MIERCOLES Ť 4 Ť JULIO Ť 2001
Ť Sostiene que fue creado por sus enemigos de la OTAN
Milosevic califica de ilegal al TPI en su primera comparecencia
Ť El juicio durará 2 años, en el peor de los casos: Del Ponte
AP, REUTERS, DPA Y AFP
La Haya, 3 de julio. El ex presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic calificó hoy de ilegal al Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya, el cual -dijo- fue creado por sus enemigos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), durante su primera comparecencia ante esa instancia de la Organización de Naciones Unidas.
Inculpado de cuatro cargos que se resumen en crímenes de guerra y contra la humanidad, un desafiante Milosevic rechazó incluso responder a la pregunta formulada por el juez británico Richard May sobre si se considera culpable o inocente.
El magistrado y dos asistentes indicaron que el tribunal presentaría, en nombre de Milosevic, declaraciones de no culpable en los cuatro cargos formulados en su contra.
Previamente, May se dirigió al ex mandatario yugoslavo para que reconsiderara su decisión de renunciar a abogados, tras destacar que el proceso será largo y complejo, a lo que Milosevic respondió con un rechazo a la legalidad del TPI.
Argumentó que se trata de una instancia ilegal, toda vez que no fue designada por la Asamblea General de la ONU, y que por lo tanto no es necesario nombrar a un defensor. "Este es un falso tribunal y el acta de acusación es falsa también", sostuvo.
Y añadió: "El objetivo de este juicio es producir una justificación falsa para los crímenes de guerra cometidos por la OTAN en Yugoslavia" en alusión a las incursiones de la alianza durante los bombardeos lanzados entre marzo y junio de 1999.
Antes de levantar la sesión, May se dirigió al acusado para recordarle que no era el momento de discursos, y fijó para la semana del 27 de agosto la próxima cita de Milosevic con el tribunal, en la que se hará un balance del estado del proceso.
Al término de la audiencia, el vocero del TPI, Christian Chartier, dijo que esa instancia se asegurará de que Milosevic sea correctamente defendido y podría llegar a designarle un abogado de oficio.
La fiscal del TPI, Carla del Ponte, para quien el arresto de Milosevic fue una victoria personal, considera que se esperaba que el acusado tomara una postura semejante, rechazara la jurisdicción del tribunal y tratara de hacer una declaración política, dijo su asesor diplomático, Jean Jacques Joris.
En declaraciones al diario español El País, Del Ponte calculó que el juicio propiamente dicho podría iniciarse en un plazo de seis a ocho meses y duraría en el peor de los casos dos años. En otra entrevista con el periódico francés Le Monde, Del Ponte señaló que Milosevic podría ser acusado de genocidio por el TPI, dada su responsabilidad en las guerras de Croacia y Bosnia-Herzegovina, además de que ya es acusado por crímenes contra la humanidad por, presuntamente, haber ordenado una limpieza étnica en Kosovo, en 1999.
Para Belgrado, "el caso ha termindado"
Estados Unidos expresó su confianza en que la verdad saldrá a la luz, y rechazó las declaraciones del ex presidente yugoslavo de negar legitimidad al TPI, mientras el primer ministro de Serbia, Zoran Djindjic, consideró que a partir de ahora el caso Milosevic está "terminado" para Belgrado, pues ya se encuentra en manos de la justicia internacional.
En este contexto, un centro de medicina forense especializado en crímenes de guerra y asesinatos políticos, fue inaugurado en la Universidad de Glasgow, Escocia. "El objetivo es responder rápidamente a las necesidades de peritaje forense y formar equipos capacitados en la materia", declaró el director del centro, Peter Vanezis.
En París, el ex ministro británico del Exterior, David Owen, calificó de disparate las acusaciones de que durante su etapa como negociador especial de la Unión Europea para Yugoslavia, a principios de la década de los 90, realizó pactos secretos con Milosevic.
Informaciones de la prensa británica señalaron que Owen y sus sucesores en la cartera de Exterior, David Carrington y Douglas Hurd, estuvieron involucrados en acuerdos secretos para poner fin a las muertes en la antigua Yugoslavia a cambio de mantener a Milosevic en el poder.