LUNES Ť 9 Ť JULIO Ť 2001

Ť En el DF, Monterrey, Nuevo Laredo y Matamoros instalaron centros de entrenamiento

Avanzada de los propietarios estadunidenses de casinos, ante su posible autorización en México

Ť Inversionistas del ramo esperan los resultados de la discusión del tema en el Congreso

NOTIMEX

Dallas, 8 de julio. Compañías estadunidenses propietarias de casinos comenzaron a ubicarse en diversos puntos de México, anticipándose a una posible legalización de las casas de juego.

Algunas firmas dedicadas al juego establecieron ya sus primeras instalaciones al sur de la frontera de Estados Unidos con la apertura de los Centros de Entretenimiento para Adultos (CEA), en lugares como ciudad de México, Monterrey, Nuevo Laredo y Matamoros.

Los CEA son una versión limitada de lo que sería un casino, ya que están restringidos a operar sólo máquinas tragamonedas, y en ellos no se realizarán apuestas de dinero en cumplimiento a las disposiciones legales mexicanas respecto a los juegos de azar.

La compañía Internacional Thunderbird Gaming Corporation, de San Diego, California, abrió en los últimos 18 meses dos locales de "máquinas con videojuegos de habilidad y destreza" en las comunidades fronterizas de Matamoros y Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Otra compañía, Viva Gaming and Resort, con sede en Las Vegas, Nevada, planea abrir este mes, mediante una subsidiaria mexicana, su primer "centro de entretenimiento" en la ciudad de México.

Ambas empresas han mencionado su intención de realizar negocios en México, al señalar que planean expandir sus centros de entretenimiento a otros lugares de ese país y convertirlos en verdaderos casinos, una vez que las leyes autoricen su funcionamiento.

Una tercera compañía, Nevada Palace Hotel and Casino, anunció esta semana su disposición de invertir 100 millones de dólares para la construcción de un hotel y casino, además de un campo de golf, en Reynosa, en el norteño estado mexicano de Tamaulipas.

El proyecto se efectuará en caso de que los legisladores federales mexicanos aprueben el establecimiento y operación de casinos, algo que se espera podría ocurrir en los próximos meses.

El presidente de México, Vicente Fox, se manifestó en abril pasado en favor de la instalación de las casas de juego, y en el Congreso se programó la discusión del asunto para el próximo periodo de sesiones, que iniciará en septiembre.

Robert Miller, ex gobernador de Nevada y convertido ahora en abogado representante de varias compañías propietarias de casinos, dijo que existe "una gran perspectiva de que se legalice el juego en México".

En declaraciones a la prensa local, Miller afirmó que ello ha generado "varios niveles de curiosidad o de interés" entre las diferentes compañías dedicadas al juego.

"Ciertamente todas están poniendo algo de atención a esto, porque si se legaliza allá, eso representa una oportunidad o un riesgo, o las dos cosas", indicó.

La compañía Hollywood Casino Corporation, con sede en Dallas, Texas, ha señalado que, de legalizarse los casinos en México, planea solicitar autorización para la apertura de hasta tres de estos establecimientos en ese país.

La firma, propietaria de casinos en Louisiana, Misissippi e Illinois, ha estudiado el mercado mexicano durante años, aseguró Jim Wise, director de Mercadotecnia Corporativa de Hollywood Casino Corporation.

México podría representar un importante mercado de expansión para estas firmas, ante las limitaciones que padecen en Estados Unidos, que restringen su operación y establecimiento en ciertas entidades y lugares.

La Autoridad de Visitantes y Convenciones de Las Vegas estimó que en 1999 unos 225 mil mexicanos llegaron a esa ciudad vía aérea procedentes de diversas ciudades.

La cifra convirtió a México en ese año en el cuarto mercado internacional más grande para los casinos de Las Vegas.

El número de visitantes podría ser mucho mayor, pues la cifra no incluyó a los mexicanos que llegaron en autobuses y automóviles particulares, ni los que viajaron en avión desde las ciudades fronterizas de Estados Unidos.

Además, las compañías estadunidenses podrían explotar la clientela de su propio país si se les autoriza la apertura de casinos en las comunidades fronterizas con México, como Tijuana, Ciudad Juárez o Matamoros, o en los balnearios como Cancún, Mazatlán o Los Cabos.