VIERNES Ť 29 Ť JUNIO Ť 2001
ƑLA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Godoy, Ortega y la PGJDF
EL SABADO 23 de junio falleció en Irapuato, Guanajuato, el polifacético y enjundioso aficionado Carlos Godoy. Tenía 75 años de decirle sí a la vida y de luchar por todos los medios para que el espectáculo de sus pasiones no se desbarrancara al pozo sin fondo de la dependencia y la mediocridad.
SU APACIBLE PARTIDA física -un infarto luego de desayunar- contrastó con su intensa actividad como taurófilo de pasiones, reflexiones y acciones, pues lo mismo organizó y presidió la aguerrida Porra de Ingenieros -aquella que igual arrojaba decenas de chamarras a los pies de un diestro triunfador que cervezas o similares a un torero medroso-. que fue en sus mocedades aspirante a novillero y aficionado práctico. Asimismo, por los años setenta editó unas sabrosas hojitas contestatarias -Acá- que distribuía gratuitamente en la Plaza México.
IGUALMENTE CARLOS GODOY formó parte de la anterior Comisión Taurina del Distrito Federal y publicó un libro con sus experiencias como aficionado internacional, Desde el tendido, escrito por Víctor Hugo Uribe. Pero quizá su mayor éxito como aficionado sea haberse desempeñado como empresario de la Monumental de Aguascalientes durante los años de 1989 y 1990, dando prioridad al toro de lidia con edad y trapío, lo que a la postre le costaría el cargo, pues toreros y ganaderos le fueron a lloriquear al entonces gobernador Miguel Angel Barberena para que removiera a Godoy, quien al fin descansa de tanta frivolidad disfrazada de heroísmo.
Los actores de la fiesta
POR SU PARTE, el maestro mexicano Rafael Ortega, triunfador de varias temporadas en la Plaza México, ya sufrió en Madrid las consecuencias de pertenecer a un país hoy taurinamente dependiente y mediocre, sin apoderados ni empresarios con verdadera influencia en España para hacer valer lo nuestro.
EL DOMINGO 24 en Las Ventas, en un cartel de cuarta, le confirmó la alternativa el venezolano Leonardo Benítez, ante un encierro ilidiable de Los Derramaderos -del agarradero decimos aquí-, al que nada había que hacer, mientras por acá el entreguismo acomplejado de nuestros promotores con cuanta medianía española llega no tiene límite. Pero a "los actores de la fiesta" en México les gusta hacer el ridículo.
POR EL CONTRARIO, en una celebración sin precedente del Día del Abogado, el pasado 26 de junio la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, a través de la Oficialía Mayor y la Dirección General de Recursos Humanos, tuvo un rasgo humanístico-cultural insólito al ofrecer un concierto de gala en el Auditorio Nacional, donde otorgó la medalla José María Iglesias a servidores públicos distinguidos.
LUEGO DE CONCEPTUOSOS mensajes del procurador Bernardo Bátiz y del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, los asistentes -unos 7 mil- disfrutaron en serio de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, bajo la batuta del joven y talentoso director Carlos Miguel Prieto. ƑY esto qué tiene que ver con la fiesta de toros? Bueno, entre otras cosas que tanto Carlos Miguel como su padre, el maestro Carlos Prieto, son cultos aficionados al espectáculo taurino, por ahora en manos de empresarios sin idea, a los que quizá ya pronto la PGJDF investigue por daños reiterados en propiedad ajena.