Ť A partir del 24 de agosto de 2000, su transparencia fue puesta en entredicho
Sólo un año operó ''bien'' el Renave; fueron desoídas críticas del PRD, Robles y Del Villar
Ť La detención de Ricardo Miguel Cavallo y el suicidio de Raúl Ramos Tercero, elementos que precipitaron su caída Ť El titular de Secofi, Herminio Blanco, lo defendió hasta el final
GUSTAVO CASTILLO GARCIA Y JUAN ANTONIO ZUÑIGA
La relevancia, seriedad y transparencia del Registro Nacional
de Vehículos (Renave), así como la solidez y situación
jurídica de las empresas concesionarias de este servicio, se pusieron
en entredicho a partir del 24 de agosto del año 2000. El proyecto
que durante cinco años elaboró la Secretaría de Comercio
y Fomento Industrial (Secofi) operó ''bien'' tan sólo un
año y 14 días.
El 15 de septiembre de 1999, el gobierno federal otorgó
al consorcio integrado por las empresas Talsud y Gemplus una concesión
por 10 años para manejar y administrar los datos de vehículos
y propietarios. La decisión gubernamental para asignar a la iniciativa
privada este servicio le tomó 15 meses, pues el Congreso de la Unión
aprobó esta modalidad el 2 de junio de 1998.
Aun antes de su nacimiento oficial, el Renave fue objeto de críticas en la Cámara de Diputados, donde la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) votó en contra de la Ley del Registro Nacional de Vehículos, en particular en los artículos referentes al otorgamiento de una concesión a la iniciativa privada.
El proyecto siguió adelante y el 15 de febrero de 1999 el consorcio encabezado por el empresario Henry Davis designó director general a Ricardo Miguel Cavallo, quien se convertiría, a partir del 24 de agosto de 2000, en el talón de Aquiles de la empresa que pretendió administrar un proyecto destinado a fortalecer el combate al crimen organizado, dedicado al robo de automóviles.
Campañas de convencimiento
El gobierno federal, a través de la entonces Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, realizó campañas de ''convencimiento'' para que los propietarios de 14 millones de automotores se registraran. Pero las autoridades del Distrito Federal, encabezadas por la jefa de Gobierno, Rosario Robles Berlanga, y el procurador capitalino, Samuel del Villar, advertían de sus riesgos y deficiencias.
Alertaban del peligro que significaba poner en manos de una empresa privada los datos personales del propietario y las características de todo vehículo, ya que consideraban que esto podría generar robos por encargo.
El titular de la Secofi, Herminio Blanco Mendoza, se convirtió,
por el lado oficial, en el defensor a ultranza tanto del Renave como de
la empresa concesionaria. En entrevista con La Jornada defendió
y definió: ''Es una base de datos realmente diseñada con
altos estándares, se llama clasificación B-2 por el Departamento
de Defensa de Estados Unidos, que tiene un nivel de encriptación
superior al que tienen los estándares bancarios''.
El 27 de agosto de 1999, el subsecretario Raúl
Ramos Tercero, autor del proyecto, definió así al Renave:
''Logrará conformar una base de datos actualizada y confiable que
identifique en todo momento la situación jurídica y la titularidad
de derechos sobre la propiedad de cada vehículo. Adicionalmente
proporcionará información oportuna para contribuir al orden
y la seguridad jurídica y pública de un activo tan importante
para la ciudadanía, y traerá consecuencias favorables para
toda la industria automotriz, la cual incluye armadoras, aseguradoras,
agencias, así como para los usuarios''.
Hasta esa fecha, e incluso hasta la primera mitad de agosto de 2000, la Secofi, sus funcionarios y los concesionarios aseguraban que el Renave constituía un órgano seguro y confiable, serio y transparente, que había sido licitado con honestidad.
24 de agosto de 2000
Ricardo Miguel Cavallo, hasta entonces identificado como una persona seria y que había mostrado ''cartas de buena conducta'' expedidas por los gobiernos argentino y salvadoreño, fue descubierto como secuestrador, torturador y genocida de argentinos opositores a las dictaduras militares de ese país sudamericano, entre 1977 y 1982.
Sérpico o Marcelo, como también se le conocía en Argentina al ex militar integrante de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), fue detenido en el aeropuerto de Cancún cuando pretendía viajar a su país, después de que había sido denunciado e identificado por sus víctimas.
La posición de Herminio Blanco
El escándalo del Renave comenzó entonces. Herminio Blanco asumió la defensa del proyecto y en forma indirecta la de su director, aunque el 29 de agosto de ese año la Secofi inició la intervención ''precautoria y temporal'' del registro. De Cavallo dijo: ''No tiene acusación de robo de vehículos, como se ha dicho, ni de falsificación de documentos. Las acusaciones sólo son por genocidio y tortura''.
6 de septiembre de 2000
El creador del Renave, Raúl Ramos Tercero, se suicidó
utilizando un exacto o cutter, en un paraje del parque nacional
La Marquesa. Dejó tres cartas póstumas. En ellas exoneró
de su decisión a quienes fueron sus colaboradores y a su jefe, Herminio
Blanco. Aseguró que se privó de la vida ante el fracaso del
Registro Nacional de Vehículos.
En la misiva dirigida a Blanco Mendoza explicó:
''Mi único error fue el no haber medido mis fuerzas y capacidades
en la ejecución de este proyecto, que por su extraordinaria complejidad
exigía mucho mayor prudencia que la que yo ejercí''.
Ramos Tercero asumió ''absolutamente la responsabilidad de las tareas incumplidas por Secofi'', que pusieron ''en dificultades operativas a la empresa concesionaria'' del Renave.
El titular de la Secofi reconoció, en entrevista con este diario, que luego de la muerte de Ramos Tercero ''la figura de concesión para el Renave ya no funcionaba'', pero se dijo ''satisfecho, contento y orgulloso de lo que hemos hecho'' en referencia al registro, el cual desde esas fechas prácticamente detuvo su operatividad y se mantuvo intervenido.
De los 14 millones de vehículos que había entonces en el país, sólo se habían registrado 300 mil, es decir, aproximadamente 2 por ciento.
En octubre, la Secodam aseguró en un informe ?que primero fue colocado en Internet y que ahora no puede ser consultado? que la licitación del Renave fue correcta. Pero detalló las fallas del registro: falta de infraestructura, carencia de acuerdos de colaboración con las procuradurías estatales, retraso en los procesos de evaluación de las solicitudes de inscripción e insuficiencia en la estrategia informativa.
Poco más de nueve meses después del fallecimiento de Ramos Tercero, al cambio de gobierno, el Registro Nacional de Vehículos ha sido requisado y, por primera vez, más allá de los términos de la técnica jurídica, fue asociado al interés de la nación.