MIERCOLES Ť 27 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Renovada, exhibe 23 imágenes captadas por el decano de la fotografía en México
La Sala Manuel Alvarez Bravo del MAM recupera su espacio museográfico originario
Ť La muestra se abrirá al público a partir de mañana Ť Rescatar esa área ''fue todo un acierto'' de la gestión de Teresa del Conde, dijo Luis-Martín Lozano, director del recinto
MERRY MAC MASTERS
La Sala Manuel Alvarez Bravo, del Museo de Arte Moderno, no sólo se renueva con más imágenes del decano de la fotografía en México, sino también recupera su espacio museográfico originario. El ojo de Manuel Alvarez Bravo, exposición integrada por 23 fotografías que abarcan de los años veinte a los setenta, y ''menos conocidas'' del artista, provenientes del acervo fotográfico (más de 400 imágenes) del MAM y que el mismo maestro donó, se abrirá al público a partir de mañana en un espacio con su forma e iluminación como fueron concebidos por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez en los años sesenta.
La pequeña sala del segundo nivel del recinto se destinó a la fotografía desde un principio, ''por eso no tiene ventanas que den al exterior; está regulada en su protección a una sola entrada, tiene su forma como una escultura de Jean Arp para recorrerse en curva y tiene una iluminación cenital -la indicada para la conservación de la fotografía- mediante esferas empotradas en el plafón'', afirma su director Luis-Martín Lozano. ''Todo eso se rescata'', agrega.
Sin embargo, cuando el museo se inauguró en 1964, 30 por ciento del edificio se quedó inconcluso. Ante la falta de espacio para oficinas y bodegas, se fueron readaptando las áreas. Así que la sala de fotografía pasó a tener otros usos ''más pragmáticos''. En la administración pasada, ''Teresa del Conde tuvo la iniciativa, gracias a un patrocinio económico de la casa Moet & Chandon, de recuperar dicha sala, lo cual fue todo un acierto'', comenta Lozano.
La nueva muestra tiene una museografía más didáctica, resultado de evaluar los comentarios vertidos por el público en libros para este fin, donde se pide más información acerca de los artistas que exhiben en el MAM. Así que habrá una cronología y cédulas nuevas. Otra novedad consiste en dos imágenes ''con contenido para niños'', colocadas a la altura de los pequeños. Se trata de Bajo el tapanco (1940) y La mamá del bolero y el bolero (años cincuenta). Con esto Lozano pretende enfatizar que ese recinto es un museo con una vocación educativa. De ahora en adelante, dice, todos los proyectos tendrán aunque sea un par de obras, unas cédulas o una mención con un peso didáctico.
Ciertas constantes en el maestro
Curada por Judith Gómez del Campo, El ojo de Manuel Alvarez Bravo muestra, por un lado, ''ciertas constantes'' en la estética del maestro, pero como siguió innovando, luego se impone más ''el tema o la ironía de los títulos o la imagen, mientras que en otros casos llega a hacer correlaciones abstractas, formalistas''.
Esta, sin embargo, no es la única sala del MAM reservada para la fotografía. Las tres salas que serán utilizadas para exposiciones temporales también tendrán cabida para muestras de fotografía o colectivas ''como la que esperamos tener a finales de año de arte contemporáneo internacional, donde habrá arte objeto, pintura y fotografía, pues ésta no es sólo un medio expresivo autónomo, sino que se correlaciona con las obras estéticas''.
Por cierto, las muestras de la Sala Alvarez Bravo del Museo de Arte Moderno se cambiarán cada seis meses.