DOMINGO Ť 8 Ť JULIO Ť 2001
Ť Desde el principio se desvirtuó el trabajo legislativo al respecto, reconoce
Debe revisarse la reforma indígena: Aguilar
Ť De nada serviría una ley que provoca confrontaciones, afirma el senador priísta
ANDREA BECERRIL
La polémica que se desató luego de la aprobación y el rechazo en Chiapas y otros nueve estados con gran presencia de grupos étnicos, obliga al Congreso de la Unión a revalorar la reforma constitucional en materia indígena, consideró el senador del PRI José Antonio Aguilar Bodegas.
Miembro de las comisiones que dictaminaron la llamada iniciativa de la Cocopa, Aguilar Bodegas reconoció que desde el principio se desvirtuó el trabajo legislativo en la cámara de origen, ya que se realizó "en una especie de lucha entre facciones, entre partidos políticos contra el proyecto del presidente Fox".
Sin abundar en el tema, señaló que es imprescindible que los legisladores revisen el nuevo escenario para pensar en un nuevo ordenamiento, lejos de las pugnas y los enfrentamientos políticos que la desvirtuaron.
Entrevistado después de que el Congreso mexiquense votó contra la reforma constitucional indígena, sumando así diez estados que la rechazan -contra 14 que la aprobaron-, el senador chiapaneco consideró que aun si se lograra la mayoría requerida, para lo que faltaría sólo la anuencia de dos legislaturas, es imprescindible un espacio de reflexión, porque de nada servirá una ley sometida a debate permanente y que sólo provoca mayor confrontación con los grupos étnicos.
"Ni en el Senado ni en la Cámara de Diputados se buscó en ningún momento aprobar una reforma constitucional que nos llevara a una disyuntiva, a las pugnas; creo que la gran mayoría de quienes la dictaminamos, queríamos crear un marco jurídico que reconociera los derechos de los indígenas, que los integrara a la nación y permitiera resolver sus problemas ancestrales", agregó Aguilar Bodegas.
-Ƒ Sin embargo, el rechazo ha sido grande y hasta se habla de la posibilidad de un empate?
-Creo que finalmente se va a lograr que 50 por ciento más uno de los congresos locales la aprueben; ya se hizo en 14 y sólo faltarían dos, pero el asunto va más allá de la mera aprobación numérica. Sería un factor jurídico insoslayable que de sumar la voluntad de 16 legislaturas, el proceso constitucional habrá concluído y la reforma entraría en vigor; sin embargo, tampoco se puede hacer a un lado la atención que merece el hecho de que diez estados, donde la población indígena tiene un peso decisivo, la rechazaron.
Resaltó que las manifestaciones de los grupos indígenas de Chiapas, de sus autoridades electas constitucionalmente, como fue el caso de los presidentes municipales de la zona de Los Altos, por ejemplo, al mostrar su repudio a la reforma aprobada por el Congreso de la Unión, que se dio también en Oaxaca, Guerrero, San Luis Potosí y otros estados, obliga a los legisladores a reconsiderar la situación.
A su juicio, sería negativo insistir sólo en la relación numérica o considerar que con lograr los 16 votos de igual número de legislaturas, es decir la mayoría necesaria, la reforma indígena quedaría firme y todo habría acabado. "Como legisladores tenemos que reconsiderar el tema y trabajar en mayor coordinación con los propios congresos locales y los grupos indígenas".
Por lo pronto, precisó, la Comisión de Asuntos Indígenas del Senado se reunirá la semana próxima para analizar y debatir el camino polémico que ha seguido en las entidades la reforma indígena, a fin de adoptar una postura propositiva que permita enriquecer la iniciativa, "haciendo a un lado las pugnas y enfrentamientos políticos que la han desvirtuado".
La ley nació muerta: Avendaño
Por otra parte, en San Cristóbal de las Casas, Amado Avendaño comentó que "la ley nació muerta" y aunque sea aprobada por la mayoría de las legislaturas, no podrá entrar en vigor por el rechazo de los indígenas. Previó asimismo que una vez concluído el proceso, la comandancia general del EZLN podría romper el silencio y hablar del asunto.
Consideró un buen síntoma para la lucha zapatista el hecho de que en los estados con fuerte presencia indígena se haya votado contra la reforma constitucional que el Congreso federal aprobó sin apegarse a la iniciativa de la Cocopa ni a los Acuerdos de San Andrés.
La reforma indígena en los estados
A favor:
Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, Campeche, Puebla, Colima, Veracruz, Coahuila, Quintana Roo, Sonora, Tlaxcala, Durango, Jalisco y Nuevo León.
En contra:
Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Zacatecas, Hidalgo, San Luis Potosí, Baja California Sur, Sinaloa y estado de México.
Caso especial:
En Morelos se rechazó la ley, pero no alcanzó la mayoría calificada y el proceso se considera inconcluso.
Faltan por legislar:
Michoacán, Tabasco, Yucatán, Chihuahua, Baja California Norte, Tamaulipas y Nayarit.