SABADO Ť 30 Ť JUNIO Ť 2001

ANDANZAS

La danza y...

Ť Colombia Moya

DE TANTO EN tanto, la memoria profunda de las culturas parece dormir o despertarse indiscriminadamente, según las circunstancias del momento, la época o los caprichosos vericuetos en la vida de pueblos, ciudades o personas. Otra cosa sería si la humanidad ya hubiese aprendido a acumular escalonadamente la experiencia recibida o vivida; si el hilo conductor de la historia original fuese respetado y transmitido en su verdadera dimensión aleccionadora y preventiva, si tan sólo no hubiese tanta distorsión, tanta barbarie que en su propio error se repite una y otra vez a lo largo de los siglos. Tal vez entonces la humanidad ya viviría exenta de recorrer los antiguos caminos del odio, del error y del horror que nos vemos obligados a recorrer una y otra vez, generación tras generación, dispersos, incomunicados, tantas veces engañados, usados y... también eternamente traicionados, manipulados en cada sueño megalómano y su interminable ciclo de nacimiento, ilusiones, destrucción y muerte, para volver a empezar siempre en manos de héroes formidables o nefastos demonios.

21af1.jpgPOR ESO LA breve reflexión, porque la danza y... todo, la vida, las cosas, las artes y los sucesos, como el agua tibia, siempre han estado presentes, sólo que con diversos enfoques y énfasis, según las pulsiones de quienes mueven la sartén por el mango. Pero nada es nuevo. Sin ir más lejos, tan sólo en el primer cuarto del siglo XX, ya la escuela Bauhaus de Alemania, con sus geniales artistas, demostró la profunda interrelación de la música, la pintura, la danza, la arquitectura, etcétera, "en y para la mejor vida de los hombres". Así, el diseño de una unidad habitacional, de una cafetera o una silla era parte de la realidad circundante, de la misma vida... pensamientos que al tomar mayor consistencia en su forma política se volvieron sospechosos para el señor Hitler y todos los que como él, intoxicados de poder, acaban por pervertir hasta el último resquicio de humana sensatez.

YA OSCAR SCHLEMER, también perteneciente a la escuela Bauhaus, se anticipó con mucho a su época con el famoso ballet Triádico por el concepto de la forma y la dinámica del movimiento en el espacio, su diseño y contenido.

SCHLEMER, SIN SER precisamente coreógrafo o bailarín como ahora se comprende, en toda su "especializada" magnitud, pudo expresar las más importantes premisas del círculo, el cuadrado y el triángulo en el diseño del vestuario y coreográfico de los bailarines para mostrar la geometría y contable disposición de los seres "deshumanizados", mecanizados, en lo que hoy nos ofrece el mundo globalizado traducido en "cuánto compras, cuánto significas". También Diaghilew, Stravinsky, Roerich, León Baskt, Fokine, Debussy, Ravel, Gotcharova, Nijinsky y toda aquella pléyade de grandes artistas que pudieron sintetizar en la obra los vasos comunicantes de la vida, de la cultura, en el prodigio del arte.

EN TANTO AQUI, en 1980, La danza y.... se denominó el ciclo de conferencias que queridos artistas me hicieron el favor de ofrecer en la Librería Universitaria: Arnold Belkin, Raúl Cosío, José Antonio Arcaraz, Gilberto Aceves, Raquel Tibol y otros representantes de la creación multidisciplinaria y su significación en la danza, amén de los infructuosos intentos de Miguel Covarrubias, Santos Balmori y algunos otros por acercar a los bailarines de la danza mexicana a la historia, la música, la arquitectura, etcétera. La temporada Vasos comunicantes del INBA, sus talleres y conferencias, esperamos que más que títulos ambiciosos, realmente entibie las congeladas aguas de la enseñanza de las artes en las escuelas a su cargo.