VIERNES Ť 6 Ť JULIO Ť 2001

Ť José Cueli

Lacan y Wittgenstein

Hay que leer a Wittgenstein, declaró Jacques Lacan en 1967. Señalaba con esto ''una tentativa para articular una evolución lógica con el pensamiento psicoanalítico''. En su seminario El reverso del psicoanálisis, en 1970, daría testimonio de su propia lectura de Wittgenstein.

Françoise Fonteneu aborda y privilegia en La ética del silencio la lectura que Lacan hace de Wittgenstein. Considera que ambos representan a las figuras de nuestro tiempo más capaces de esclarecer la cuestión ética. A decir de la filósofa y psicoanalista francesa: ''El silencio, una vez nombrado en un campo, el de la lógica del filósofo, el de la lógica del análisis, nos permitirá interrogar las éticas". El silencio permite una interrogación recíproca entre la lógica filosófica y la lógica analítica: por un lado una ética indecible, por el otro, una ética del decir a medias. Fonteneu se pregunta: ƑEstará ligada la experiencia ética a la experiencia del límite, de la que formaría parte el silencio? ƑQué encubre esa palabra?

A lo largo del texto tendrá en cuenta ese significante ''silencio" en el corazón de la ética intentando circunscribir una formalización con problemáticas como las de la identidad, la negación y la verdad.

Lacan destacó en su seminario que para Wittgenstein ''sólo hay verdad inscripta en alguna proposición" y que ''la estructura gramatical, eso es el mundo". En el Tractatus como en Las clases de Cambridge o las Fichas las referencias son múltiples: ''Cuando se nos da una proposición, los resultados de todas las operaciones de verdad que contienen esta proposición como base son dados con ella". Desde Tractatus 4.001 enuncia: ''El pensamiento es la proposición que tiene un sentido". Por tanto, las palabras sólo funcionan en las proposiciones. La proposición es la unidad de lo que puede (kann) ser dicho. Es una forma lógica caracterizada por ciertas formas gramaticales. Y el sentido es concomitante de la proposición, le está unido. La pregunta reiterada en Wittgenstein es: Ƒcómo pueden desvanecerse simultáneamente el sentido y la verdad de las proposiciones?

En la divisa de Wittgenstein, ''Don't ask for the meaning, ask for the use", se encuentra, a fin de cuentas, a Frege: la unidad semántica primera no es el nombre sino la proposición. La palabra sólo puede cumplir su función de significante en una proposición. Por su parte, Lacan, destaca el interés de esta gramática del lenguaje en Wittgenstein. ''Sólo en un mundo de lenguaje un niño es golpeado, tiene su valor pivote, sólo en un mundo de lenguaje el sujeto de la acción hará surgir la pregunta que lo soporta, o sea, Ƒpara quién actúa"?

Lacan se ubicó en el tema del saber y la verdad, del decir a medias de la verdad y de lo indecible. Hay muchas referencias de Wittgenstein a la creencia y la verdad: ''Lo que sé, lo creo". ''Yo sé" no puede ser un error. Puede decirse, ''él lo cree, pero no es así", pero no ''lo sabe y no es así". Para él, una creencia no puede ser más que una frase. La creencia no se diferencia de su expresión; la creencia y el saber no sólo se traducen en los pensamientos, la proposiciones, sino también en acciones que dan sentido e importancia a la vida. Saber y creer, para Wittgenstein, sólo se manifiestan en el uso por lo que respecta a las proporciones empíricas como a las predicciones religiosas. No es posible hablar de creencias sino en primera persona, es decir, no hay teología posible.

La manera en que saber y creencia están ligados a la acción, lo encontraremos en el campo del psicoanálisis. Mientras Wittgenstein afirma: "el que no está seguro de ningún hecho tampoco puede estarlo de sus palabras", Lacan enuncia: "una palabra sólo se convierte en tal en la exacta medida en que alguien cree en ella" por tanto uno de los papeles fundamentales del psicoanalista será, justamente, saber interrogar al saber de la verdad.