VIERNES Ť 29 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Los argentinos se quedaron con la Copa Libertadores por segundo año consecutivo

Cruz Azul venció a Boca Juniors, pero perdió la final en penales

Ť Global 1-1; La Máquina sorprendió con oficio y con talento gobernó el partido

Ť Con los fatídicos tiros de castigo se acabó la ilusión: dos se perdieron y uno fue bloqueado

MIGUEL ANGEL RAMIREZ ENVIADO

Buenos Aires, 28 de junio. Aquí, en esta Argentina sorprendida, Cruz Azul logró que las llaves del reino salieran de los bolsillos de Boca Juniors, durante los 90 minutos del trámite de esta noche, pero los benditos penales se las regresaron.
penal
Los sudamericanos se volvieron a quedar con la Copa Libertadores de América por segundo año consecutivo, aunque perdieron 1-0 en el tiempo reglamentario, y con el global de 1-1 la definición tuvo que irse hasta la pena máxima, donde se impusieron 3-1.

Las más de 50 mil almas que se dieron cita en La Bombonera pronto descubrieron que el presunto cadáver gozaba de buena salud.

Cruz Azul demostró que venía vacunado contra cualquier presión que emanara de la tribuna, pese a que los seguidores locales impresionan de verdad. Parecen miles de peces atrapados en una red, que saltan, gritan "Boca es mi vida" y sueltan tremendas banderas y lanzan objetos.

Y como si esto no bastara, el sonido local recurrió a doña Celia Cruz para que les recordara que "la vida es un carnaval". Ni la ausencia del Matute Morales por gripa (sólo salió a calentar) gravitó en el accionar de los cementeros.
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Lo único que les hizo daño en la primera parte, como a sus colegas de Boca Juniors y a gran parte del público, fue el gas lacrimógeno que se coló como un invitado indeseado. La molestia en la cancha fue general, por lo que el árbitro peruano Gilberto Hidalgo debió suspender siete   minutos el encuentro.

Los cementeros tuvieron el oficio y el talento para ser ellos, y no el alabado anfitrión, quienes gobernaran el partido. Tocaban bien el balón, presionaban, se anticipaban y, sobre todo, nunca claudicaron.

Jugaron sin fisuras y demostraron que no estaban dispuestos a renunciar a la ilusión con la que llegaron, pese al 1-0 adverso que se trajeron del estadio Azteca en el partido de ida.

Boca Juniors, por su parte, nunca tuvo oportunidad de mostrar sus virtudes, principalmente Juan Román Riquelme. Lo más que hicieron los anfitriones en la etapa inicial fue una jugada personal del propio Riquelme, que al minuto 17 dejó en el camino a medio mundo, pero falló al tratar de coronarla.

Después, Javier Villarreal abanicó en el área un buen servicio que le llegó por el sector izquierdo. Eso fue todo. El portero Oscar Pérez ya no pasó sobresaltos.

Cruz Azul en cambio, siguió creciendo paulatinamente en el compromiso, y al minuto 21 Norberto Angeles le envió un centro a Julio César Pinheiro, que exigió al guardameta Oscar Córdoba.

Como veían los seguidores de la escuadra argentina que la visita se tornaba peligrosa, surgió, a todo pulmón, el "¡Vamos Boca!".

Pero a La Máquina no la paraban. Al minuto 34, Tomás Campos, quien suplió al Matute, lanzó un disparo lejano que terminó estrellándose en el poste izquierdo de la meta de Córdoba; Víctor Gutiérrez alcanzó a contrarrematar, pero el guardameta colombiano finalmente se quedó con el balón.
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Al minuto 49, los de Boca callaron la boca. Pinheiro mandó un centro al área por el sector izquierdo, el que prefirió Cruz Azul para atacar; José Cardozo se lanzó en busca de él y luego el balón le cayó a Francisco Palencia, quien fusiló a Córdoba, para el 1-0.

Todos silencio, menos los entusiastas seguidores de Cruz Azul que eran un lunar en esta Bombonera.

Para el complemento, Villarreal le dejó su lugar a Christian Giménez, pero los de casa siguieron sin funcionar. Estaban ahora obligados a atacar y lo intentaron, aunque sin éxito.

Al 50, Marcelo Delgado estuvo cerca, cuando le ganó el salto al Conejo Pérez, pero su cabezazo salió a un lado y él se quedó noqueado al chocar con el portero.

La respuesta de los cementeros fue mejor, porque Pinheiro estrelló el balón en el poste derecho del arco de Córdoba, cuando al minuto 71 cobró una falta.

Los cánticos empezaron a cambiar entonces por insultos. A Walter Gaitán le gritaban "Salí, salí" por sus malas intervenciones. Su esperanza siempre fue Riquelme, pero a éste lo llegaban a acorralar hasta cuatro cementeros cuando tenía el balón.

