MIERCOLES Ť 4 Ť JULIO Ť 2001
Ť Hay garantías suficientes para recuperar recursos: Romero Hicks
Bancomext inyecta más recursos al sector azucarero; ya suman 500 millones de dólares
VICTOR CARDOSO
El gobierno federal utilizó, por segunda ocasión, al Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), como instrumento para el rescate de la industria azucarera, que en términos generales ya ha recibido recursos por cerca de 500 millones de dólares para superar sus problemas económicos, entre ellos el pago de salarios a campesinos y cosechas a productores de caña.
El director de la institución bancaria, José Luis Romero Hicks, señaló que apenas la semana pasada el consejo de administración del Bancomext autorizó su intervención para financiar un crédito por 250 millones de dólares en calidad de agente financiero.
Apenas el año pasado, el Bancomext abrió la primera línea de crédito por 400 millones de dólares, aunque sólo se ejercieron 230 millones de dólares.
Y aunque advirtió que "no soy vocero de ese proceso" y que el Bancomext "sólo actuó como agente financiero de la Secretaría de Hacienda" y cuenta con las garantías suficientes para recuperar los recursos, Romero Hicks se congratuló de que la institución a su cargo sea utilizada para resolver la problemática de una industria que atraviesa por problemas estructurales.
En entrevista, luego de participar en el foro España-México, Foro de inversiones y cooperación empresarial, el funcionario aceptó la intervención del Bancomext en una nueva dotación crediticia para los grupos azucareros, algunos de los cuales apenas se encontraban en proceso de negociación, luego de que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), aceptó intervenir, ante la amplia probabilidad de que un conflicto cañero se convirtiera en un problema social.
Desde finales de 1999 el gobierno federal aceptó abrir una línea de crédito por 400 millones de dólares para financiar a los ingenios azucareros ante la crisis que se desató en la industria producto de una excesiva producción, cuotas de exportación a Estados Unidos menores a las estimadas y una caída en los precios del endulzante.