SABADO Ť 30 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Cuando Fidel falte, "vendrán otros... y Dios dirá", asegura

Eusebio Leal: "quisieron arrastrarnos" por crear hospitales para enfermos de sida

ENRIQUE MENDEZ ENVIADO

Veracruz, Ver., 29 de junio. Uno de los discursos que contribuyeron a moderar la posición del PAN en la Reunión Interparlamentaria México-Cuba fue el del historiador de La Habana Eusebio Leal, quien advirtió -recordando a Jesucristo- que en materia de derechos humanos nadie le puede lanzar a Cuba la primera piedra.

Afirmó también que el agotamiento del presidente Fidel Castro Ruz es por "el insomnio continuo de una batalla a otra", entre éstas la que se hizo por recuperar a Elián González, y aceptó que cuando el comandante ya no esté, "vendrán otros... y Dios dirá."

El diputado cubano pidió a los legisladores mexicanos señalar los errores de cada gobierno, pero "no con ojos judiciales, ya que a los pueblos hay que verlos con ojos de amor, porque sólo el amor salva", y no esas revisiones "con lupa" que se le pretenden hacer a su país.

Porque, señaló, no es en Cuba donde se torturó o asesinó a monjas; donde se reprime a los manifestantes, como en Quebec; no es en la isla -subrayó- donde se persigue a los católicos ni "donde murió un cardenal en condiciones escandalosas"; tampoco un país en el que sus dirigentes pueden amasar fortunas; en el que los niños duermen en las calles; en donde se corta la mano o asesina a los ladrones; en donde se les impida a las mujeres salir a la calle sin un velo.

"Somos pecadores, como todos los seres humanos. Yo maltrataré a mi esposa, quizá a mi hijo; la engañaré, haré todo lo imaginable, y seré también un violador inconsecuente de mis ideas, pero el signo que denomina al pueblo cubano es otro."

En su intervención, hecha luego de que los delegados del PAN hablaron sobre la presunta violación de derechos humanos en la nación caribeña, Leal afirmó que no pretendía convencer al diputado panista Tarcisio Navarrete Montes de Oca, quien quiso que la resolución final incluyera una "cláusula democrática" al Estado cubano, pero sí precisar que la isla no es como la quieren pintar Estados Unidos y los grupos disidentes.

Se refirió entonces a las críticas hechas por la situación de los centros de atención a enfermos de sida. "Nos acusan de que una violación terrible era haber creado hospitales para llevar a los enfermos. Dicen que son campos de concentración. šMiserables, mentirosos! Se les llevó ahí con una profunda humanidad y con un profundo sentido de responsabilidad social, porque a un pueblo que le gustan tanto las mujeres, que le gusta tanto la jodedera como a nosotros, estaría al borde de la destrucción si no toma esas medidas. Esa es una gran verdad, y sin embargo quisieron arrastrarnos de los pelos."

El tono del discurso provocó silencio entre los participantes en la cuarta parlamentaria. Más que una declaración, siguió Leal, el suyo era un "grito a nuestros hermanos de México."

"ƑO a qué más vamos a responder?", les cuestionó. "ƑA que Fidel se está muriendo? ƑA que cómo estará? No, no. Fidel es un ser humano. El mismo muchas veces ha dicho: 'detrás de mí el problema es de otros, no mío'. Para eso hemos creado instituciones, parlamentos, asambleas... Fidel no es un jefe de Estado, es algo más. Fidel es un líder, un jefe revolucionario, pero un ser humano también.

"ƑUstedes piensan que a nosotros no nos dolió su fatiga? Nosotros sabemos de dónde viene esa fatiga. Viene del insomnio continuo de una batalla tras otra, de la lucha por Elián (González), porque si nos lo arrebataban, ningún niño cubano, latinoamericano, mexicano estarían seguros. Pero la presa codiciada era Elián.

"Ahí es donde había que ir y golpear, y eso es lo que ha agotado sus fuerzas, pero se repondrá y luchará, y cuando él no esté, vendrán otros... y Dios dirá".

Fue esta la última frase de Eusebio Leal, quien el jueves por la noche regresó a La Habana, y motivó entre los diputados, incluidos los panistas, un largo aplauso.

No tenemos las manos manchadas de sangre

Eusebio Leal dijo que la Revolución cubana es "un proceso inconcluso, porque los derechos nacionales del pueblo no han sido reconocidos", pero la diferencia con otros países es grande, y atribuyó las versiones de violación de derechos humanos a una "búsqueda selectiva" del gobierno estadunidense y a la condición humana de sus acusadores. "Perdonen, diputadas y diputados, pero šel que es una mierda no importa que sea comunista ni católico ni nada, lo es siempre!", exclamó.

Para resaltar las diferencias señaló que a pesar de la pobreza del pueblo y el Estado cubanos, ningún niño está desamparado, duerme en las calles o le falta atención médica y hospitalaria. Tampoco se ve a "gente tirada en los parques muerta de hambre, ni el Papa en su visita pudo encontrar a su paso una multitud famélica o enloquecida".

Hay libertad religiosa, comentó. Y cuando se habla de religión hay que recordar que "no fue en Cuba donde se torturó y se violó a las monjas; donde se asesinó al arzobispo entre el altar y el templo, como un nuevo Zacarías; donde el obispo de los derechos humanos fue asesinado a manos de un parricida que debía ser su propio hijo; donde murió el cardenal en condiciones escandalosas; donde se asesinó a la cúpula de los jesuitas pensantes centroamericanos".

Tarcisio Navarrete había cuestionado antes las "restricciones especiales" en Cuba. Leal respondió en su discurso: "Que alguien me diga: 'Ƒa más derechos sociales, menos derechos individuales?' Habría que responder: 'es verdad'. ƑPor qué? Porque en Cuba nadie tiene derecho a amasar una fortuna sin rendir cuentas al pueblo. Ni Alarcón tiene cuentas en el extranjero, ni yo. Somos pobres".

El historiador dijo a diputados y senadores mexicanos que el suyo no es un país perfecto. "Tenemos derecho a hablar de Cuba y de México lo que ustedes quieran, pero nosotros sí damos fe de que hemos luchado abnegada y honorablemente por los derechos de todos. Somos pecadores, pero a Fidel no pueden imputarle nada de eso, porque lo conocemos de cerca, sabemos cómo y de qué manera cuida y lucha precisamente por estos sentimientos y por estas cosas. No hay dolor humano que le sea ajeno", sostuvo.

Ver con lupa al pueblo cubano, dijo, hará que los legisladores pasen más trabajo. Los propios representantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular, afirmó, son los principales críticos del partido, y están obligados a sostener un partido único porque no pueden dividir a un país que está "delante del enemigo peor de la Tierra".

La pena de muerte está en el papel, abundó, pero el gobierno de Cuba no puede aplicarla. "No podemos matar, porque si matamos a uno solo, a un gato, se tirarán sobre nosotros como fieras."

Los representantes, dijo, son profundamente críticos y están inconformes porque a pesar de que hay 35 por ciento de mujeres en la dirección del Estado, quieren que haya más y se les den oportunidades.

Esa es la verdad, dijo, y el principal acusador de Cuba no tiene moral y miente. "Entonces -invitó a los mexicanos- vamos a ser honrados, a poner los ojos en este sufrido continente y a ver en qué forma nos unimos, ustedes con su partido, nosotros con el nuestro. Yo no estoy queriendo convencer a Tarcisio, Tarcisio cree en lo que cree. Vamos a unirnos sobre una base ética de principios básicos para defender las cuestiones esenciales para el continente, porque de otra forma seremos condenados a una esclavitud perpetua".