Ť El escritor presentó su libro El traje que vestí mañana en nueve comunidades de Chiapas
Mi nombre ya no es el silencio, dijo una poeta chol a Juan Bañuelos
Ť ''Dialogar con escritores indígenas es más fructífero que las negociaciones de los políticos''
Ť Si no hacemos algo por nuestras culturas originarias se vivirá un destino trágico, vaticina
JAVIER MOLINA ESPECIAL PARA LA JORNADA
Tuxtla Gutierrez, Chis. Mi nombre ya no es el silencio, dijo Juana Peñate, poeta de la etnia chol en el diálogo que sostuvo Juan Bañuelos con los escritores de Tila, comunidad situada en la región selvática del estado. El poeta presentó su obra reunida en el libro El traje que vestí mañana (Plaza & Janés) en nueve poblaciones de la entidad: Huehuetán, Tapachula, Las Margaritas, Ocosingo, Palenque, Tila, San Juan Chamula, San Cristóbal de las Casas y esta capital.
Fue un recorrido de dos mil kilómetros organizado por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (Coneculta) en el que alternaron tojolabales, tzotziles, tzeltales, choles, mames, zoques y mestizos. ''Ya sobre la marcha advertimos que esto era el inicio de una reforma cultural -afirma-, que abarca todos los niveles de nuestra sociedad, principiando con las comunidades indígenas que nunca han sido tomadas en cuenta, o lo han sido desde una posición paternalista o autoritaria, de tal manera que los escritores chiapanecos que intervinimos en este diálogo literario y poético descubrimos que en el fondo estaba el propósito de enriquecer y de contribuir acelerando la paz tan deseada en Chiapas, y en cierta forma contrarrestando el abuso discriminatorio que el pasado abril aceptó el Congreso de la Unión al aprobar una ley que contradice los acuerdos de San Andrés y el proyecto de ley de la Cocopa.
''Eso no lo podemos aceptar los mexicanos -enfatiza quien fue integrante de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai)-: son siete años perdidos inútilmente en las negociaciones; al menos esa es mi visión y por eso es el momento en que los chiapanecos, los mexicanos, debemos exigir al gobierno federal la no militarización de la frontera. Hace falta la presencia como actor de la sociedad civil, de una manera decisiva".
Escritura con dos corazones
Acerca del intercambio cultural tan inusitado que se efectuó en diferentes zonas de Chiapas, considera que ''fue de una gran riqueza porque fueron los propios indígenas quienes al ver que nos sentábamos en la misma mesa literaria como iguales, sin protocolos, hicieron suyo este diálogo y algunas veces hicieron propuestas, tradujeron mis poemas a sus lenguas e incluso destacaron la versificación hecha en castellano y los problemas técnicos para trasladarlos a sus lenguas respectivas, sobre todo en el aspecto rítmico, tan diferente al español. Al agradecer la intervención de estos escritores debí confesar que ellos me llevaban una gran ventaja, porque dominaban su lengua y también el español y, por tanto, yo estaba escribiendo solamente con un corazón, y ellos tenían dos corazones".
Uvel Vázquez recordó en Tila, la mañana del domingo 24, que era día de San Juan, ''o sea que es el santo del poeta", y hubo la música tradicional, igual que por la tarde en la fiesta de San Juan Chamula.
-¿Qué es lo que más te conmovió en este regreso a tu tierra natal?
-Venir a Tuxtla Gutiérrez, donde yo nací, y que los indios zoques estuvieran presentes en las personas de Paulino Jonapá, Antonio Escobar Paredes y Ramón Chacón (músico de las ceremonias religiosas), representantes de la mayordomía zoque. Quiero aclarar que esta palabra viene de chukí, que a la vez viene del nombre del caracol que es el alimento principal de esta etnia, que es el shuti, de tal manera que me sentí halagado de ser recibido por los representantes de los hombres caracol.
Contra el imperio de la usura
Bañuelos afirma que este diálogo con los creadores ''es hasta el momento más fructífero que la negociaciones de los políticos y una gran aportación a la paz".
-¿Qué significación tiene?
-Que la cultura es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir. Y estamos viendo que los pueblos originarios en este país sobreviven a los cambios de régimen; por eso tratar de quitar a una nación sus culturas originarias y querer transformar su memoria en una memoria maquiladora sería lo más criminal para los mexicanos, sería pisotear su destino. Aquí no se trata ya de estar hablando de políticas de izquierda o derecha, sino de la lucha del planeta entero contra la globalización de la usura, el totalitarismo de la usura que es hoy peor que el nazifascista. Se vivirá un destino trágico si no hacemos algo por nuestras culturas originarias.
Insurrección de la cultura maya
''Hoy vemos claro -dice Juan Bañuelos-que la insurrección de 1994 no fue un levantamiento más de unos guerrilleros, sino la insurrección de la cultura maya, de tal manera que si no preservamos esta riqueza y no reconocemos sus derechos humanos y sus autonomías (que se convierten primordialmente en problemas de seguridad nacional y de preservación de nuestra soberanía) estaremos aumentando las cifras difundidas por la ONU hace poco, que 58 de cada 100 mexicanos viven en la pobreza o en la pobreza extrema. Es necesario que los escritores de nuestro estado y de todo el país reciclemos los mitos de los pueblos originarios; un mito es una forma de dar sentido a un mundo que no lo tiene. Los mitos son patrones narrativos que dan significado a nuestra existencia. Para los mexicanos deben ser como las vigas de nuestra casa, que no se exponen al exterior, es decir a la lluvia y al viento, sino que sus estructuras tienen que aguantar la construcción para que la gente pueda vivir en ella. Los mitos son un proceso esencial para la adquisición de una identidad y, sobre todo, de salud mental".
Mi nombre ya no es el silencio, dijo la muchacha en Tila, como quien entra al mundo, y eso nos hizo recordar también el nombre del primer libro de Juan Bañuelos, Puertas del mundo.
El poeta sostiene que estamos en la misma circunstancia de hace muchos años en América Latina, una situación de gobiernos autoritarios, y que por eso cobran gran actualidad las palabras del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos: ''Si el negro es la ausencia de luz y por tanto de color, el despotismo, como poder absoluto en un país inerme y atrasado es, por definición, la ausencia, mejor dicho la imposibilidad del juego normal de las instituciones democráticas, y representa por contraste, el atropello incesante de los derechos humanos, la brutalidad y, en consecuencia, la degradación de todos los estamentos de una sociedad".
Libro de Huehuetán
(Bajo una ceiba)
1. Este es el principio de
nuestras sentencias
y la declaración de
nuestros protectores
2. De nuestra oscuridad que
da la respiración
y de los
pensamientos que dan
luz a los hijos.
3. Este es el árbol de la
sangre
porque a su savia
se le llama sangre
4. Este es el año que corre
como la viruela /
como se desata la
cara de la debilidad
7. Desde los desdentados
cerros hemos venido
alternando el temor
con el valor
Fragmento de Libro de Huehuetán, poema de Juan Bañuelos incluido en su libro El traje que vestí (Plaza & Janés) con texto intoductorio del poeta argentino Juan Gelman