MARTES Ť 3 Ť JULIO Ť 2001
Ť El presidente Bush, en aprietos; se opone, pero no quiere aparecer "como un retrógrado"
Republicanos antiaborto, en pro de financiar las investigaciones sobre células cepas embrionarias
Ť Fuerte rechazo de los ultraconservadores estadunidenses y la jerarquía católica ante la idea
AFP
Washington, 2 de julio. El sorpresivo cambio de opinión de parlamentarios republicanos contrarios al aborto sobre el financiamiento público para la investigación médica sobre las células cepas embrionarias ha puesto al presidente de Estados Unidos, George Bush, en un aprieto.
La semana pasada, unos 30 republicanos ultraconservadores --incluido un feroz opositor al aborto, el senador republicano de Utah Orrin Hatch-- lograron consenso en pro de apoyar estas investigaciones, lo que forzaría al presidente a tomar una decisión contraria a su ferviente oposición a la interrupción del embarazo.
"La investigación de células cepas puede facilitar la vida. El aborto destruye la vida. Aquí estamos hablando de salvar vidas", destacó Hatch, quien envió un memorándum de doce páginas al gobierno de Bush.
El presidente estadunidense ha recibido las recomendaciones sobre el tema del secretario de Salud, Tommy Thompson, y debe anunciar en las próximas semanas su posición sobre un punto que suscita serio rechazo entre algunos medios de la derecha religiosa.
Las células indiferenciadas presentan la particularidad de poder procrear líneas de células especializadas (sangre, músculos, neuronas). Los científicos esperan poder lograr algún día con ellas "reparar", es decir, remplazar, órganos dañados, y crear terapias celulares contra enfermedades mortales hasta hoy incurables.
Pero para conseguirlas, los investigadores a menudo deben tomar las células cepas embrionarias de fetos abortados o embriones "extras", esto es, obtenidos durante en tratamientos contra la esterilidad, pero cuyo número excede los necesarios.
La idea despierta fuerte oposición entre los grupos contrarios al aborto y la jerarquía católica, los cuales piensan que la vida comienza desde la concepción; estos grupos, escuchados por un cercano consejero presidencial, Karl Rove, han presionado para que Bush --que debe reunirse con el papa Juan Pablo II a fin de mes-- les dé la razón.
Por su parte, los científicos insisten en que un montón minúsculo y rudimentario de algunas células embrionarias no es un ser humano. En carta dirigida a Bush y firmada por 80 premios Nobel, remarcan que los embriones utilizados en esas investigaciones serían de cualquier modo desechados y por tanto, perdidos para la ciencia.
En 1995, el congreso de mayoría republicana prohibió el financiamiento federal para las investigaciones médicas que implicaran la destrucción de embriones humanos.
Las células cepas embrionarias fueron aisladas en 1998. El año siguiente, la administración Clinton autorizó la investigación federal sobre dichas células, a condición de que los embriones empleados provinieran únicamente de instituciones privadas.
En reciente carta dirigida a un grupo antiaborto llamado Culture of Life Foundation, el presidente Bush se mostró "opuesto totalmente a todo financiamiento federal sobre las células cepas que implicarían la destrucción de seres humanos".
Pero aunque no quiere perder a su electorado tradicional, el presidente -quien, según el secretario de Salud, está "realmente torturado" con el tema-- tampoco quiere aparecer "como un retrógrado".
Según el diario Los Angeles Times, Thompson le habría sugerido una solución: el financiamiento federal de la investigación de células cepas sería autorizado a condición de que no se destruyan embriones con este fin.
Los ya destruidos (abortos) no estarían prohibidos. Otra solución sería emplear células cepas embrionarias cultivadas en un laboratorio.