MIERCOLES Ť 27 Ť JUNIO Ť 2001
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Ť Reunión López Obrador-Fox
Ť ƑCuánto durará la tregua?
Andrés Manuel López Obrador informará el próximo domingo, en un teatro del centro de la capital, sobre los primeros seis meses de su gobierno en el Distrito Federal, después de una semana en la que desde diversos medios de comunicación ha desmenuzado, a preguntas de sus interlocutores o sin ellas, el cómo ha transcurrido este lapso en lo político, lo social y lo económico.
De esa manera, el jefe de Gobierno deberá tener un muy buen as bajo la manga para llamar la atención de los asistentes a su informe, porque seguramente la gran mayoría ya habrá escuchado o leído, punto por punto, los pasajes de estos últimos seis meses al estilo Andrés Manuel López Obrador.
Las cuentas, hasta donde se ha visto y escuchado, son, por decirlo de alguna manera, alegres y sin mayores capas de maquillaje, pero seguramente explicará las grandes dificultades en la economía nacional por venir y sus repercusiones en las finanzas del DF.
Antes de que eso suceda, el jefe de Gobierno sostendrá una reunión con Vicente Fox en Los Pinos y allí, tal vez allí, será donde se trace el tono y el rumbo del informe, porque a pesar de su convocatoria a tregua, los ánimos en la Presidencia no parecen estar muy a su favor.
Sin duda la mejor jugada de López Obrador no ha sido la "tregua", sino la petición de ayuda al gobierno federal para, en conjunto, mantener el precio de la leche de Liconsa. La movida, en el tablero político podría llamarse magistral.
Y es que si Fox hubiera aceptado la propuesta, que bien podría haberlo hecho, el jefe de Gobierno habría sido el impulsor de una medida justa, apegada a lo trazado en su proyecto de gobierno.
Si, como fue, el gobierno federal rechazaba la petición, junto con la gente el jefe de Gobierno sería víctima de la insensibilidad de una presidencia preocupada solamente por los banqueros y los oligarcas y él, el gobernador de la capital, sería el salvador. No se perdía por ningún lado.
Pero a esto hay que agregarle un ingrediente más. La negativa de Fox a integrarse al proyecto, en un asunto tan delicado por lo que hace a las mayorías empobrecidas del Distrito Federal y por la difusión que el asunto tendría, sería, sin duda, la medida para saber si López Obrador debería continuar o no con el ataque sistemático al gobierno foxista.
Y no es para menos. En las manos de la Presidencia está fijar los montos, las cantidades que por diversos conceptos debe recibir el gobierno de la ciudad por las participaciones federales, en la repartición siempre inequitativa e injusta que se hace para con casi todas las entidades de la República, pero aún más para la capital.
Por todas partes se supo que el golpeteo continuo de López Obrador a Fox irritó no nada más al guanajuatense, sino a muchos de los miembros del gabinete, quienes casi a coro dijeron: "šnada para López Obrador!", y nada se dio en el caso de la leche.
Y esa misma postura podría prolongarse hasta el momento de presupuestar los gastos del Gobierno del Distrito Federal, que ya de por sí escasos, bajarlos más podría inmovilizar el quehacer de la administración de Andrés Manuel.
Por eso la tregua encuentra alguna explicación lógica, aunque aparece en el momento más inoportuno, si se cuenta con los errores, uno tras otro, descubiertos en Fox, que debilitaron su imagen, no la de la Presidencia como institución.
López Obrador no podía arriesgar el futuro inmediato de la ciudad al capricho o la venganza de Fox o su gente y el acuerdo por eso se hace necesario, pero la pregunta salta de inmediato: Ƒpor cuánto tiempo podrá establecerse la tregua?.
Como lo ha dicho el jefe de Gobierno, los conceptos de país de uno y otro mandatarios son opuestos, se podría decir que enfrentados y la colisión parece inevitable, con dos visiones tan diferentes de lo que debe ser México.
De cualquier forma, el saldo de los primeros seis meses podría estar a favor de López Obrador, quien -todo parece indicar- no ha contado con uno de los aspectos más importantes en esto de intentar acuerdos con Fox, cuyo gobierno cuenta con un arma letal para quienes lo agreden: el presidencialismo.
Este ejercicio del poder omnímodo por parte de Fox, que será el impedimento real para la transición que se nos ha tratado de vender como un hecho, podrá cobrar en el jefe de Gobierno su mejor venganza.
Por ello, en el informe del próximo domingo López Obrador deberá esclarecer, para que no quede duda, los peligros reales a los que se enfrenta la ciudad si la reunión Fox-López Obrador no tiene un final feliz.