Ť Hay claridad de propósitos y estrategias bien definidas, afirma el mandatario local
Rechaza López Obrador que el suyo sea un gobierno de ocurrencias
Ť Destaca avances importantes en política salarial y seguridad pública Ť Casi se han cumplido todos los compromisos asumidos en campaña, señala Ť Rindió informe trimestral de su gestión
RAUL LLANOS SAMANIEGO
Al rendir su segundo informe trimestral de actividades, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, manifestó que la fortaleza de su administración radica en la alianza que ha construido con la mayoría de los capitalinos, que son en quienes ha creído y apostado.
Durante el acto -que duró aproximadamente 45 minutos y al cual no asistieron figuras como Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles y ex gobernantes de esta ciudad- el mandatario local mencionó que "la tarea no ha sido fácil", sobre todo por los rezagos que se tuvieron que enfrentar.
Sin embargo, dijo, la voluntad de hacer realidad el cambio democrático con dimensión social es inquebrantable, lo que ha implicado ir a fondo en los asuntos, sin repetir "caminos tribulados y arrastrando inercias".
En su discurso de 11 cuartillas estuvieron ausentes temas como la reforma política, las alusiones a la administración del presidente Vicente Fox y a las auditorías que realiza la Contraloría General del DF a la gestión de su antecesora.
El Ejecutivo local dijo que se han logrado avances importantes, fundamentalmente en política salarial y seguridad pública, aun cuando la percepción de la ciudadanía todavía no les es favorable. También hizo un recuento de las otras acciones emprendidas por su equipo de gobierno, y remató: "con satisfacción puedo decir que casi todos los compromisos que asumí durante la campaña se han cumplido o están en proceso de cumplirse". La respuesta fue un nutrido aplauso de los miles de asistentes.
Claridad y estrategias definidas
El Teatro Metropólitan fue el escenario escogido en esta ocasión por López Obrador para rendir su informe de actividades. Allí confluyeron su gabinete, algunos jefes delegacionales del PAN y PRD; los coordinadores parlamentarios del PRI en la ALDF, María de los Angeles Moreno, y del PRD, Armando Quintero; el líder de la bancada perredista en la Cámara de Diputados, Martí Batres; algunos legisladores federales del partido del sol azteca y cientos de promotoras voluntarias, inconfundibles por sus casacas café claro de la Secretaría de Salud.
A las 10:20 hizo su arribo a ese lugar el mandatario local, quien por la multitud no pudo ver a un grupo de enfermeras del hospital Rubén Leñero que protestaba por los despidos en el sector. Incluso, una de las mujeres inconformes se puso una aguja en el antebrazo con la intención de desangrarse.
Ya en el interior, López Obrador encabezó los honores a la bandera e inició su discurso bajo un haz de luz, en tanto el resto del Metropólitan permanecía a oscuras. De entrada el gobernante afirmó que "este no es un gobierno de ocurrencias. Hay claridad de propósitos, prioridades, metas y estrategias bien definidas".
Precisó que debido a la complejidad de esta capital se trabaja en varios frentes para resolver las demandas más sentidas de la población, y abordó como primer punto el tema de la seguridad pública, en la cual "hemos logrado reducir los índices delictivos, aunque todavía no alcanzamos la meta de vivir en una ciudad segura y libre de temores".
Citó que, por ejemplo, disminuyeron en 11 mil 403 los delitos denunciados y en robo de automóviles se tienen las cifras más bajas desde 1994. Con todo y ello "es indudable que todavía es alto el índice delictivo" y "aun cuando la percepción sobre este problema sigue siendo muy alta e inquietante, el DF no ocupa, como se ha dicho, el primer lugar en delincuencia en el país".
De todas formas hizo el compromiso de que "no estaremos tranquilos ni satisfechos hasta entregar resultados más alentadores" en esta materia.
Con respecto al rubro de desarrollo sustentable citó, por vez primera, el tema del aeropuerto alternativo de la ciudad de México y mencionó el municipio de Tizayuca, en el estado de Hidalgo, debido a las consecuencias que para esta capital tendría ubicarlo en Texcoco. Agregó a esto el avance en la construcción de vivienda; los buenos resultados en cuanto a combate a la contaminación, el suministro de agua potable, dotación de infraestructura urbana y la lucha que su administración ha librado contra los dueños de anuncios espectaculares.
Reiteró que no incrementará el transporte público, volvió a insistir en la necesidad de reubicar a las familias asentadas en zonas de alto riesgo, el inicio de las clases en las preparatorias y la Universidad de la Ciudad de México en septiembre, el aumento en la recaudación de ingresos, y las políticas de austeridad y manejo honesto de los recursos públicos; además, enumeró las cifras de becas, apoyos y créditos otorgados a diferentes sectores de la sociedad, que buscan reactivar la economía local y atenuar la crisis de las finanzas nacionales.
En el aspecto salarial dijo que se lograron aumentos de 11 por ciento, lo que "nadie, ni el sector privado ni el sector público, ha logrado otorgar". Es decir, insistió, el gobierno de la ciudad, sin aumentar impuestos en términos reales y sin incrementar el costo del transporte y otros servicios públicos, "mantiene una administración eficiente y finanzas públicas sanas".
Los hombres se miden por sus convicciones
En la última parte de su discurso, el jefe de Gobierno se vanaglorió de que "casi todos los compromisos" que asumió en campaña los ha cumplido o está en vías de hacerlo, y eso "no ha sido fácil". Luego remató: "en política, los hombres se miden por la entereza de sus convicciones y por la congruencia entre lo que piensan y lo que hacen".
Más adelante dejó en claro que "en estos seis meses hemos construido una alianza con la mayoría del pueblo. La gente sabe o intuye que gobernamos para ella y en su beneficio. De ahí nuestra fortaleza. Y ahí está el secreto: creer y apostar por la gente, por este gran pueblo que está siempre en espera de convocatorias generosas para la realización de obras perdurables".
Después, en medio de un tumulto de reporteros, camarógrafos, fotógrafos y personal de seguridad, el mandatario local abandonó el Teatro Metropólitan, lo cual le llevó media hora, ante las muestras de apoyo de los asistentes.