DOMINGO Ť 8 Ť JULIO Ť 2001

Ť Angeles González Gamio

Alentadora noticia

Hace unos días nos enteramos del acuerdo entre el presidente Vicente Fox y el jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador, tendente a la regeneración del Centro Histórico de la ciudad de México, corazón de la capital de todos los mexicanos. Es desde todo punto de vista una noticia de enorme importancia; cabe recordar que el sitio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que conlleva la obligación de recuperarlo y mantenerlo en estado digno. En año y medio tendremos que rendir un informe a dicho organismo internacional y si seguimos como hasta ahora nos pueden poner en la penosa lista de "Patrimonio en Riesgo"

Hay dos cuestiones que reviven la esperanza. Primera: se habló de "voluntad política", y segunda, se piensa involucrar a la sociedad civil, encabezada por el exitoso empresario Carlos Slim, quien seguramente tiene un especial cariño por el lugar, ya que allí llegó su abuelo de Líbano, a la zona de La Merced, allí creció su padre y fue el lugar donde se gestó la que habría de llegar a ser la fortuna privada más grande de Latinoamérica; así es que el asunto parece estar en buenas manos.

Ambos gobiernos pueden comenzar por restaurar importantes inmuebles que son de su propiedad y que están en lamentable abandono: el claustro del antiguo convento de Jesús María, uno de los pocos que sobrevivieron a la destrucción inmisericorde que generaron las Leyes de Exclaustración. Ubicado en las calles de Corregidora y la que lleva su nombre, se encuentra a un par de cuadras de Palacio Nacional. Esta institución, con su hermoso templo adjunto, estuvo bajo la protección del rey Felipe II, ya que en ese lugar estuvo recluida una de sus hijas naturales, Micaela de los Angeles, quien murió a los 13 años, enferma de demencia. Aunque se creó en el siglo XVI, las edificaciones sufrieron múltiples transformaciones y el último templo muestra la mano maestra de Manuel Tolsá. El claustro fue cine, billares y tienda de electrodomésticos, y en los últimos años estuvo vacío y con el techo a punto de desplomarse, por lo que fue intervenido parcialmente por el INAH; actualmente las obras están detenidas por cuestiones presupuestales. En el gobierno pasado iba a ser propiedad del gobierno del DF, situación aún indefinida.

El gobierno federal es dueño, a través de la SEP, de un magnífico edificio en Uruguay 25, que data de principios de siglo. Es uno de los primeros que se construyeron con estructura de hierro, tipo la Torre Eiffel, lo que le permite tener cuatro espléndidos pisos abiertos de 400 metros; desde luego tiene su elevador de hierro y en el mezanine un pequeño teatro. La fachada, con balcones, es de cantera plateada y con un elegante diseño. Es fácil imaginar estudios-habitación de jóvenes artistas tipo los "lofts" del barrio del SOHO en Nueva York. Desde hace seis años se encuentra con los vidrios rotos, en el más total abandono, deteriorándose cada día que pasa y envileciendo el aspecto de la calle.

Entre las múltiples propiedades de particulares que están menoscabadas, hay una en la que esto es inadmisible, pues es uno de los palacios más bellos de América: la Casa de los Condes de Xala. Obra del extraordinario arquitecto Lorenzo Rodríguez, autor también del Sagrario Metropolitano, dejó su nombre grabado en el colosal arco que sostiene el segundo piso de la mansión, que conserva en la escalera excepcionales lambrines de azulejos con figuras de mozos de librea y en el descanso la escultura, del siglo XVII, de un negrito, pieza de museo.

La descripción de las maravillas que conserva llevaría una crónica completa, por lo que resulta doloroso e indignante que los actuales dueños la tengan alquilada para "changarros" de baja estofa que la daña y envilecen, y ante la propuesta de adquirirla que les han hecho personas que valoran esa joya, piden precios exhorbitantes y hacen nuevos contratos de renta. Pregunta a las autoridades y al señor Slim: Ƒqué hacer en estos casos?

Estas son sólo muestras de un finísimo paño lleno de lastimaduras que hay que zurcir amorosamente; o sea, restaurar, rehabilitar, remodelar y en algunos casos sólo limpiar, pero urge ya y todos debemos participar, porque ante todo, este lugar es patrimonio de todos los mexicanos, para nuestro disfrute, orgullo y cuidado.

Y ahora sí se impone un brindis; un sitio adecuado es La Parroquia, restaurante-cantina de gran tradición, situado en Bolívar 73, con el mejor cabrito del rumbo, el conjunto jarocho Canto a Veracruz y el trío romántico Universo.