MARTES Ť 3 Ť JULIO Ť 2001
A UN AÑO DEL CAMBIO
Ť Es necesario dejar de lado las diferencias, convoca Felipe Calderón
Políticos ponen en duda un pacto nacional
Ť Bartlett, Paredes y Batres refutan al panista en un foro realizado en el Palacio de Minería
MIREYA CUELLAR Y ROSA ELVIRA VARGAS
ƑEs posible un pacto nacional? Por lo que expresaron ayer Manuel Bartlett (PRI), Beatriz Paredes (PRI), Martí Batres (PRD) y Felipe Calderón (PAN), precisamente para explorar esa posibilidad, la respuesta es no.
En el Palacio de Minería, durante un foro organizado por Manuel Camacho Solís, un optimista Felipe Calderón abrió la ronda -de los políticos- argumentando que ante la ''gravedad de los problemas nacionales'' es necesario dejar de lado las diferencias ideológicas para poder construir ''el proyecto de país que todos queremos''. Convocó a una alianza política amplia, porque ''es tiempo de imaginar juntos el país. Podemos tener diversas opiniones sobre el pasado, pero podemos construir una visión común hacia el futuro''.
En la ''agenda mínima'' del pacto planteado por Calderón, los temas son tres: combate a la pobreza, seguridad pública y defensa del medio ambiente. Sin embargo, y quizá sin darse cuenta, su convocatoria tomó tintes partidistas cuando habló de ''firmar una alianza política amplia que permita cambiar a México sin odio y sin violencia'', que fue uno de los lemas de la campaña presidencial de Manuel Jesús Clouthier, Maquío, en 1988.
Y no fue lejos por la respuesta. Martí Batres dejo claro: ''No vamos a ir a cualquier acuerdo'' y menos a uno que sólo busque ''apuntalar a Vicente Fox; no puede ser ese el motivo de un acuerdo''. Porque un pacto es un instrumento de la política y no un fin en sí mismo. Recordó que ''tuvimos una etapa de disolución del pacto social y vivimos experiencias lamentables por diversos acuerdos, uno de ellos fue el que dio lugar al Fobaproa y al IPAB. No vamos a ir a un acuerdo para una reforma fiscal que aumente las desigualdades sociales; no iremos a pactos del silencio, a acuerdos que sirvan para perpetuar una política económica que ha hecho daño al país en los últimos 19 años''.
También puso sobre la mesa la agenda del PRD, la cual reconoce ''la necesidad de acuerdos, pero sin la lógica de la cooptación ni de mordaza a la política'', y cómo alcanzar la equidad social. El Congreso, añadió, tiene que realizar una reforma del Estado que genere un régimen con nuevas características donde el Ejecutivo ceda parte de su poder, no sólo a los otros dos (poderes), sino a los estados, y cambiar la estrategia para abordar el Fobaproa, así como rediscutir la cuestión indígena.
Si se quiere un acuerdo, resumió Batres, ''es imprescindible, por parte del partido gobernante, un cambio de actitud, de propósitos y de prioridades''.
Mesurada, Beatriz Paredes, coordinadora de los diputados priístas, planteó una pregunta: Ƒse está buscando desde el gobierno un acuerdo para atender las demandas y expectativas de la sociedad mexicana o simplemente para ''garantizar la conducción del país''?
Para ella, el nuevo grupo gobernante parece tener un ''cierto déficit de orientación política, debido a una interpretación equívoca del proceso de cambio democrático''. Incluso, apuntó, hay en el gabinete contradicciones en la interpretación respecto a qué fue lo que sucedió el 2 de julio. ''Yo sostengo que hubo alternancia en el poder y sólo en el Poder Ejecutivo, no un cambio de régimen''
En la versión de algunos miembros del Ejecutivo, recordó, ''sólo se logrará la transición democrática a través de un nuevo pacto político extrainstitucional, lo cual ha llevado al gobierno a tener dificultades para actuar de manera congruente, debido a que ha introducido un principio de duda sobre las capacidades institucionales''.
Paredes evitó la contundencia: ''Parecería que no existiera una necesidad política de un nuevo pacto entre partidos y gobierno, bastaría con respetar la dinámica propia del Congreso y ceñirse al principio de división y equilibrio entre poderes''.
Otro priísta, Heladio Ramírez López, dirigente de la CNC, consideró ''urgente'' un pacto político de todas las fuerzas sociales ''para la gobernabilidad, sobre todo ante las profundas contradicciones en que está cayendo la actual conducción del país; a un año de que llegó Vicente Fox, el campo en lugar de un cambio ha visto la profundización del empobrecimiento y la migración''.
El que no le dio muchas vueltas al asunto fue el senador priísta Manuel Bartlett: ''El pacto entre los mexicanos es la Constitución y el único pacto que falta en este momento es el de respeto a las instituciones del Estado. Hay que comprometernos a respetarlas. Ahí tenemos la esencia de la vida democrática y de la solución de los problemas nacionales''.
En este foro se habla de la necesidad de un pacto donde todos pensemos en el beneficio de la nación, ''pero aquí mismo hemos visto que lo que se ha expresado es totalmente partidista; inclusive, la invitación a un pacto por encima del partidismo está sustentada en la superación del viejo PRI y de todas sus secuelas y perversidades'', dijo arrastrando la última palabra y sin abandonar el tono de sorna.
Pues señores, retomó el asunto con aplomo, lo que se está plantando es ''hacer a un lado la política, y esa es una absoluta ficción; se nos convoca a un pacto eliminando lo esencial de la política, que son los partidos, las posiciones, las diferencias ideológicas que se dan en el país; no podemos eliminar a la política de la vida social''.
E interrogó: ''ƑCómo poder establecer un acuerdo respecto a temas fundamentales como la soberanía, por ejemplo, cuando hay diversas posturas sobre el tema y si en la globalización la tesis ha sido superar la soberanía? Ideológicamente, dijo, esta es una posición conservadora e interesada. Y šla lucha contra la pobreza! ƑCómo vamos a resolver el problema de la desigualdad? Ese es un tema ideológico también. ƑA poco queremos una unidad total en torno de la política neoliberal? ƑVerdad que no se puede?''