DOMINGO Ť 8 Ť JULIO Ť 2001
 
Ť Afirma Joan Garcés que Washington auspició en los 70 las dictaduras del Cono Sur

No serán silenciadas sus acusaciones contra Kissinger y Nixon, dice ex asesor de Allende

Ť Ese gobierno estadunidense estuvo implicado en los crímenes de Augusto Pinochet, acusa
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ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 7 de julio. Joan Garcés, ex asesor del fallecido presidente Salvador Allende y uno de los abogados que encabezan los procesos judiciales por el genocidio perpetrado por el ex dictador chileno Augusto Pinochet, señaló hoy que "no silenciarán" sus acusaciones contra el régimen "Kissinger-Nixon" por su implicación en los crímenes de la dictadura militar.

Garcés presentó la redición del libro Sara y Simón, una historia sin fin, escrito por el hispanista austriaco Erich Hackl, que narra el trágico periplo de Sara Méndez, una activista política uruguaya que fue torturada y a la que le arrebataron su hijo Simón, todavía desaparecido, durante la llamada Operación Cóndor.

El abogado valenciano Joan Garcés señaló que durante la década de los 70, el go-bierno estadunidense auspició a los regímenes dictatoriales del Cono Sur que utilizaron por sistema "la tortura y el asesinato masivo como instrumento de gobierno".

Garcés apuntó que "esa segunda dimensión de barbarie", la de la colaboración de Estados Unidos, "no podemos dejar al margen y silenciar a quienes tienen alguna responsabilidad en ella", entre los que mencionó al ex secretario de Estado Henry Kissinger y al ex presidente Richard Nixon.

"Los objetivos económicos, sociales y militares es decisión interna o de las grandes coaliciones internacionales. Pero no podemos ser indiferentes en la utilización del crimen como instrumento de política y es en esa dimensión en la que el esfuerzo internacional es indispensable y la cooperación de la comunidad europea tiene una importancia mayor", dijo Garcés, quien criticó la tesis del propio Kissinger, que considera que la "jurisdicción universal es una intromisión en la soberanía de cada país".
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A juicio de Garcés, lo que pretende Kissinger es "evitar que los magistrados puedan algún día exigir responsabilidades de lo que hacen los gobiernos, con lo que está pidiendo que si surge una nueva crisis haya manos libres para seguir utilizando los mismos métodos de asesinatos masivos o de terror masivo".

Garcés explicó que gracias a los procesos abiertos en la Audiencia Nacional española y la ayuda de los medios de comunicación, se ha "mantenido viva la memoria del crimen y el esfuerzo de aquellas personas que siguen luchando", y se mostró confiado de que la justicia francesa, que envió un exhorto a Washington para interrogar a Henry Kissinger, "llegue hasta al final" para que no haya impunidad.

El jurista se refirió también a la historia de Sara Méndez, una maestra de primaria uruguaya, de familia humilde, quien por su activismo político fue secuestrada y torturada el 13 de julio de 1976, el mismo día que los servicios secretos de su país le arrebataron a su hijo.

Méndez, quien recientemente compareció ante el juez Baltasar Garzón para presentar más pruebas sobre este operativo continental, explicó que busca el apoyo internacional para que se presione al gobierno de su país y sean interrogados los militares responsables de esta acción terrorista, al ser ellos los únicos que le pueden aportar información sobre el paradero de su hijo, quien hoy tendría 25 años.

Méndez instó al presidente uruguayo, Jorge Batlle, a que reconozca que "el tema no está cerrado", por lo que consideró necesaria la abolición de las leyes de impunidad vigentes en el país sudamericano.