MIERCOLES Ť 4 Ť JULIO Ť 2001
Elena Urrutia
Anticoncepción de emergencia
La anticoncepción de emergencia es un método que se utiliza para disminuir la probabilidad de embarazo cuando se ha tenido una relación sexual sin protección. Consiste en tomar dosis mayores de las pastillas anticonceptivas normales. Es preciso señalar que el uso de las pastillas en situación de emergencia es menos eficaz que su uso regular, diario.
El origen de la controversia alrededor de la anticoncepción de emergencia se encuentra sencillamente en las diferencias en cuanto al concepto de embarazo que tienen distintos sectores.
Para la Organización Mundial de la Salud y para todas las instituciones médicas profesionales, el inicio del embarazo se establece en el momento en que el óvulo fecundado se implanta en el útero de la mujer. Antes de esto no existe embarazo. La verdad es que muchos óvulos fecundados simplemente son eliminados del organismo, arrastrados por el flujo menstrual. Se puede decir que, antes de la implantación, el óvulo está fecundado o embarazado, no así la mujer, cuyo organismo no lo ha aceptado.
Por su parte, para los sectores conservadores el embarazo empieza con la fecundación del óvulo. El sustento de tal posición está más bien en argumentos filosóficos o teológicos, no en una argumentación científica.
En un reglamento de investigación en salud -no se sabe bien por qué- se abrió paso el segundo concepto de embarazo, aunque de manera ambigua; razón suficiente para que los sectores conservadores se basen en él para argumentar que la anticoncepción, que en ocasiones impide la implantación del óvulo, es abortiva. Con tal argumento no sólo rechazan la anticoncepción de emergencia sino, incluso, la simple anticoncepción.
Hay una demanda generalizada de los sectores progresistas para que se corrija ese reglamento que alberga un concepto erróneo. De esta manera la anticoncepción de emergencia podría entrar con toda propiedad en la Norma Oficial de la Planeación Familiar, en la que todavía no se ha introducido por causa de ese detalle de dudosa naturaleza.
La razón de que esto no se haya hecho aún podría radicar en el temor -de quien está calificado para hacerlo- de enfrentarse a las críticas de los sectores conservadores, quienes, de todas maneras, seguirán atacando por todos los medios la anticoncepción, toda vez que sus actitudes no obedecen a razonamientos sino a prejuicios.