VIERNES Ť 29 Ť JUNIO Ť 2001

ASTILLERO

Julio Hernández López

YA AYER ANDABA lleno de contento (sin su cargamento) el Presidente de México. Atrás habrían quedado los escándalos de las toallas. Sonriente anduvo, y llegó a carcajearse contenidamente en dos ocasiones en ceremonias públicas. Bromeó incluso con los reporteros, a quienes mandó un afectuoso saludo, como si de complacencias radiofónicas se tratara, y les planteó, con tono pícaro, que necesita "que siga la luna de miel, que no me divorcien".

TODO HACE SUPONER, por tanto, que, a unas horas del momento estelar del primer aniversario del 2 de julio, los mexicanos habremos recuperado al Fox de siempre, abierto, dicharachero, ocurrente, desparpajado y apasionadamente contradictorio consigo mismo. šUf, qué miedo de que se hubiera quedado enojado por el resto del sexenio, sin querer, por ejemplo, limpiarse las manos con ninguna toalla que no evidenciara costar menos de 400 dólares!

PERO EL TIEMPO cura todo. Ayer, por ejemplo, el presidente nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, aseguró que Fox estará en el acto panista de conmemoración del día en que el partido blanquiazul hizo como que llegaba al poder. Días atrás, la vicepresidencia y la Presidencia de la República habían advertido que el representante de todos los mexicanos no asistiría a actos partidistas para celebrar la caída del PRI. El guanajuatense esgrimió una coartada institucional al mencionar que el presidente español José María Aznar estará de visita oficial en México justamente el 2 de julio del 2001. Por ello no podría acompañar a los panistas en su dudosa fiesta.

SIN EMBARGO, ayer se informó que el hombre de las botas sí estará en los jubileos panistas, aunque no se precisó si acaso irá no en calidad de héroe del 2 de julio sino, simplemente, para celebrar su cumpleaños que el destino escribió en la misma fecha. Ya antes, en Guanajuato, el panismo regional le acompañó con entusiasmo en el Día del Padre; ahora el nacional le cantará Las Mañanitas. Bravo Mena dice, en serio, rigurosamente en serio, que el 2 de julio podría ser considerada una fecha cívica, como el 15 de septiembre o el 20 de noviembre.

EN OTRO CHANGARRO, el de quienes recibieron un año atrás su máxima derrota histórica, siguen en las mismas: la misma dirigente (que sumó a la derrota electoral presidencial la de otros estados, entre ellos aquel en que ella nació y del que fue gobernadora interina); el mismo rollo y la misma incapacidad para entender que el mundo se mueve con Internet, y no con telégrafos.

UN AÑO, y siguen sin elaborar una propuesta inteligente, moderna, creíble, de recuperación política. Dulce María Sauri sigue apegada a los clichés cansados y contraproducentes de todos los años anteriores al 2000. El secretario general del Comité Ejecutivo Nacional, Rodolfo Echeverría Ruiz, juega a aparentar que hay nuevos tiempos en el tricolor, críticos, osados, jóvenes.

YA NI SIQUIERA tienen figuras notables. Francisco Labastida no se regaló una jubilación silenciosa y decorosa. Ya derrotado en la presidencial, brincó cuanto pudo pretendiendo asumir el control de eso llamado genéricamente PRI, aprovechando que el diseño del consejo político nacional había sido hecho pensando en que él ejercería el mando desde Los Pinos. En este tramo de litigio partidista, como antes en la campaña presidencial, a Labastida le faltaron arrestos políticos y le sobraron asesores gandallas.

SU ANTECESOR, Ernesto Zedillo, mientras tanto, se da la gran vida. Es miembro de consejos de administración, o asesor, o colaborador, de consorcios trasnacionales, uno de ellos al que favoreció especialmente con la privatización ferroviaria. Además, goza de un prestigio como profesional de la economía que le ha llevado a formar parte de cuerpos especializados de la ONU sobre la materia. Ayer, para no ir tan lejos, ofreció una conferencia mundial difundida en directo sobre temas monetarios. Si alguna vez fue priísta, Ernestou ya ni se acuerda, y hace bien, porque del tricolor, lo mejor que puede esperar es olvido.

OTROS PRIISTAS de renombre descansan en santa paz política. Los grandes dinosaurios parecen haber aceptado que su tiempo ha quedado atrás y se dedican a recordar glorias pasadas, como ancianos en jardín frente a palomas con hambre. Los caciques que sobrevivían parecen estar en retirada o en grave peligro. Víctor Cervera Pacheco ya lo único que desea es que dejando el palacio de Mérida no le vayan a abrir un expediente vengativo en su contra, como el de su amigo y protegido Mario Villanueva Madrid. Roberto Madrazo, por su parte, reza para que no haya arreglo entre López Obrador y Fox que le deje bailando a él y su comparsa, Manuel Andrade.

EN EL FLANCO izquierdo de la política mexicana las cosas van cambiando aceleradamente. Por ejemplo, la AMAM podría convertirse en CHAMAM, pues los Chuchos (Ortega y Zambrano como patronímicos líderes) están en pláticas para integrarse a la coalición de Andrés Manuel, Amalia y Monreal.

POR LO PRONTO, ayer, uno de esos personajes, el gobernador de Zacatecas, habló en el foro de The Economist sobre "la izquierda moderna" que, dijo, "es realista: ni dogmática ni pragmática. Actualiza su programa de gobierno en función de las nuevas realidades, no de paradigmas inamovibles".

Y, EN UN PARRAFO que bien podría estar firmado por Eduardo Sojo, Ramón Muñoz y Marthita Sahagún, Monreal afirma: "la izquierda moderna concede la máxima prioridad a la tarea de gobernar con calidad. Un gobierno de calidad es aquel que redistribuye los recursos sociales, que administra bien los recursos públicos, que sabe comunicarse con la sociedad, que garantiza la seguridad de las personas y sus bienes y que, como resultado de todo ello, mejora las condiciones generales de vida de los gobernados (hasta aquí, el énfasis ha corrido por cuenta de la pluma de Monreal en su discurso, el de a partir de ahora es por cortesía de Astillero). Para ello, la izquierda moderna desarrolla formas de gobierno incluyentes (...) Privilegia los pactos y los acuerdos de gobernabilidad sobre los disensos y la inestabilidad política. La izquierda moderna fortalece, no socava ni apuesta al deterioro de las instituciones democráticas de gobierno".

SE CIERRA esta columna, ávida de que sea 2 de julio para sacar su matraca, con el siguiente párrafo monrealino que habrá de sumarse a la creciente polémica que ya se vive en el Partido de la Revolución Democrática: "Entre las opciones viables --aseguró López Obrador, perdón, Monreal-- se encuentra configurar un polo, frente o alianza entre las diversas organizaciones partidistas, agrupaciones civiles y corrientes de opinión que se identifican con el centroizquierda. Es un espacio amplio, donde pueden coincidir sectores de priístas honestos, con promotores de la izquierda social, representantes del nuevo sindicalismo mexicano, luchadores agrarios, sectores de la iz- quierda socialista, intelectuales, agrupaciones políticas nacionales, organizaciones no gubernamentales y empresarios con inquietudes políticas y compromisos sociales, entre otros grupos".

Y AHORA SI, hasta el próximo lunes, 2 de julio.

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