MIERCOLES Ť 27 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Plantean jefes de Estado combatir la discriminación

Reducir 25% incidencia de VIH entre jóvenes, reto en 5 años

Ť Exhortan a los países en desarrollo a destinar 0.7 por ciento de su producto nacional bruto a la asistencia oficial

JENARO VILLAMIL/ II

En un periodo de cinco años, el objetivo mundial será reducir 25 por ciento la incidencia del VIH entre jóvenes de ambos sexos de 15 a 24 años de edad, en los países más afectados, y en un rango de 25 por ciento para el 2010, en todo el mundo, así como "combatir los estereotipos y actitudes en cuestiones de género", según establece el proyecto de Declaración-Compromiso sobre el VIH-sida que se aprobará hoy en la reunión de las Naciones Unidas.

De acuerdo con el proyecto, otro de los objetivos principales de prevención será disminuir en 20 por ciento el número de lactantes seropositivos, y para el 2010, reducir ese número a 50 por ciento, mediante una mayor disponibilidad de tratamientos eficaces de las mujeres infectadas por el VIH para reducir la transmisión perinatal.

"Para el 2005 -subraya el documento-, garantizar que haya en todos los países, particularmente en los más afectados, una amplia gama de medidas de prevención que tengan en cuenta las circunstancias, las normas éticas y los valores culturales locales, entre ellas la información, la educación y la comunicación, así como un mayor acceso a los artículos necesarios, incluidos los preservativos masculinos y femeninos y las jeringas desechables; medidas de reducción de los daños causados por el uso indebido de drogas; un mayor acceso a servicios de orientación y exámenes sobre una base voluntaria asíc como confidencial, bancos de sangre seguros y el tratamiento temprano y eficaz de las infecciones transmisibles sexualmente".

El problema sigue siendo la falta de recursos. La declaración estipula que para el 2005 se darán pasos graduales para alcanzar una meta global anual de entre 7 mil millones y 10 mil millones de dólares en los países de ingresos bajos y medianos con la suma de fondos provenientes de presupuestos nacionales, asistencia internacional para el desarrollo y gastos privados. Se "exhorta" a los países desarrollados a cumplir con el objetivo acordado de destinar el 0.7 por ciento de su producto nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo.

En materia de derechos humanos, el objetivo de los jefes de Estado, reunidos en la ONU, plantea que para el 2003 se eliminarán todas las formas de discriminación y garantizar iguales derechos en materia de educación, empleo y servicios. Para el 2005 se plantea promover legislaciones para promover, proteger y respetar los derechos de las personas que viven con VIH-sida, a recibir información, apoyo y una asistencia de calidad en condiciones de confidencialidad y respeto a la vida privada.

Confidencialidad

El respeto a la confidencialidad y a la vida privada es uno de los puntos de mayor interés de las organizaciones sociales y no gubernamentales. En el caso de la delegación mexicana, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) presionaron para que se incluyera en la posición oficial de la Secretaría de Salud mexicana que se "insista en estrategias preventivas entre hombres que tienen sexo con otros hombres, en el trabajo sexual comercial y en usuarios de drogas intravenosas", así como en la "incorporación activa de personas que viven con VIH en todos los niveles" y "establecer estándares científicos en la investigación y comités de ética externos, que incorporen a personas que viven con VIH-sida".

En el caso de las mujeres que viven con VIH, la declaración de la ONU propone que para el 2005 se elabore y apliquen estrategias nacionales, "a fin de ayudar a la mujer a ejercer control sobre su sexualidad y adoptar sus propias decisiones al respecto, a fin de protegerse de la infección por el VIH; y hacer que el hombre y la mujer compartan la responsabilidad de adoptar prácticas sexuales sin riesgo para evitar la infección".

Al mismo tiempo, se subraya la necesidad de reducir la vulnerabilidad de la mujer frente al VIH-sida, "mediante la eliminación de todas las formas de violencia dirigidas contra las mujeres y las niñas, con inclusión de las prácticas tradicionales y consuetudinarias nocivas, los abusos y la violación, los malos tratos y el tráfico de mujeres y niñas".

La declaración también propone que para el 2003 se elabore un marco jurídico y normativo para proteger los derechos y la dignidad de los trabajadores que viven con VIH-sida.

El punto nodal por el cual han presionado diversos organismos defensores de las comunidades más afectadas por el virus subraya que debe asignarse prioridad a los grupos vulnerables, "tales como niños en circunstancias especialmente difíciles, los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, los profesionales del sexo y sus clientes, los usuarios de drogas inyectables y sus parejas, las personas confinadas en instituciones o en establecimientos penitenciarios, los refugiados, las personas desplazadas internamente y las personas separadas de sus familias por razones de trabajo o por conflictos".

Promoción a las investigaciones

Otro punto destacado en el proyecto es el compromiso de apoyar y alentar una mayor inversión internacional y nacional en investigaciones relacionadas con el VIH-sida, incluidas las investigaciones biomédicas, las de operaciones, las investigaciones sociales y del comportamiento y la medicina tradicional.

Sin embargo, no se establece ningún porcentaje específico de recursos que la ONU destinará a este objetivo y a la creación de algún fondo internacional que garantice el apoyo a las naciones que realizan este tipo de investigaciones.

En el rubro de "recursos", el proyecto de declaración señala que para el 2005 se debe alcanzar una meta global de gastos anuales destinados a la epidemia de entre 7 mil y 10 mil millones de dólares en los países de ingresos bajos y medianos, incluyendo a México, para la prevención, la atención y el tratamiento del VIH-sida y la mitigación de sus efectos.

Esto se lograría incluyendo fondos provenientes de presupuestos nacionales, asistencia internacional para el desarrollo y gastos privados. Se "exhorta" a los países desarrollados a destinar el objetivo acordado de 0.7 por ciento de su producto nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo, reconociendo que dicha asistencia, al ayudar a los países a aliviar la pobreza y lograr el desarrollo sostenible, fortalecerá su capacidad para luchar contra el VIH-sida.

El proyecto establece que "cuando los países en desarrollo se comprometan a aumentar los fondos nacionales a la lucha contra el VIH-sida, esos esfuerzos deberán complementarse con un aumento en la asistencia para el desarrollo a los países más afectados, especialmente en Africa, donde los recursos para afrontar la crisis son muy limitados".