LUNES Ť 2 Ť JULIO Ť 2001

Ť Discuten vía Internet y en octubre se reunirán en Roma

Sínodo paralelo analizará el papel contemporáneo de obispos católicos

Ť Entre sus iniciadores, grupos críticos a la jerarquía eclesiástica

DPA

Madrid, 1 de julio. Representantes de grupos católicos críticos participarán en un "sínodo del pueblo de Dios", paralelo al convocado por el papa Juan Pablo II para octubre y que analizará el papel del obispo.

Más de 200 grupos, muchos procedentes de España y América Latina, han apoyado la iniciativa, consistente en un proceso de discusión vía Internet (www.shadow-synod.net) y una reunión en Roma del 4 al 7 de octubre.

Entre sus iniciadores está la plataforma Somos Iglesia, fuertemente crítica con la jerarquía católica y conocida en países del centro de Europa por sus colectas de firmas en pro de reformas en la Iglesia.

Un sínodo es una asamblea en la que los obispos, reunidos en torno al Sumo Pontífice, intercambian información y comparten experiencias para buscar soluciones pastorales.

El Sínodo de los Obispos, que se reúne regularmente, es una institución permanente creada por el papa Paulo VI (1963-1978) en 1965, a petición de los participantes en el Concilio Vaticano II, para dar continuidad al diálogo nacido en el marco de la experiencia conciliar.

Luego de analizar la vocación y la misión de los laicos (1987); la formación de los sacerdotes en las circunstancias actuales (1990); y la vida consagrada (1994), la décima Asamblea General del Sínodo de los Obispos, que se celebrará del 27 de septiembre al 27 de octubre, se llama El obispo, servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo.

El tema no deja de ser importante y actual. Los obispos son considerados sucesores de los 12 apóstoles elegidos por Jesucristo hace 2 mil años y, junto con el Papa, son clave en la dirección de la Iglesia católica. Sin embargo, en el documento Instrumentum Laboris, que regirá los debates de la próxima asamblea, se resalta que en las últimas décadas el magisterio episcopal ha sido sometido a fuerte renovación.

Actualmente, la figura del obispo suele ir acompañada del debate sobre la colegialidad en el seno de la Iglesia católica, es decir, sobre el equilibrio de poder entre Roma y las diócesis de todo el mundo.

Aunque no es vinculante para el Papa, el Sínodo de los Obispos va destinado a aumentar la colegialidad y a otorgar al colegio episcopal una mayor participación en el gobierno de la Iglesia. En este sentido, los movimientos reformistas vienen exigiendo un refuerzo del poder de los obispos diocesanos en detrimento del Vaticano.