MARTES Ť 10 Ť JULIO Ť 2001

Ť Pretende que todos los mexicanos tengan acceso a servicios, ya sea públicos o privados

El gobierno federal buscará combatir la pobreza por medio de la salud: Frenk

Ť Se avecina una revisión en la asignación de recursos a las entidades en este rubro

CAROLINA GOMEZ MENA

Durante este sexenio se hará realidad la tesis que indica que la salud es "uno de los medios más efectivos para combatir la pobreza" en las naciones, señaló el titular del ramo, Julio Frenk Mora, al dar a conocer el Programa Nacional de Salud (PNS) 2001-2006.

Frenk Mora informó que cinco son los objetivos generales del programa: "mejorar la salud de los mexicanos, abatir las desigualdades en la materia, garantizar trato adecuado en los servicios públicos y privados, asegurar justicia en su financiamiento y fortalecer el sistema nacional de salud".

Durante la presentación del PNS 2001-2006, denominado La democratización de la salud en México, hacia un sistema universal, el funcionario enfatizó que la protección en este ámbito es un "derecho social inalienable", por lo que descartó que en la presente administración pudiese llegar a entenderse ésta como "una mercancía, un objeto de caridad o un privilegio".

Ante la comunidad médica nacional, dirigentes sindicales y los directores del IMSS, ISSSTE y DIF, Santiago Levy, Benjamín González Roaro y Ana Teresa Aranda, respectivamente, Frenk Mora detalló que derivadas de los propósitos mencionados, se establecerán diez líneas de acción.

Entre ellas destacan: vincular la salud con el desarrollo económico y social; reducir los rezagos en salud, que afectan a los pobres; enfrentar los problemas emergentes mediante la definición de prioridades; brindar protección financiera en materia de salud a toda la población; construir un federalismo cooperativo en el rubro, y fortalecer el papel rector de la Secretaría de Salud.

Protección financiera

En el aspecto de protección financiera la intención es fortalecer el aseguramiento y desalentar el "pago de bolsillo", y ello se logrará mediante tres vertientes: crear el seguro popular de salud, ampliar la afiliación al IMSS y reordenar y regular los seguros privados.

Se prevé que con estas tres formas todos los mexicanos tendrán acceso a la salud, por lo que en breve "el concepto de población abierta podrá ser desechado, ya que todos tendrán la categoría de derechohabientes".

El seguro popular -del cual están definidos todos los pufrenk_saukhan4ntos, pero Frenk se negó a hablar de ellos al terminar la presentación- será la base del aseguramiento nacional, y su población objetivo serán los hogares de bajos ingresos, a los cuales se les "permitirá acceder al Seguro de Salud de la Familia del IMSS mediante un subsidio escalonado, según su capacidad de pago".

Todo hace pensar que el seguro popular podría no funcionar mediante cooperativas de salud, como sugirió Frenk hace algunas semanas, y que por el contrario no sería más que una extensión del seguro de familia, pero ello no quiso ser confirmado o descartado por el funcionario.

Para que un hogar sea acreedor a este nuevo "subsidio", su identificación como de escasos recursos "se hará con base en los padrones sociales a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social", pero la encargada de coordinar todo el proceso será la Ssa, y colaborarán con esta dependencia los servicios estatales de salud y las instituciones de seguridad social (IMSS e ISSSTE).

La implantación de este nuevo esquema de aseguramiento no será inmediata, pues su avance dependerá de "la disponibilidad de recursos en los presupuestos anuales a partir del 2002". Otra limitante es la falta de infraestructura hospitalaria, según se signa en el documento entregado a los medios, por lo que nada hace prever que los problemas de salud de los más pobres puedan empezar a ser resueltos a fines de este año, como se dio a entender en repetidas ocasiones.

Pese a las evidentes limitaciones, se afirma que en el 2006 todos los mexicanos que "no cuenten con capacidad económica para adquirir un seguro médico privado o no estén afiliados a una institución de seguridad social", contarán con acceso a los servicios de salud.

Incluso se destaca que, a fines del sexenio, gracias al seguro popular los "gastos catastróficos en salud en todos los hogares no asegurados se habrán reducido en 75 por ciento", pero no explica cómo se sortearán los impedimentos.

Tal vez en el ofrecimiento que hizo durante su intervención Santiago Levy esté la clave en que se sustenta el optimismo, ya que el funcionario dijo que "la Ssa tendrá todo el apoyo del Seguro Social para sumar esfuerzos en bien de la salud de los mexicanos", y basado en cifras demostró el potencial del instituto.

"Además de participar en el Progresa, IMSS-Solidaridad proporciona un seguro de salud básico para casi 11 millones de beneficiarios, correspondientes a cerca de 820 mil familias; proporcionamos una de cada dos consultas que se otorgan en el país; disponemos de 37 por ciento de las camas hospitalarias censables; uno de cada tres niños nace en las instalaciones del instituto; nuestros médicos realizan 25 por ciento de la investigación médica nacional".

También subrayó que "dentro de las posibilidades económicas del IMSS estamos invirtiendo más recursos en equipamiento de las unidades de medicina familiar, la modernización de las prácticas administrativas, el fortalecimiento de cita previa y la capacitación del personal de atención al usuario".

El propósito, agregó, es "renovar la infraestructura de atención al público, para darle nuevo impulso al primer nivel de atención", por lo que se está instalando "equipo de cómputo y el sistema de información en las unidades de medicina familiar", pero no dijo nada acerca de la ampliación en la infraestructura de segundo y tercer niveles, a la que aparentemente tendrán acceso los reclutados por el seguro popular.

En torno a la ampliación del número de derechoahabeintes del IMSS -después de asentar que a mediados de los 90 la situación financiera del instituto era "insostenible a mediano y largo plazos", y que gracias a las modificaciones aprobadas por el Congreso de la Unión en 95 se habría empezado a superar la crisis- estableció que se llevará a cabo mediante "la promoción de los esquemas voluntarios de afiliación dirigidos a trabajadores no asalariados y a las familias con capacidad de pago".

Por lo que toca a la construcción de un federalismo cooperativo en salud, se parte de la base que se debe "lograr una distribución más equitativa de recursos, por lo que las desigualdades entre instituciones, grupos de población, niveles de atención y estados exigen la revisión de los criterios y mecanismos" de la repartición.

En el documento se asevera que la asignación de recursos en materia de salud a las entidades "sigue basada fundamentalmente en el gasto histórico, que no necesariamente refleja las necesidades de la población ni garantiza la redistribución de los dineros".

A causa de lo anterior se avecina una revisión de la asignación de recursos, ya que se afirma que de continuar con la manera actual de hacerlo, la finalidad de reducir "las diferencias entre los estados (los pobres y los más pujantes) tardará décadas en desaparecer".