DOMINGO Ť Ť JULIO Ť 2001

Ť Arizmendi: "los agresivos generan espirales de violencia que pueden rebasarlos"

''Hay quienes desean se acabe con líderes del EZLN"

Ť Indispensables, los cuerpos policiacos y el Ejército, señaló el obispo durante su homilía

ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL

San Cristobal de las Casas, Chis., 30 de junio. El obispo de la diócesis local, Felipe Arizmendi Esquivel, criticó a quienes "desearían que el gobierno acabara con los dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y de otros grupos levantados en armas, para que ya no causen más problemas al país, en vez de atender sus razones y exigencias, cuando son justas y prudentes".

En su mensaje dominical, el prelado agregó que "los vengativos, los que se arman para destruir al contrario, los que confían en la violencia para cambiar situaciones, no han comprendido la perfección del Evangelio".

Reiteró que "los agresivos generan espirales de violencia, que pueden rebasarlos a ellos mismos y escapar a su control, con grave daño para la sociedad", y añade que "Dios no aprueba venganzas entre personas o entre grupos, y aunque el daño que nos causen sea injusto, como la muerte de Jesús, debemos ser capaces de perdonar y hasta de hacer el bien a nuestros malhechores".

Cuando alguien nos causa un mal, subrayó el obispo, "el deseo de venganza nos impulsa instintivamente al desquite. Algunos nos aconsejan: 'no te dejes; que no te vean la cara; dale duro...' Es algo semejante a lo que pedían Santiago y Juan, discípulos muy cercanos a Jesús, que querían hacer bajar fuego del cielo para que acabara con los samaritanos, porque se negaron a darles hospedaje; pero Jesús los reprendió por estos sentimientos y reacciones. Todavía no comprendían el estilo del reino que venía a implantar: un reino de justicia, pero también de amor y de paz; no un reino que se impone por las armas y la violencia agresora, sino por hacer el bien siempre y a todos, incluso a los enemigos".

Arizmendi puntualizó: "ésta es una enseñanza muy actual y concreta, pues no faltan, por ejemplo, quienes quisieran acabar con los enemigos, deshacerse de ellos y eliminarlos; así piensan algunos mexicanos, que desearían que el gobierno acabara con los dirigentes del EZLN y de otros grupos levantados en armas".

Criticó también a quienes "pagan fuertes cantidades de dinero a matones a sueldo para que eliminen a sus contrarios, o a líderes que promueven justicia para los desposeídos, aunque ciertamente algunos de éstos a veces recurren a la violencia y a otras actividades contrarias a la ley, lo cual tampoco es correcto".

Arizmendi Esquivel señaló: "porque existen personas violentas y criminales, asesinos, ladrones y secuestradores sin conciencia, la autoridad civil requiere de ejército y de cuerpos policiacos para la protección de la sociedad y para sujetar a los delincuentes".

Pero aclara que "no han de imponerse arbitrariamente ni excederse en represiones, mucho menos actuar sólo para tomar venganza, sino que han de respetar siempre los legítimos derechos humanos de todos, incluso de los que son culpables, porque son seres humanos, no animales ni bultos".