MIERCOLES Ť 27 Ť JUNIO Ť 2001
Cacería, auge en puerta
Venado cola blanca, trofeo que NL busca explotar para atraer aficionados de EU
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Monterrey, nl, 26 de junio. Las semidesérticas tierras de Nuevo León, que han sido abandonadas o se mantienen prácticamente en la ociosidad por falta de productividad agrícola y ganadera, han cobrado interés para una nueva actividad: la explotación cinegética, en la que incluso participan grandes empresarios como Adrián Sada González, presidente del Grupo Vitro. La verdad es que no cualquiera puede meterse a explotar o a disfrutar la cacería.
Para ser cazador se requiere pagar nada menos que entre mil 500 y 3 mil 500 dólares, a fin de tener derecho para matar un venado cola blanca. Asimismo, para poder ofrecer piezas de cacería, un rancho debe contar mínimamene con cien hectáreas.
El potencial de este negocio es enorme. Los ingresos que deja cada venado macho, en el mejor de los casos, son equivalentes a la venta de 25 a 30 becerros. Sus impulsores, como el secretario estatal de Turismo, Omar Mohamed Tamez, tienen la vista puesta en Estados Unidos, país con un registro de 14 millones de cazadores de venado cola blanca.
La entidad es también un corredor de fauna silvestre y puede ser un atractivo para el turismo ecológico estadunidense, así como de Asia y Europa, que estaría deseoso de observar 388 especies de aves, que representan 35 por ciento de todas las que hay en México, sostiene Jorge Villarreal González, coordinador de la Comisión de Caza del Consejo Consultivo Estatal para la Preservación y Fomento de la Flora y Fauna Silvestre de Nuevo León.
Tan sólo en Texas la caza genera utilidades por 7 mil 500 millones de dólares al año, mientras en España produce ingresos por unos 5 mil millones de dólares anuales provenientes de 50 mil cotos de caza. México cuenta con una superficie cinco veces mayor que el país ibérico y por tal motivo podría tener hasta 250 mil predios cinegéticos con una mejor biodiversidad, señaló el director de Turismo estatal.
El valor agregado que con este nuevo filón de aprovechamiento ganaron las propiedades rurales ha propiciado la codicia de algunos hombres de negocios, que mediante argucias legales, presiones y al amparo de las reformas al artículo 27 constitucional se han apoderado de las tierras ejidales.
El auge de la nueva actividad cinegética fue propiciado por la aprobación de la Ley General de Vida Silvestre en 1998, que sustituyó la antigua Ley Federal de Caza. Con base en la nueva legislación, la caza deportiva sólo se puede practicar en predios registrados como Unidades de Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (Umas), con planes autorizados para la administración de los recursos naturales y estudios que demuestren la existencia de excedentes de especies animales.
Villarreal González comentó que a nivel nacional existen 2 mil 300 ranchos cinegéticos, de los cuales 690 están en Nuevo León (25 por ciento). Precisó que los ranchos cinegéticos de esta entidad comprenden un millón 150 mil hectáreas, casi 17 por ciento de la superficie del estado. Comentó que el año pasado fueron autorizados 3 mil 500 permisos de aprovechamiento de venado cola blanca, mientras en todo el país la cifra fue de unos 12 mil permisos.
Estimó que en diez años todos los ganaderos de Nuevo León se podrían incorporar a la actividad cinegética en mayor o menor grado. "Estaríamos hablando de un aprovechamiento anual de 20 mil a 30 mil venados cola blanca al año, sin poner en riesgo la conservación de la especie", precisó.
Puntualizó que los ingresos cinegéticos pueden representar una cantidad similar a las utilidades de la ganadería tradicional, sin que esto implique que una sustituya a la otra, ya que pueden ser perfectamente complementarias.
A su vez, Mohamed Tamez, director estatal de Turismo, señaló que en los próximos años la actividad cinegética tendrá un auge en el norte de México y particularmente en la entidad, que cuenta con el mayor número de Umas en el país. Tan sólo la frontera norte tiene igual potencial o mayor al de España.
Mohammed refirió que el venado cola blanca es el de mayor demanda, ya que es de mejor calidad por el tamaño de sus astas y se convierte en un trofeo muy preciado por los cazadores. Admitió, sin embargo, que existen limitaciones, como son los trámites burocráticos para el traslado de armas y vehículos, en lo cual se está trabajando con el gobierno federal para facilitar el acceso de los cazadores, que dejan una derrama muy importante en dólares.
