DOMINGO Ť 1Ɔ Ť JULIO Ť 2001
Ť El grupo de provocadores consumió anualmente 10% del presupuesto del Legislativo
Culminan seis años de golpeteo por parte de gritonas y gritones en el Congreso de Yucatán
Ť Deberán buscar otro trabajo estos priístas a sueldo encargados de denostar a la oposición
LUIS A. BOFFIL GOMEZ CORRESPONSAL
Merida, Yuc., 30 de junio. El espectáculo que protagonizaron durante los últimos años en el Poder Legislativo estatal está a un paso de terminarse. Las gritonas y los gritones, supuestos militantes priístas a sueldo, quienes por casi dos congresos locales fustigaron a la oposición panista y perredista, deberán buscarse otra forma de ganarse la vida.
Con la advertencia de la fracción panista, que se perfila como mayoría en la 56 Legislatura -que entrará en funciones este domingo- de "eliminar" a este tipo de personajes, ahora las gritonas muestran cara de desconsuelo. Ya casi no insultan, amenazan poco y su presencia en las sesiones es cada vez más escasa.
De acuerdo con fuentes del Congreso local, en los últimos seis años, o sea el sexenio de Víctor Cervera Pacheco, transcurrieron dos cuerpos legislativos cuya mayoría priísta utilizó a los gritones como punta de lanza contra los opositores. Claro, siempre por unos pesos y ciertas canonjías.
No se conocen las cantidades exactas de dinero erogadas para satisfacer a los provocadores del tricolor en las sesiones del Congreso, pero cada uno recibía en promedio 50 pesos por cada sesión a la que asistía.
Según la consulta, cada gritón cobraban al año la nada despreciable suma de 4 mil 200 pesos, si se toma en cuenta que se presentaba, cuando mucho, dos veces por semana. En promedio, la tesorería del Congreso desembolsaba al año unos 420 mil pesos para pagar a la porra tricolor.
Y según estimaciones de la fuente entrevistada, durante los dos congresos que laboraron en la gestión de Cervera Pacheco el costo de los gritones habría sido de 2 millones 521 mil pesos, tajada significativa cuando el presupuesto anual promedio del Poder Legislativo era de 20 a 22 millones de pesos.
La historia de estos personajes que se hicieron cotidianos en las sesiones legislativas comenzó en 1995, cuando asumió la presidencia de la Gran Comisión de ese cuerpo camaral Orlando Paredes Lara, candidato derrotado del PRI a la gubernatura.
Paredes Lara "contrató", por la vía de sus principales colaboradores -uno de ellos Henry Gómez Rodríguez, a la postre titular de Protección Civil del estado-, a varias mujeres y hombres de extracción campesina para que acudieran a las sesiones e importunaran a los opositores.
Por varios años, Marciano Yam Cauich, militante priísta y conocido golpeador a sueldo -con antecedentes penales-, se ocupó de coordinar a gritonas y gritones y, por supuesto, de pagarles sus 50 pesos. Se cree que por sus "habilidades naturales", Yam Cauich cobraba el doble.
Antes de que Paredes Lara se separara en 1997 de su cargo para ir en busca de una diputación federal, sus gritonas escenificaron un suceso bochornoso cuando arremetieron contra la entonces legisladora Ana Rosa Payán Cervera, ex alcaldesa panista de Mérida, y le arrojaron varios objetos a su curul con la intención de golpearla. Orlando Paredes, quien presenció la escena, sólo sonrió.
Los insultos de estos personajes se intensificaron durante la 55 legislatura (1998-2001), que preside todavía la priísta Myrna Hoyos Schlamme. Las gritonas no dieron respiro a panistas y perredistas durante tres años.
Ahora, a 24 horas de que culminen su gestión los diputados, los gritos ya no retumban en la sala de sesiones. Los priístas a sueldo, campesinos e indígenas, deberán buscarse a partir del 1Ɔ de julio otro modus vivendi.
El último mayoriteo
Dicen que las despedidas siempre son tristes, pero en el caso de los diputados locales la ironía, las denuncias y las alabanzas, en el caso del tricolor hacia la figura del gobernador Víctor Cervera Pacheco, sustituyeron las caras largas.
Así transcurrió el último día de sesiones de la 55 legislatura que, en tres años de gestión, se caracterizó por el constante enfrentamiento entre los legisladores priístas, panistas y perredistas ytuvo como punto culminante el conflicto prelectoral por el desacato del tricolor hacia los resolutivos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La intervención de los magistrados federales tuvo un colofón ya conocido en el medio político nacional: la integración del Consejo Electoral del Estado que organizó los comicios locales del 27 de mayo pasado.
Sin embargo, hoy todos esos episodios parecieron olvidarse. En cambio, salieron a relucir los irónicos discursos. Y así desfilaron en tribuna, en su última intervención, los legisladores del tricolor. Alabanzas para Víctor Cervera Pacheco y denuestos contra Fox y el gobernador electo de Yucatán, Patricio Patrón Laviada.
Y el último mayoriteo tricolor. Trece de los 15 legisladores de ese partido aprobaron la integración de concejos municipales en las comunidades de Tinum, Samahil y Chankom, mientras se celebran los comicios extraordinarios. En los dos primeros municipios triunfó el PAN, mientras que el PRI lo hizo en el último. El Tribunal Electoral del Estado revocó las victorias al documentar supuestas irregularidades en el proceso de mayo pasado.
Posteriormente, al concluir oficialmente la sesión, los abrazos y gestos de agradecimiento escasearon. Ni entre los priístas hubo solidaridad. Los desertores del Revolucionario Gaspar Xiu Cachón y Liborio Vidal Aguilar fueron ignorados por Myrna Hoyos, su ex coordinadora de bancada. Los panistas, entre ellos, y por sus aliados perredistas.
-Pudo más el resentimiento y el fanatismo político -se lamentó Myrna Hoyos Schlamme.