MARTES Ť 10 Ť JULIO Ť 2001
Ť Insultos, empujones y amenazas entre militantes de esos partidos
Jaloneo entre PRI y PAN en el Congreso de Yucatán; sesionó con un legislador de más
Merida, Yuc., 9 de julio. Simplemente el caos legislativo. En apenas 20 minutos, el Congreso del estado se convirtió en escenario donde abundaron los insultos, las amenazas y los conatos de pleito.
Las fracciones priísta y panista -que se disputan la curul del décimo distrito- aprovecharon para ventilar sus rencillas, y los simpatizantes de ambos bandos se lanzaron toda clase de objetos.
Y un hecho inédito. Por primera ocasión se reunieron 26 legisladores, uno más que la cifra oficial, algo abiertamente ilegal sin que la razón aparezca.
La manzana de la discordia continúa siendo la diputación de esa demarcación, con sede en Tizimín, ubicado en la región oriental de la entidad.
Los panistas insisten que la diputada oficial es Lizbeth Medina Rodríguez, con lo cual su bancada tendría la mayoría con 13 representantes, 11 del PRI y uno del PRD.
A su vez, la fracción del PRI instaló hoy, de facto, a Freddy Monforte Braga como legislador, a quien de acuerdo con resolutivos de los tribunales Superior Electoral Estatal (TSEE) y del Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinaron que le corresponde la constancia de mayoría. El PRI defiende el punto a capa y espada, ya que esa diputación le significa alcanzar igual número de curules que el PAN: 12, por una del PRD.
Así, la fracción priísta madrugó hoy a la del PAN.
Por la mañana, los 11 diputados del tricolor más Monforte Braga llegaron a la sala Serapio Rendón del Congreso y ocuparon las curules que albergaron sus antecesores de partido.
Sorprendidos, los panistas pasaron a sus curules, incluyendo a Lizbeth Medina, poseedora de la constancia de mayoría, pero que no reconoce el dictamen de los tribunales electorales citados.
La tensión era generalizada en un salón de sesiones llenó completamente de simpatizantes de ambas fracciones. Los insultos empezaban a fluir y pronto reventó la tensión. Al momento del pase de lista que realizaba Fernando Castellanos Pacheco, presidente de la mesa directiva, el legislador priísta Manuel Avila Noh lo interrumpió y dio lectura a un escrito de protesta por la presencia de la panista Lizbeth Medina.
Al ser reconvenido Avila, el conflicto se desató.
Los priístas se subieron a la tribuna y empezaron los jaloneos. Avila le arrebató el micrófono al panista Fernando Castellanos. De pronto, empujones, insultos. La bancada del albiazul no sabía qué hacer.
Los priístas Pedro Oxté Conrado y Luis Hevia Jiménez aprovechaban para armar más escándalo. Atrás, los espectadores se tiraban botellas de agua (algunas llenas), bolsas con objetos contundentes, tortas a medio comer y una que otra piedra.
No quedó más remedio a Castellanos Pacheco, ex diputado federal, que suspender la sesión por falta de garantías. Los 13 panistas se retiraron entre aplausos y recordatorios familiares.
Ese momento fue aprovechado por el priísta Freddy Monforte para escalar el pódium y rendir protesta como "diputado", avalado por sus compañeros de partido.
Ya con los ánimos más relajados, la sesión del pleno continuó en privado en la planta alta del recinto. Panistas y priístas continuaron en sus respectivas posiciones. Allí, por segunda ocasión, Freddy Monforte tomó "protesta" y se negó a retirarse del sitio.
Ricardo Gutiérrez López, presidente de la Gran Comisión del Legislativo, visiblemente enfurecido advirtió que Medina Rodríguez seguirá como diputada mientras el TEPJF no resuelva un recurso interpuesto por ella, donde pide se defiendan sus derechos ciudadanos.