MARTES Ť 3 Ť JULIO Ť 2001

Ť El mandatario español charló con los líderes de PAN y PRI e intelectuales

Aconseja Aznar a mexicanos paciencia ante la transición

VICTOR BALLINAS Y RENATO DAVALOS

El presidente del gobierno español, José María Aznar, se entrevistó ayer por separado con los presidentes nacionales del PRI, Dulce María Sauri, y el PAN, Luis Felipe Bravo Mena. Con ambos abordó el tema de la necesidad de acordar un pacto, gobierno y partidos, para resolver los problemas "sustantivos" del Estado y la nación.

También charló con intelectuales mexicanos acerca de la transición mexicana, misma que comparó con la española en su tiempo. Los mexicanos, dijo, necesitan paciencia para que los cambios consoliden la madurez democrática, incluida la crisis de partidos.

Miguel León-Portilla y Enrique Krauze dieron cuenta del encuentro privado al que acudieron también Juan Ramón de la Fuente, Gonzalo Celorio y Federico Reyes Heroles. La palabra que más se escuchaba al año siguiente de la transición en España, dijo Aznar, era desencanto.

Luego de esa transición, añadió, tanto esperaban los españoles sobre esas transformaciones que obviamente no llegaron. Pero llegó algo más importante: la normalidad democrática, aunque poco a poco.

Krauze y León-Portilla dijeron que hubo referencias a la crisis de los partidos. Se habló, comentaron por separado, que el PRI tiene que aprender que su derrota fue una victoria. Lo que perdió democráticamente ahora lo puede recuperar por ese terreno, pero tiene que recomponerse. Ser una alternativa confiable y creíble, un PRI nuevo, pero también un PRD nuevo y también otro PAN.

Sauri Riancho dijo que conversó con Aznar acerca del Pacto de la Moncloa, acuerdo que marcó el proceso de transición que hizo posible que en España las principales fuerzas políticas y económicas lograran encabezar la transformación y la creación de las instituciones modernas.

"Le hice ver al presidente -aseveró- que las condiciones de España y México sonfox_aznar4 distintas. Mientras en 1979 aquel país venía de un régimen dictatorial, aquí desde hace años hay una democracia y las instituciones que tenemos son producto de la misma".

Sin desechar la posibilidad de un acuerdo político entre gobierno y fuerzas políticas, la directiva priísta aseveró que "en México un acuerdo de ese tipo debería tener elementos distintos al español, que refuercen a las instituciones de la democracia, al Congreso, al sistema federalista, al Poder Judicial, al Ejecutivo, y que dentro de esas instituciones y la Constitución, se encontraran acuerdos para resolver los problemas y se profundizara en el perfeccionamiento de la vida democrática".

Bravo Mena abordó con Aznar el tema de un pacto político. "Comentamos eso y la importancia de que las fuerzas políticas nos dispongamos a tener un sistema cooperativo para resolver los problemas del país al lado de la competencia partidista que toda democracia tiene".

El líder panista abundó que toda transición requiere "una disposición y colaboración de las fuerzas políticas para resolver los problemas sustantivos del Estado y de la nación". La experiencia española, explicó, demuestra que "cuando hay disposición de las fuerzas políticas en cooperar para pasar de un estado de situación política y económica u otro, es indudable que la pluralidad identifica el problema sustantivo para colaborar y resolverlo. Esa es la clave para que tengan éxito experiencias de este tipo".

Tras su reunión con intelectuales, en la ex Hacienda de los Morales, Aznar retornó al hotel donde se hospeda para encontrarse con integrantes de El Colegio de México, que en su inicios se conoció como Casa España, adonde llegaron los refugiados españoles que huyeron de la Guerra Civil.