El funcionario expuso que sólo en el caso del venado cola blanca anualmente vienen del valle de Texas y de otras partes de Estados Unidos 900 cazadores, y por los permisos de aprovechamiento cada uno gasta en promedio alrededor 2 mil 500 dólares por temporada.
Por su parte, Carlos Contreras, gerente técnico de la Unión de Campistas Asociados Mexicanos (UCAM), indicó que la mayor parte de las UMAS que se han constituido en la entidad están ubicadas en ranchos particulares de empresarios que cuentan con grandes extensiones de terreno, porque es necesario realizar algunas inversiones para el aprovechamiento cinegético.
Señaló que en primer término es necesario garantizar buena calidad de los animales, que estén protegidos con cercas y que haya un hábitat adecuado para una buena reproducción, además de dotarlos de sales y agua. Asimismo los ranchos deben tener brechas, presas, instalaciones apropiadas y confortables, casas o cabañas para los cazadores, además de ofrecerles una buena alimentación.
La tasa de aprovechamiento cinegético de un rancho está en función del número de hectáreas y la cantidad de animales que posea, a fin de garantizar un aprovechamiento sustentable.
Para ofrecer la caza de un venado macho por temporada un rancho debe contar con por lo menos cien hectáreas, y la venta del derecho de aprovechamiento se cotiza desde mil 500 hasta 3 mil 500 dólares por animal durante las siete u ocho semanas que dura la temporada de cacería en el invierno.
En el resto del año los ranchos pueden aprovecharse para turismo ecológico, campismo, observación de aves, así como fotografía de flora y fauna silvestres.
Jorge Villarreal, coordinador estatal de la Comisión de Caza, expuso que no solamente propietarios de grandes extensiones de terreno están incursionando en la explotación cinegética, ya que con el apoyo del gobierno del estado y la asesoría del Consejo de Flora y Fauna Silvestre se han entregado venados cola blanca -se importaron mil 500 de Texas- para repoblamiento en ejidos del norte de la entidad como Horcones, Santa Elena y Ranas del municipio de Lampazos, además de Camarón, en Anáhuac.
Asimismo, señaló que la actividad cinegética es una alternativa importantísima en el sur de la entidad, donde quizá hay un menor potencial de aprovechamiento, y la productividad agrícola y ganadera es muy precaria. Sin embargo, precisó, sería necesario integrar de 15 a 20 comunidades ejidales en proyectos colectivos para sumar predios de 40 mil a 50 mil hectáreas.
Si los campesinos se organizan de este modo, según Villarreal, existe la posibilidad de que algunos empresarios estén dispuestos en rentar esas áreas y hacer las inversiones que se requieren para infraestructura y repoblación de animales.
Desde hace por lo menos unos 15 años existen en Nuevo León ranchos cinegéticos donde hay especies nativas: oso, puma, jaguar, venado, gato montés y jabalí, pero también animales exóticos como jirafa, tigre de bengala, hipopótamo pigmeo, leopardo, avestruz y llama, entre otras.
Uno de los ranchos más grandes es el Sierra Morena, del ex alcalde priísta de Monterrey, César Santos Santos, que se localiza en los municipios de Villaldama y Bustamante. Uno de los grandes inversionistas con un rancho cinegético de enormes dimensiones (El Tigre) es el empresario Jaime Rodríguez, dueño de Grupo Senda.
Recientemente, el presidente de Grupo Vitro, Adrián Sada González, invirtió 30 millones de dólares en el municipio de Higueras para desarrollar un proyecto cinegético.
Las rendijas del 27 constitucional
Pero las reformas al artículo 27 constitucional que hicieron al ejidatario propietario de su parcela con posibilidades de venderla, fueron también una rendija por las que se han colado los despojos.
Manuel Pérez Guel, a nombre de un grupo de cien familias del ejido Camarón, municipio de Anáhuac, denunció que un abogado regiomontano de nombre José Luis Rodríguez Lara los despojó de un predio de dos mil hectáreas, incluyendo tres presas de abrevadero, con el fin de establecer un rancho para la caza de venado cola blanca.
"El despojo se sustentó en una asamblea manipulada, con vicios ocultos y defectos graves que se efectuó el 13 de diciembre de 1998, misma que fue declarada improcedente por el Tribunal Unitario Agrario, en resolución del 11 de septiembre del 2000".
Asentó en su denuncia -entregada al presidente Vicente Fox el pasado diciembre- que Rodríguez Lara cercó con postes y alambres de púas las dos mil hectáreas, e instaló cercas electrificadas alrededor de la presa La Cascada. A consecuencia de estas acciones murieron por falta de agua 250 cabezas de ganado vacuno.