Ť Ante el número desproporcionado de oficiales, propondrá iniciativa de ley
Busca la Armada acabar con "almirantes de papel"
Ť El proyecto de reforma establece que los marinos deben respetar los derechos humanos
JESUS ARANDA
El proyecto de ley de cuadros de la Armada de México -que próximamente se presentará al Ejecutivo federal para que lo turne al Congreso- tendrá que incluir también al Ejército Mexicano, para establecer una correspondencia "real" entre los cargos y las comisiones, y terminar con el excesivo número de generales y almirantes que hay en las fuerzas armadas.
Otro proyecto de ley que pretende hacer eficiente la labor de los marinos es la iniciativa de ley orgánica de la Armada, la cual establece como novedad la obligación de la institución de velar por el respeto de los derechos humanos, tanto de los marinos como de quienes son detenidos en operativos por cometer ilícitos, ya sea en la mar o en el territorio nacional.
Fuentes militares relacionadas con la procuración de justicia adelantaron lo anterior y agregaron que el proyecto de ley de cuadros de la Armada establecerá cargas de trabajo de acuerdo con las jerarquías de los oficiales, para que no se repita la situación de que un almirante ocupe un cargo que no corresponde a su nivel, pero que accede a ese puesto "porque no hay dónde acomodarlo."
En este sentido, reconocieron que al interior de la Armada y del propio Ejército existen los denominados "generales y almirantes de papel", quienes ascendieron a ese grado y ocupan cargos secundarios porque el número de oficiales excede al de puestos de trabajo disponibles para ese grado.
Al establecerse una planilla de puestos o cargos para los almirantes, vicealmirantes y contraalmirantes, el Consejo del Almirantazgo seleccionará a los que serán llamados a ocupar un puesto.
Pero los que no resulten seleccionados tendrán que escoger entre el retiro voluntario o esperar, sin comisión durante un tiempo determinado, que haya vacantes de su jerarquía; pasado este tiempo, si no hay respuesta, tendría que optar por el retiro.
La propuesta de ley plantea también las normas de permanencia y continuidad de los almirantes en sus diferentes puestos; la idea es que ninguno sea separado de su cargo ni del activo, salvo que llegue a su edad límite, incapacidad o enfermedad; asimismo se establece que quienes lleguen a la edad límite serán separados del servicio activo el mismo día que se cumpla este hecho.
Precisamente, comentaron los informantes, el secretario de Marina, almirante Marco Antonio Peyrot, estableció que en un plazo máximo de tres años la institución reducirá su número de almirantes en poco más de la mitad. Al comenzar este sexenio había 247.
De acuerdo con el proyecto, sólo habría seis almirantes (secretario de Marina, subsecretario, oficial mayor, inspector y contralor, comandante de la Fuerza Naval del Golfo y comandante de la Fuerza Naval del Pacífico).
Los vicealmirantes serían 26, mientras que los contraalmirantes sumarían 76, salvo ajustes de última hora.
Generales de división
En el Ejército, el secretario, el subsecretario, el oficial mayor, el contralor y el jefe de Estado Mayor son generales de división, junto con los 12 comandantes de las regiones militares y algunos directores; 44 generales de brigada comandan las zonas militares; en las 25 guarniciones militares que hay en el país, existen 13 generales de brigada y 12 brigadieres, lo que habla de que no hay una reglamentación sobre el cargo que debe ocupar la gente de determinado grado.
"Si en la Marina hay un número desproporcionado de almirantes, en el Ejército la proporción es de 3 a 1", señalaron los informantes.
A fin de cuentas, aseguraron, se trata de corregir el crecimiento "desproporcionado" de almirantes en la Armada en los últimos años, porque actualmente en lugar de existir una pirámide en la que el mando se ubicara en la parte más alta, resulta que la institución se convirtió en una pirámide "con una esfera en la cabeza", lo que de continuar así habría cancelado su operatividad y futuro en los próximos años.
Con la iniciativa se busca establecer que a tantos cargos corresponda igual número de almirantes, y no se permitirá el ascenso de más en tanto no se desocupen las plazas destinadas precisamente para esos oficiales.
Esto en razón de que, tanto en la Armada como en el Ejército, ocurre que los almirantes o generales a quienes no se les encuentra ninguna posición de acuerdo con sus "una, dos o tres estrellas", quedan "a disposición" del alto mando; es decir, siguen formalmente en activo y cobrando su sueldo -aunque sin los niveles que perciben por ocupar un determinado puesto-, lo que habla de la falta de planeación, comentaron.
Ley orgánica y de disciplina
Como parte de las reformas legales que elabora la Armada destacan también la nueva ley orgánica y la ley de disciplina. En la primera, además de precisarse las atribuciones y facultades de los marinos -en alta mar y en tierra firme-, existe un apartado que los obliga a salvaguardar los derechos humanos, tanto al interior de la institución como en operativos en los que estén involucrados civiles.
Mientras que la ley de disciplina evoluciona con el propósito de evitar la "discrecionalidad" y la "arbitrariedad" en arrestos y sanciones disciplinarias al personal.
En lo que se refiere a la ley orgánica, en su capítulo de derechos humanos se establece la obligación de la Armada de preparar a su personal para que no viole las garantías individuales tanto de los subalternos como de los sospechosos de haber cometido un delito.
La idea es que los marinos que aborden naves sospechosas en las que se registren delitos -como el narcotráfico, pesca ilegal, tráfico de personas, etcétera-, no cometan faltas violatorias a los garantías individuales de la gente, y se limiten a consignarlos ante las autoridades correspondientes.
Para tal efecto, comentaron, se intensificarán los cursos de derechos humanos que recibe el personal.
Los informantes comentaron que si bien en las actuales circunstancias los marinos tienen la orden de preservar los derechos humanos, faltaba plasmar esta situación en la ley orgánica para garantizar y vigilar su cumplimiento.
Respecto a la ley de disciplina, explicaron que con la reglamentación de faltas y castigos se terminará con la aplicación discrecional de las medidas correctivas.
Además de que al ser públicas las "tablas" de las faltas y la aplicación de sanciones "mínimas y máximas", el que cometa una indisciplina sabrá exactamente cuál será su castigo, y podrá quejarse ante el órgano disciplinario correspondiente en caso de alguna arbitrariedad de parte de sus superiores.
Con esa claridad también se buscará fortalecer la disciplina que debe predominar en todo instituto armado, señalaron.