Ť La pobreza pasó de 47.5 a 51.2% de la población

Más de 225 mil nuevos pobres tras los terremotos en El Salvador: PNUD

CARLOS RAMIREZ CORRESPONSAL

San Salvador, 5 de julio. Más de 225 mil personas pasaron a engrosar las filas de nuevos pobres en El Salvador tras los terremotos de enero y febrero pasado, y otros 200 mil transitaron de la pobreza a la extrema po-breza, señaló hoy el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

De este modo, indicó el organismo en un informe divulgado aquí, la pobreza pasó de 47.5 a 51.2 por ciento en una población de 6.3 millones de habitantes.

Los sismos dejaron un saldo de mil 142 muertos, un millón 300 mil damnificados, más de 200 mil viviendas destruidas y un millón 600 mil dólares en pérdidas.

Apuntó que los terremotos "dejaron estragos impresionantes", en virtud de que también arrasaron con más de 41 mil microempresas y pequeños negocios, lo que marca un retroceso en el desarrollo del país, equivalente al crecimiento registrado en los últimos cuatro años.

Las pérdidas están concentradas en la cuarta parte de la población, pero especialmente en aquel grupo que al perder su vivienda, el producto de sus cosechas, sus bienes materiales, perdieron también la in-versión de su vida y retrocedieron 20 años.

Según el organismo, con una tasa anual de crecimiento económico de un promedio de 3 por ciento como el de los últimos cinco años y un crecimiento demográfico de 2.1 por ciento, son muy limitadas las posibilidades de disminuir la pobreza y avanzar hacia mayores niveles de desarrollo humano.

Los departamentos salvadoreños más po-bres después de los sismos son San Vicente, La Paz y Usulután, además de que también resultó gravemente afectado Cuscutlán, y en ese marco es que los efectos del fenómeno telúrico afloraron "con toda su crudeza" y cuyo impacto podría significar un atraso social de hasta ocho años.

El PNUD concluye que cada año más de 50 mil personas entrarán al mercado laboral, más de 50 por ciento en el sector informal son mujeres y 12 de cada cien no llegan a los 40 año de vida.

Asimismo, 29 de cada cien personas carecen de servicios de salud, cuatro de cada 10 hogares viven en hacinamiento y 26 de ca-da 10 personas son analfabetas.

En tanto, Amnistía Internacional llamó al Congreso salvadoreño a desestimar la reinstauración de la pena de muerte, por considerar que es "la violación máxima del derecho a la vida" y no cumplir ningún ob-jetivo penal, en rechazo a una propuesta enarbolada por el gobierno del presidente Francisco Flores.