Además, el Conejo Pérez siempre conjuró bien el peligro en su meta, cuando fue exigido, y cuando no le ayudó el travesaño, como en el disparo de Cristian  Traverso, al minuto 82.

Con el 1-1 en el marcador global, todo se tuvo que decidir en los penales.

Abrió la serie Riquelme y lo convirtió; Palencia emparejó la situación otra vez. Mauricio Serna también ejecutó bien su disparo y puso adelante a Boca, 2-1. El disparo de Pablo Galdames lo sacó Córdoba, y luego vino Delgado para el 3-1.

José Hernández erró su disparo y parecía que Cruz Azul estaba ya liquidado con la oportunidad de Jorge Bermúdez, pero también falló. El turno fue para Pinheiro y el balón se fue a las nubes junto con las ilusiones de los mexicanos.

En la tribuna había una manta dedicada a San Justo. Y esta vez, aunque sufrieron de verdad, no les falló.


Ť Hicimos lo más difícil, que era ganar al Boca en su casa, señaló Pinheiro

Las cosas a veces no son justas, deploró Trejo

Ť Es una desgracia perder en penales, después de haber jugado bien y ganar el partido, dijo

MIGUEL ANGEL RAMIREZ ENVIADO

Buenos Aires, 28 de junio. En medio de todos los gritos de júbilo, fuegos artificiales y el ritual de la ceremonia de premiación, los aficionados locales se dieron tiempo para brindarles un aplauso a los jugadores de Cruz Azul, en el momento que abandonaban la cancha de La Bombonera.
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"Agradecerles lógicamente esto, pero creo que se reconoce, por una parte, el futbol que se mostró aquí", señaló el técnico José Luis Trejo, al concluir el partido. Confesó que duele más perder como lo hicieron.

"Es duro, porque son las cosas que a veces son injustas. No puedes descifrarlo de otra manera. Se juega bien al futbol, ganas el partido, pero pierdes en penales. Es la desgracia, pero son las reglas y hay que aceptarlas. También en las penas máximas hay que acertar", sostuvo.
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Consideró que el segundo lugar es "muy bueno, por la forma en que se dio. Se pierde en tiros de castigo, pero creo que queda ese buen sabor, esa alegría de que el equipo vino a pararse aquí, a ganarle a una escuadra importante, al campeón, y es la muestra de lo que puede pasar en el balompié mexicano cuando se quieren hacer las cosas".

Interrogado sobre si faltaba mucho para quitarse esa amargura de los penales, por todos los antecedentes, dijo: "Yo no puedo mencionar eso.

"Hablar otra vez de que si seguimos con esa historia de los penales es una situación que a muchos equipos les pasa y ni modo, le pudo haber pasado a Boca también. Estaba en su cancha y todo, y también fallaron un penal", anotó.

Confesó que en el vestidor sólo tuvo palabras de aliento para sus pupilos, pues "a muchos de los jóvenes les hace falta que se levanten ahora, porque les puede pesar" en el futuro.

Julio César Pinheiro, por su parte, señaló que hicieron lo más difícil, "que era ganarle a Boca acá, pero no nos alcanzó". Reconoció que le pegó mal al balón en su turno y no porque en la tribuna lo quisieran distraer. "Uno no está mirando arriba. Hice lo que tenía que hacer y lo hice mal", admitió.
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José Cardozo, en tanto, indicó que "el equipo tuvo personalidad, el control del partido casi siempre. Jugamos como siempre, con buen futbol, con garra y metiendo siempre la pierna fuerte. Me parece que el equipo hizo un gran partido y sorprendió al mundo entero".

Pablo Galdames consideró que los penales "son una lotería: o la ganas o la pierdes". A él le tocó esto último y se vio muy afectado en la cancha.
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Confesó que "es un momento difícil, porque tu pie está como si fuera la vida o  mue  rte. Y lamentablemente, bueno, mérito de Córdoba que me atajó el penal. Pero Cruz Azul demostró que es un gran equipo".

Para Francisco Palencia las derrotas duelen de cualquier forma. "No importa si es en penales o no. El consuelo que nos queda es que ganamos el partido, de alguna manera. Creo que perder la final, sea como sea, duele muchísimo; a nosotros nos hubiera gusta llevarnos la Copa".

El presidente del club, Guillermo Alvarez Cuevas, dijo que todos los aficionados de Cruz Azul deben sentirse muy orgullosos, así como el resto de la afición mexicana. Aseguró que esto fue la mejor respuesta para todos aquellos columnistas de nuestro país que decían que el segundo juego era un mero trámite, pues quitarle lo invicto a Boca Juniors en su cancha "no  cualquiera lo hace".