Ť Estreno de la obra de James Kelly dentro de la temporada Milenium de la CND
Tiempo fuera es un reto coreográfico para 17 bailarines, cuarteto de cuerdas y piano
Ť El grupo dancístico interpretará de su repertorio Serenata y Fragmentarios
Ť Plasticidad, ritmo y armonía, rasgos de la intensidad en el escenario
RENATO RAVELO
Como parte de la temporada Milenium la Compañía
Nacional de Danza (CND) estrenará la obra Tiempo fuera del
coreógrafo James Kelly, quien trabajó al alimón con
el compositor Crescencio Luviano en una pieza que busca exhibir el baile
sin tramas, el movimiento sin anécdota, en un reto coreográfico
que utilizará 17 bailarines en escena, un cuarteto de cuerdas y
un piano.
El coreógrafo señala: ''Siempre me ha gustado
el desafío de usar música nueva, compleja. En este caso Cresencio
Luviano ha hecho una música bastante melódica y rítmica
con un juego entre las cuerdas y el piano. Una vez leí que Balanchine
dijo que él trataba de formar parte de la orquesta como si fuera
un instrumento más, y esta a su vez fuera la coreografía.
Eso siempre me pareció adecuado. De hecho, es lo que intento hacer
en la coreografía Tiempo fuera''.
Además del estreno de la propuesta escénica de Kelly, se presentarán con la Compañía Nacional de Danza dos obras de repertorio, Serenata y Fragmentarios, anunciaron en conferencia de prensa Carlos López, coreógrafo de la misma y director artístico de la CND; Cuauhtémoc Nájera, director de la compañía, así como Kelly y Luviano.
De la mano con la música
Para el estreno de Tiempo fuera se utiliza sin argumento el vocabulario de la danza clásica y contemporánea en una búsqueda formal guiada de la mano con la música que interpretarán Balbi Cotter y Teodoro Gálvez, en los violines; Patricia Hernández, en viola, e Iracema de Andrade en el violonchelo, con la pianista Leonora Marchisio Medina. El vestuario es de Gabriel Rizo y la escenografía e iluminación de Víctor Flores.
Serenata, reposición de Zippora Karz, se montó por primera ocasión en 1934, en el White Plains de Nueva York, con coreografía de Balanchine a la Serenata en do mayor de Piotr Chaikovski, y desarrolla los estados de ánimo que la música sugiere en sus intensidades, en sus cuatro movimientos.
Considerado uno de los más prominentes coreógrafos contemporáneos del ámbito del ballet, Balanchine se graduó en la Escuela de Ballet Imperial y realizó estudios de música en el conservatorio hasta que en 1933 fundó su propia compañía, conoció a Lincoln Kirstein, viajó con él a Estados Unidos y ambos fundan el American Ballet Caravan.
El nivel de la Compañía Nacional de Danza para montar este tipo de piezas, comentó Carlos López, si bien no es el mismo del New York City Ballet, que es en lo que se convirtió el agrupamiento de Balanchine en 1948, encuentra mayor disponibilidad de los bailarines que se traduce en intensidad en el escenario, como señaló en su momento Zippora Karz.
Para el caso de Fragmentarios, se trata de un encargo que la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea hizo a Carlos López, con música de Joaquín López Chas, para que fuera estrenada por alumnos en el Palacio de Bellas Artes los días 5, 7 y 8 de junio de 1997.
Tres parejas de bailarines exponen de manera secuencial características como ''la plasticidad, el ritmo y armonía; un dueto de hombres juega con la fuerza de gravedad y van y vienen como en espejos a través de los cuales la imagen se fuga y choca, mientras que un grupo de bailarinas se multiplica en un tablero de ajedrez de luz y cae en el centro de manera infinita''.
Define el propio López: ''fragmentos musicales, coreográficos, de color y luz que una vez unidos, logran desde el centro del escenario una manifestación dancística, que desde hace tiempo tenía reservada''.
La Compañía Nacional de Danza se presentará, como parte de la temporada Milenium, en el Centro Nacional de las Artes (Churubusco y Tlalpan) del jueves 5 al domingo 8 de julio.