Ť José Antonio Rojas nieto
Crudo y gas en el mercado
Nueva York.- Sorpresivamente para algunos, este viernes en el piso de remates de Wall Sreet, el precio de contado (cash price) del crudo marcador WTI cerró en 28.23 dólares por barril; un dólar 20 centavos más que la cotización del jueves ?4.4 por ciento- y dos más que la de una semana antes.
En sólo ocho días el crudo subió 8.6 por ciento, acaso como aviso de que ya comenzó un segundo semestre de este difícil año 2001, y con él la paulatina elevación de una demanda mundial de crudo, que luego de registrar un promedio diario cercano a 75 millones de barriles, promete elevarse a poco más de 79 millones de barriles en un invierno que, en el mismo callejón del corazón de Manhattan, ya se empieza a caracterizar como moderado. Y eso sin contar que este viernes, en pleno verano, hizo un poco de frío.
De manera particular, este pronóstico y la situación especialmente favorable de la reinyección para inventarios de invierno, ha influido significativamente en el precio del gas natural.
La cotización, también de contado de este mismo viernes que registró el gas marcador del sur de Estados Unidos ( el famoso Henry Hub price), bajó la barrera de los tres dólares por millón de Btu que, a manera de provocación, ya había tocado varios días antes. Pero que esto no nos conduzca a ignorar que el gas natural ya está en otro terreno, peleando su revalorización permanente. Y sin embargo, por lo pronto hay que decir que este descenso implica que para este mes de julio, el precio del gas natural sin IVA para el Valle de México, finalmente descienda la también barrera de los mil pesos por mil metros cúbicos que había superado desde el mes de junio del año pasado. Por cierto que para aquellos que contrataron la cobertura de los cuatro dólares por millón de Btu, el precio será de mil 235 pesos por mil metros cúbicos, con lo que alcanzarán un promedio anual al mes de julio de mil 284 pesos, todavía 23 por ciento inferior al promedio que han pagado quienes no se acogieron a ella.
Bueno, en el caso del crudo hay que decir algo más, para comprender que, salvo sorpresas realmente sorpresivas -como diría Perogrullo-, sus precios no sólo no descenderán, sino, incluso, podrían subir un poco más. Lo primero, que por cierto nunca hay que olvidar ni nosotros ni, mucho menos, la desmemoriada Secretaría de Energía, es el manejo inteligente del control de la producción. Sí, efectivamente, desde hace muchos meses y a pesar de algunos productores como México que han tocado retirada, la OPEP ha guardado una férrea disciplina, conscientes de la necesidad de proteger un mercado petrolero también desacelerado por el descenso de la actividad económica, no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo.
No olvidemos que en el año 2000 el producto mundial registró uno de sus crecimientos recientes más altos, poco más de 5 por ciento, dicen los especialistas, quienes también estiman crecimientos de apenas 3 por ciento para este año, pero ya de 4 por ciento para el siguiente. Esto, precisamente, permite pensar que la próxima elevación estacional de la demanda de otoño e invierno, no será seguida por descensos drásticos en la primavera y en el verano del 2001, pues seguramente se recuperará un poco el dinamismo de la demanda mundial de crudo.
Acaso por esto, podemos confiar en que el precio medio anual de nuestra mezcla mexicana de crudo -que en el primer semestre promedió 19.51 dólares por barril y que este viernes de nuevo superó los 20 dólares -supere la estimación gubernamental de 18 dólares. Vaya que lo va a superar.