DOMINGO Ť 1Ɔ Ť JULIO Ť 2001
Ť Kostunica y su partido estaban enterados de la entrega de Milosevic al TPI, acusa Djindjic
En "crisis profunda", la Federación Yugoslava, asegura el premier serbio
Ť Si no hay solución, entonces Montenegro y Serbia deben separarse, afirma el polémico político
Ť El ex presidente comparecerá el martes ante el juez británico Richard May, señalan en La Haya
AFP, AP Y DPA
Berlin, 30 de junio. El primer ministro de Serbia, Zoran Djindjic, estimó que la Federación Yugoslava, in-tegrada por Serbia y Montenegro, atraviesa por una profunda crisis tras la negativa de los ministros de Montenegro de solidarizarse con la iniciativa gubernamental sobre el asunto de la extradición al Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya del ex presidente Slobodan Milosevic.
Así lo dio a conocer Djindjic, en una entrevista que concedió a la cadena pública alemana ARD.
"La federación está en una crisis profunda, debemos encontrar un concepto para una federación re-formada, que a continuación será presentado a la población de Montenegro como una posible solución, y si lo rechaza, entonces de-bemos simplemente separarnos, si lo acepta, debemos organizar nuevas elecciones, cambiar de Constitución", declaró Djindjic.
"Con suerte, esto puede ocurrir antes de finales de año", agregó el primer ministro serbio, quien permitió el traslado de Milosevic al TPI, aun en contra de la voluntad del Partido Socialista Popular de Montenegro, que participa en el ejercicio del poder federal.
"Nosotros en Serbia, no podemos quedar más en esta situación incierta sin saber si tenemos un Estado o si no lo tenemos", agregó el primer ministro.
Asimismo, Djindjic, en declaraciones al diario local Vecernje No-vosti, señala en su edición de este domingo que el presidente de Yu-goslavia, Vojislav Kostunica, y su partido político estaban informados de la decisión de trasladar a Milosevic a La Haya.
El traslado de Milosevic al TPI "no sorprendió a nadie en el seno de la Oposición Democrática de Serbia (ODS)", la coalición de 18 partidos en el poder en Serbia y en Yugoslavia, declaró Djindjic.
"Mantuvimos varias reuniones y en todas las ocasiones decidimos por unanimidad no al aislamiento, no a la vuelta atrás, y en esta óptica la decisión del gobierno serbio no sorprendió a nadie", enfatizó.
Deportación anunciada
El primer ministro rechazó declaraciones de la ODS y de Kostunica, en las que afirmaban que no fueron informados de la decisión: "Yo diría que ellos no quieren aceptar las informaciones, que no están de acuerdo con su visión del mundo; hicimos lo que anunciamos hace mucho tiempo".
Por otra parte, políticos de Montenegro, la menor de las dos repúblicas yugoslavas, se comprometieron el sábado a participar en conversaciones para resolver la crisis desencadenada por la extradición de Milosevic. Esta se agravó tras la renuncia el viernes del ministro yugoslavo Zoran Zizic, en rechazo a la decisión serbia de entregar a Milosevic, acción que calificó de "apresurada e indiscreta".
Sin embargo, dirigentes del sector montenegrino de Zizic prometieron participar en conversaciones que deben comenzar el próximo lunes con miras a la formación de un nuevo gobierno, la cual será encabezada por el presidente Vo-jislav Kostunica.
La nueva administración federal podría asumir sus funciones dentro de 10 días, dijo este sábado a la prensa el asesor presidencial Slobodan Samardzic.
Kostunica, incluirá en las negociaciones a los partidos que estén dispuestos a proseguir el curso re-formista de su gobierno, de respetar la Constitución y las leyes.
Según la Carta Magna, el nuevo primer ministro deberá ser montenegrino, ya que Kostunica es originario de Serbia.
Mientras tanto, el TPI, informó hoy que Milosevic hará su primera comparecencia el martes ante el juez británico Richard May.
El ex mandatario tendrá que de-clararse "culpable" o "inocente" por cada uno de los cargos que se le imputan, aunque todavía no se presentarán pruebas.
Uno de sus abogados, Branimir Gugl, dijo que Milosevic, acusado de crímenes contra la humanidad, "ordenó" a sus letrados presentar una defensa "política" de su caso, porque considera que éste es un "juicio político".