Ť Una sociedad sin ideas plurales se queda en el atraso: Carmen Lira Saade
Rechazo a la comercialización de los medios, en el Congreso Mundial de Prensa
Ť Lamentable, que grupos económicos se arroguen el derecho de determinar cuál es la noticia, dice la directora de La Jornada Ť Absoluta oposición de Nobel de Física a la censura
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 27 de junio. Muchos temas han centrado la atención en el Congreso Mundial de Prensa, organizado en esta capital por la agencia noticiosa ITAR-TASS y el Instituto Ruso de Prensa, pero si hubiera que destacar uno sería el rechazo a la comercialización de los medios y al manejo irresponsable que hacen aquellos que, por encima de la más elemental ética profesional, pretenden limitar el derecho a la información, cuando no resulta negocio para ellos.
Representantes de los más diversos países coinciden en expresar esta seria preocupación. La directora general de La Jornada, Carmen Lira Saade, también considera que es un problema que los dueños de los medios sean empresarios, porque tienen valores éticos que, muchas veces, nada tienen que ver con el interés social.
"Una sociedad sin información, sin ideas plurales y propuestas diferentes, es una sociedad atrasada y lo es más cuando sólo se defiende el interés del dinero, en detrimento del interés público", sostiene la directora de La Jornada.
Para ella, es lamentable que grupos económicos
muy fuertes, en muchos lugares, se arroguen el derecho de determinar, más
allá de información obvia o insoslayable, cuál es
la noticia y qué debe difundirse y cómo. Por lo común,
añade, se oculta la posición de los grupos minoritarios y
se hace hasta lo imposible por acallar su voz.
Carmen Lira advierte que la guerra sucia, en cualquier
país, surge en el momento en que, desde el poder político
y los intereses económicos, se instiga la falsa creencia de que,
al carecer de una forma de expresión propia, los grupos minoritarios
no existen.
"Hay que abrirse a todas las formas, sin negar a nadie la posibilidad de expresarse, y contribuir a lograr que lo que ha sido privilegio de elites, la información, llegue al mayor número de personas, como un derecho que nadie les puede negar", subraya.
Posible, resistir presiones cuando hay credibilidad y calidad
La directora de La Jornada afirma que es muy válida la fórmula propuesta por Esbern Orberg, secretario de la Unión de Periodistas de Dinamarca, en el sentido de que la prensa puede resistir las presiones cuando, en un esfuerzo cotidiano, ofrece credibilidad y calidad. También está convencida que no debe haber cortapisas a los medios, pero también que los medios deben actuar con gran responsabilidad, con ética.
En el mismo tenor, el notabilísimo físico ruso Zhores Alfiorov, premio Nobel e invitado de honor al Congreso Mundial de Prensa, manifiesta que no debe existir ningún tipo de censura a los medios.
Propone Alfiorov que, tal vez, la única censura que podría aceptarse es la que los propios medios se impongan, pero sólo con estricto apego a la ética y la moral, nunca de carácter político.
"Hemos entrado de lleno a la sociedad de la información ?indica el también diputado de la Duma? y todos tienen derecho a acceder a ésta, uno de los productos más valiosos de nuestro tiempo. Lo único que quisiera, en lo personal, es que quienes tienen en sus manos el manejo y difusión de las noticias lo hagan para beneficio de la sociedad", expresa.
El presidente de la Unión de Medios de Rusia, Aleksandr Liubimov, es de la opinión de que, frente a la creciente conversión de los medios en negocio, "la única forma de sobrevivencia para los periodistas verdaderos depende del grado de responsabilidad que asuman por lo que hacen y, por ello, uno de los retos más importantes del siglo XXI es elaborar un código de ética que sea respetado por todos los profesionales de la información".
No pasó inadvertido que uno de los magnates de medios que asisten al congreso, Vadim Rabinovich, presidente de Media International Group, dueño de periódicos, estaciones de radio y canales de televisión en países como Israel y Ucrania, también se opuso a la censura.
Rabinovich, un hombre que estaba dispuesto a comprar en 700 millones de dólares el imperio mediático del magnate Vladimir Gusinski, ahora en poder del Estado ruso, habló específicamente, y con su perspectiva empresarial, de Internet, uno de los ámbitos en que tiene importantes proyectos. Para él, "no puede haber censura de ningún tipo o un órgano censor global; lo que todos necesitamos es crear condiciones que, de incumplirse, no reporten ganancias a nadie".
Las perspectivas de Internet, en el capítulo de nuevas tecnologías para difundir la información, ocupan buena parte de la agenda del congreso. Para muchos participantes fue muy interesante escuchar, por voz de su directora general, la exitosa experiencia de La Jornada, el periódico de América Latina más consultado en Internet por segundo año consecutivo, con más de 132 millones de accesos debidamente certificados.
Y todo indica, a juzgar por las tendencias registradas en los primeros meses de 2001, que la cifra récord será superada con creces este año.