTES Ť 10 Ť JULIO Ť 2001

Ť Balance de la conferencia mundial realizada en Nueva York

Durante 2001 se gastará en México 20 mdd más para atender a los enfermos de sida

Ť Washington presionó para eliminar directrices promovidas por dependencia de la ONU

JENARO VILLAMIL

nigeria_aids_healer_9psA una semana de que concluyeran los trabajos de la primera conferencia de la ONU sobre el VIH-sida, uno de los beneficios directos en México serán los 20 millones de dólares más que se destinará a los enfermos durante este año, a raíz de la firma del protocolo entre el Banco Mundial y el gobierno mexicano, en el conexto de los compromisos signados en Nueva York para aplicar un mínimo de 0.7 por ciento del PIB a la lucha contra la epidemia. Estos recursos se sumarán a los 400 millones de dólares que la institución financiera internacional ha destinado al rubro de salud en México.

De acuerdo con Carlos García de León, uno de los cuatro representantes de la sociedad civil que acudió como parte de la delegación mexicana a la conferencia internacional, 75 por ciento de estos recursos adicionales se destinará a las organizaciones no gubernamentales, se distribuirán para acciones de atención y prevención en 14 ciudades del país y se privilegiará el trabajo entre hombres que tienen sexo con otros hombres, mujeres y varones sexoservidores y usuarios de drogas intravenosas.

García de León considera un gran avance que el propio secretario mexicano de Salud, Julio Frenk, se haya comprometido a trabajar con esta población, a pesar de que en la declaración final firmada en Nueva York no se incluyeran entre los grupos vulnerables prioritarios a los hombres que tienen sexo con otros hombres y a las trabajadoras sexuales.

"Ahí prevaleció el veto del bloque de países islámicos que son más de 50 naciones, mientras que el Vaticano se deslindó al último momento de la declaración y pidió una acotación para recomendar la fidelidad y la abstinencia como únicos métodos de prevención", destacó el dirigente de Ave de México, organización dedicada a la capacitación y a la información en sexualidad y VIH-sida.

"Nos parece que ésta es una debilidad de la declaración. Al no hacerse explícitos estos sectores, impide un compromiso internacional. Se invisibiliza a estos sectores."

Por otro lado, "la gran ganancia de la conferencia es que se reconoció a la epidemia como una emergencia global. Esto es importante, porque es la primera vez que la ONU organiza una asamblea especial de todos sus miembros para abordar la epidemia. Algunas regiones podrán tomarse de la declaración para aplicar acciones especiales", explicó García de León, quien consideró que en este punto insistieron mucho naciones como Cuba, Brasil, India y República Subsahariana.

Para el especialista, el liderazgo internacional y la mayor apertura en políticas contra el VIH-sida estuvo en los países de la Comunidad Económica Europea y en el Grupo de Río, al cual pertenece México. Paradójicamente, subrayó, la representación de Estados Unidos retrocedió en muchos puntos y en otros no está de acuerdo; además, presionó diplomáticamente para que no se incluyeran en la declaración final las llamadas "Directrices Internacionales de VIH-sida", promovidas por Onusida, en las cuales se establecen diversos puntos de respeto a los derechos humanos como el trato equitativo para la mujer, el reconocimiento a las uniones entre homosexuales, la confidencialidad y otros.

Ciertamente, subrayó, "la declaración final no está como nosotros hubiéramos querido. Es una declaración débil, pero ciertamente se lograron algunos avances".

Por otro lado, se respetaron los compromisos estipulados para 2003, 2005 y 2010, entre los cuales se encuentra la reducción de 25 por ciento de las infecciones entre las poblaciones de entre 25 y 45 años.

Al describir la geopolítica del VIH-sida presente en la reunión internacional, García de León subrayó que los países más intolerantes en materia de VIH-sida fueron los musulmanes, especialmente Egipto y los gobiernos teocráticos como Irán. "El representante de Egipto, incluso, subrayó su oposición a que el texto final incluyera la referencia a los gays, porque 'mi presidente' no podía ni siquiera mencionar términos como hombres que tienen sexo con otros hombres o sexoservidoras", ejemplificó García de León.

Otro de los avances de la declaración en los que coinciden diversos participantes mexicanos fue que no se trató de un documento muy "africanizado", ya que se insistió en la diseminación de la epidemia en América Latina y el Caribe. Haití, destacó, tiene niveles de emergencia frente a la epidemia similar a la de cualquier otra nación africana.

En el caso de las repúblicas ex soviéticas, donde la diseminación de la epidemia ha sido muy intensa durante los últimos años, el especialista lamentó el hecho de que Rusia y otras naciones del bloque oriental "fueron con delegaciones muy débiles en términos de preparación técnica".

Entre las participaciones más destacadas estuvo la de la Cruz Roja Internacional, organismo que lanzó su campaña "la Cruz Roja tiene sida". Esta es la primera vez que esta institución se compromete en la batalla contra la epidemia.

García de León destacó que hasta el momento, los medicamentos genéricos no han demostrado ser bioequivalentes y biocompatibles para atender la emergencia que representa el VIH-sida. Este aspecto fue destacado por la declaración de la ONU, al igual que un tímido apoyo a los intentos e investigaciones que se desarrollan en diversos países, al margen de las grandes empresas farmacéuticas globales.

Por su parte, el director de la Clínica Condesa, la institución especializada en el Distrito Federal en la atención a personas que viven con VIH, subrayó que "no bastan los medicamentos para enfrentar eficazmente la epidemia". Aarón Rangel indicó que se requiere de "un esquema diferente de manejo, que incluya una mejor alimentación, apoyo psicológico y atención a enfermedades que se desarrollan con el uso de los fármacos como son la diabetes o la hipertensión.

Rangel, quien actualmente prepara un protocolo de atención a aproximadamente 150 personas a quienes se les dota gratuitamente de una triple terapia, destacó que, por lo menos mensualmente, un enfermo que no cuente con seguridad social y compre sus fármacos debe destinar más de 12 mil pesos tan sólo en los medicamentos.

Por ejemplo, dos inhibidores más un análogo nucleósido -medicamentos que forman parte de la triple terapia- tienen un costo promedio de 9 mil pesos mensuales, mientras que la terapia con dos análogos y un inhibidor tiene un costo de más de 12 mil pesos mensuales.

"Medicamentos sin alimentos generan problemas de gastritis", subrayó Rangel y lamentó que en la declaración de la ONU sobre el VIH-sida todavía no se enfrenta a esta epidemia con programas colectivos de salud, que incluyan apoyos psicológicos, nutricionales y "una verdadera reflexión sobre la sexualidad entre los jóvenes".