VIERNES Ť 6 Ť JULIO Ť 2001

Ť Omite la UNAM reconocerlos como trabajadores

Bailarines del Taller Coreográfico rechazan propuesta de contrato

Ť Los inconformes podrían acudir a la vía jurisdiccional

KARINA TERAN ESPECIAL

Al cierre de la temporada 66 del Taller Coreográfico, el secretario administrativo de la UNAM, Daniel Barrera Pérez, y el director de Teatro y Danza, Antonio Vera Crestani, plantearon un contrato por honorarios con nuevos derechos y obligaciones a los inconformes de ese grupo dancístico. Sin embargo la propuesta fue rechazada por los bailarines, pues ''no responde" a su reclamo de reconocimiento como empleados de la universidad.

El viernes y el domingo pasados, momentos antes de comenzar las funciones de clausura en el teatro Carlos Lazo de la Facultad de Arquitectura y en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, respectivamente, los bailarines advirtieron mediante un documento repartido entre los asistentes que existe ''la necesidad de recurrir a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje para obtener las condiciones laborales que merecemos".

Desprotección laboral

De acuerdo con los intérpretes, el contrato propuesto es ''contradictorio", contiene casi las mismas cláusulas respecto del actual y sólo se agregaron otras en las que el bailarín continúa ''desprotegido", ya que "sigue siendo por honorarios".

Sin embargo, para Antonio Vera Crestani la propuesta cubre las peticiones ''prudentes y justas" de los bailarines: el pago puntual de 12 parcialidades, pues el último contrato estaba prorrateado sólo en 10 meses, y un tipo de retiro o gratificación.

En entrevista, el funcionario aclaró que brindar estos beneficios a los artistas fue tarea difícil, porque el contexto jurídico de la UNAM está diseñado para la docencia, pese a que las funciones sustantivas de la institución también son la investigación y la difusión de la cultura.

''Esperamos el visto bueno de Legislación Universitaria para proceder a la firma de los bailarines que estén de acuerdo. Ocho ya aceptaron el nuevo contrato, aunque esperamos que sean todos", expresó Vera Crestani.

Marcela Correa, representante de los bailarines, explicó que una de las cláusulas adicionadas (la decimonovena) establece que el profesional recibirá únicamente después de 10 años, cuando ''por su estado físico y/o edad" ya no pueda desempeñar sus funciones, un ''reconocimiento a su trayectoria artística", equivalente a un mes de sueldo por cada año.

Salvador Castañeda, consejero jurídico de los bailarines, comentó que si éstos son tratados como profesionales independientes, la cláusula decimosexta es contradictoria, pues en ella se indica que será causa de rescisión del contrato prestar sus servicios en otro lugar sin autorización de la universidad.

''Todavía no hay una demanda ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, porque los artistas quieren llegar a un arreglo amistoso. Pero, si la UNAM no muestra disposición, los intérpretes recurrirán a esa autoridad federal", aseveró.