MARTES Ť 10 Ť JULIO Ť 2001
Ť Repercutió en esa situación el abandono gubernamental: Patricia Ruiz Anchondo

Enfrentan unidades habitacionales un altísimo grado de deterioro social

Ť Apatía vecinal y conversión de áreas comunes en basureros, los aspectos más preocupantes

Ť Algunas fueron construidas hace más de 50 años; en ellas viven 4.5 millones de personas

RAUL LLANOS SAMANIEGO

Con más de 50 años de construidas y más de 4.5 millones de moradores, las unidades habitacionales de interés social del Distrito Federal enfrentan un "altísimo grado de deterioro social", que ha llevado también a un nivel extremo de deterioro físico.

Para la procuradora social del DF, Patricia Ruiz Anchondo, el abandono gubernamental hacia esas concentraciones humanas -a partir de la mitad de la década de los 80- repercutió de manera fundamental en ese deterioro social que se vive en la mayoría de las 5 mil unidades habitacionales que existen a lo largo y ancho de la ciudad de México.

"Los condóminos tienen un problema muy serio de apatía; no se tienen confianza entre ellos, ha habido ciertos problemas sobre todo por el manejo de cuotas de mantenimiento. Es un tema muy delicado porque en ocasiones algunos administradores o administradoras se han pasado de listos y han desaparecido el dinero y se han apropiado de espacios comunes para beneficio propio.

Poca participación de vecinos

"Todo esto ha generado mucha apatía entre los vecinos, quienes desde hace mucho tiempo no participan como debería ser en las labores de mantenimiento", afirmó la funcionaria, quien antes de mencionar las acciones emprendidas por esta administración en la materia da un diagnóstico de los principales problemas que aquejan prácticamente a todas las unidades habitacionales.

Uno de los aspectos más preocupantes de esas zonas vecinales, junto con el de la inseguridad, precisa la procuradora social, son las áreas comunes, que en el peor de los casos se han convertido en basureros, espacios para la delincuencia, zonas inseguras donde prolifera la vagancia, la delincuencia y la drogadicción.

No sólo eso, esas áreas comunes en otros casos han sido convertidas en estacionamientos donde se instalan grandes enrejados, que en caso de una situación de contingencia representan un peligro para la evacuación. En otras ocasiones, también se invaden para ampliar las viviendas hacia los jardines.

Bloqueo de bombas

Y cita un caso concreto: en la Unidad Habitacional Santa Fe tenemos el caso de una señora que amplió su sala y con eso limitó las posibilidades de que al pozo de abastecimiento de agua se le pueda dar mantenimiento, es decir, al extenderse más allá de la zona que le corresponde achicó el andador que da hacia el sistema de bombeo y por ende la máquina que le da mantenimiento ya no pasa y esa zona habitacional puede quedarse sin agua en cualquier momento.

"La señora ya construyó su casa y para evitar que le derriben la extensión que hizo se amparó y por eso se sigue un juicio en los tribunales, y esas son situaciones bastante complicadas, como el mismo tema de enrejar las calles por cuestiones de inseguridad".

Otro caso: el derribo de los muros de carga. Se tiene también antecedentes de unidades habitacionales en las cuales el morador de la casa de abajo decide modificar la estructura de su casa para ampliar una habitación y en este proceso derriba ese tipo de muros que afectan la estabilidad del inmueble. "A ellos se les hace muy fácil decir, pues quiero que la recámara se convierta en sala y entonces quitan la pared y eso afecta al edificio".

Detalló que cuando las autoridades de la Prosoc son alertados por los mismos vecinos de alguna de estas situaciones intervienen de inmediato para evitar mayor daños a esas concentraciones humanas, pero el problema es cuando se concretan las irregularidades y ya no se puede hacer mucho porque se deben seguir los canales legales.

"En este aspecto se ha logrado avanzar muy poco, pues el procedimiento administrativo es muy lento, y cuando se llega a ganar judicialmente el retiro de alguna estructura o modificación en la unidad habitacional y se va a actuar entonces la comunidad se opone y ahí la autoridad ya no puede actuar", detalló Ruiz Anchondo.

Frente al hecho de que el Distrito Federal es, por su densidad poblacional, la primera ciudad en el mundo en cuanto a gente viviendo en unidades habitacionales, es que la administración local determinó llevar a cabo diversas acciones para rescatarlas del deterioro agudo que enfrentan, pero enfocados en una idea central: "generar una cultural de la apropiación del espacio público común en beneficio de la colectividad", detalla la funcionaria capitalina.

Es decir, que la gente sepa que es propietaria de su jardín, de su centro social, de las instalaciones deportivas, que son propietarios de todas las áreas comunes, y eso puede parecer absurdo, pero es una de las labores más fuertes porque se requiere que la gente empiece a valor todo eso como de su propiedad y así lo empiece a recuperar.

Mayor presupuesto

Detalla que para este año se tiene un presupuesto de 100 millones de pesos que se repartirá entre el mayor número de unidades habitacionales ?el monto dependerá del número de viviendas que tengan? para que al interior de sus consejos de administración determinen en qué utilizar los recursos.

Los conceptos en qué utilizar ese presupuesto está definido, puede ser desde la reparación de infraestructura hidráulica, sistemas de bombeo, cisternas, tinacos, fosas, pozos, redes de agua potable, hasta escaleras, pasillos, elevadores, azoteas, fachadas, instalaciones deportivas y más.



Los apoyos a conjuntos

De las 103 unidades habitacionales que deberán recibir apoyo para el mantenimiento y regeneración de sus espacios, 18 ya hicieron uso de la inversión, establece el reporte de la Procuraduría Social del DF.

Mediante asambleas, los condóminos dedicaron recursos para reparar las cisternas, los sistemas de bombeo, la adquisición de juegos infantiles, colocación de bardas para evitar la inseguridad pública, entre otras, según indica el informe de la dependencia.

El programa de Unidades Habitacionales considera 69 mil 55 viviendas, con una población beneficiada de 276 mil 220 personas.

Se tienen asignados más de 22 millones de pesos para este primer bloque de unidades, de los cuales ya se gastaron más de 10 millones.

En algunos casos, ya se finiquitaron las obras. Es el caso de la Unidad Solidaridad, Tlatilco, La Cantera, El Hueso 83, Sierra Vista 555 Las Torres, Arroyo de Guadalupe, conjunto residencial La Escalera, El Mirador de la Estrella.

El resto de las unidades que ya utilizaron los recursos que les fueron asignados por parte del gobierno, son: Gama Gavilán, Lázaro Cárdenas, San Bartolo, Hombres de la Reforma, Juan de Dios de Peza, Zapote I, II y III, Luis Donaldo Colosio, Kennedy Sección A, Candelaria de los Patos y DIF San Lorenzo Temoaya.

Entre otras acciones de apoyo, los vecinos acordaron: reparar andadores y cisternas; colocar interfones; dar mantenimiento a plazas y portones; rehabilitar la red hidráulica, entre otras. RICARDO OLAYO