MIERCOLES Ť 27 Ť JUNIO Ť 2001
Ť La Feria del Libro de Jalapa dedica sus actividades al autor de Danzón número dos
Márquez: la música debe estar muy cercana a la circunstancia social
Ť La neta, todavía hay muchas cosas pendientes de componer, señala el artista sonorense
Ť ''No se me ha dado fusionar mi quehacer con la literatura, pero pienso que pronto ocurrirá''
CESAR GÜEMES
Entre la época en que dirigía la Banda Municipal de Navojoa y el presente, cuando la Feria Internacional del Libro de Jalapa le ha dedicado la totalidad de sus actividades, median numerosos países, años de estudio y una obra que se volvió un instantáneo clásico mexicano, su Danzón número dos. Firme, sonriente, sonorense, Arturo Márquez dice de su trabajo: ''La neta es que hay muchas cosas que yo tengo por componer todavía".
-De manera por demás singular una feria internacional de libro está dedicada a un músico. ƑQué reacción te despierta esta ductilidad cultural que se puede vivir en Jalapa?
-No podría contestar de manera objetiva, pero aprecio que los literatos y los músicos tenemos similitudes porque finalmente lo que hacemos es escribir. Por mi parte es claro que mi música no se ha visto involucrada con la literatura, al menos no hasta ahora. Soy lector, como cualquiera, sobre todo de poesía, pero no me he atrevido a fusionar esas dos áreas, no se me ha dado, pero pienso que pronto ocurrirá. El mes que entra tengo un encargo para hacer una obra para tenor y arpa, en Escocia: como debo ponerle texto habré de elegir poesía o prosa para trabajar al respecto.
''En fin, el caso es que estoy convencido de que cuando uno hace música ésta ha de estar relacionada con el movimiento social del país en donde se hace.''
Inquietudes por una cantata
-Mucho de tu trabajo se hace a solicitud de una institución o de un intérprete interesado en que les compongas una pieza. Así sea muy parecido el resultado entre lo que haces por encargo y las tuyas propias, Ƒqué tanto margen te queda para abordar temas personales?
-He trabajado por encargo en los más recientes seis años, lo cual para los veinte en los que he compuesto no es muy significativo todavía. A lo largo de 14 años tuve sólo un par de encargos. Claro, ahora se ve que casi sólo compongo a solicitud, lo cual no quiere decir que siempre sea mediante un pago. El resultado, según me parece a la mínima distancia, es bueno para mí porque compuse lo que deseaba. He trabajado, por ejemplo, en la fusión. En ese sentido nadie me ha impuesto una obra con ciertas características estéticas o formales. Todo lo que hago por encargo es porque así lo deseo, salvo cuando escribo para el cine, por ejemplo, en donde la mecánica es muy distinta. Luego, en los más recientes diez meses no he realizado nada por encargo y simplemente no estoy componiendo. Empecé hace poco un concierto para saxofón y cuerdas, estrictamente para mí. Entonces, no existe diferencia entre lo que quiero decir en una obra por encargo a otra que no lo es. Tengo muchas inquietudes, por ejemplo, con respecto a una cantata, que también sería una obra personal. Eso no le resta que alguien se interese y me la encargue, pero de cualquier forma voy a componerla.
-ƑCómo te haces sentir en activo a lo largo de estos lapsos, como el actual, en los que no compones? Periodos, por cierto, seguramente necesarios para descansar y refrescarse.
-Me parece que a lo largo de los últimos diez años he escrito muchísimo, y aunque haya periodos de varios meses en los que no haga nada creo que se debe más al cansancio e incluso a la decepción.
Superar los silencios
-Explíquese, maestro.
-Hay muchas realidades que te obligan a olvidarte de lo que querías decir y sencillamente dejas de componer. Esto sólo pasa cuando las personas cercanas no te dan el ánimo necesario a fin de salir de esos silencios. Creo, sin embargo, que nos pasa a todos con mayor o menor frecuencia: siempre hay etapas en las que somos más productivos. Hay quien sostiene, por ejemplo, que por cada obra terminada, uno muere. Eso lo interpreto como la posibilidad de morir a fin de resucitar. Claro, hay ocasiones en que uno se niega a despertar porque ve en su entorno graves problemas. Pero la neta es que hay muchas cosas que yo debo componer todavía y estoy en una edad en la cual me restan, espero, muchos años para desarrollarlas. El asunto nada más es encontrar el ánimo y no sólo ponerse a escribir. Hay muchas formas de hacer música cuando se tiene el oficio, casi puedes tomar la pluma y sin demasiado esfuerzo realizar un trabajo, pero cada vez estoy más convencido de que aunque se tenga la facilidad, el producto debe estar relacionado muy de cerca con lo que uno es y con su circunstancia. Y como en algunas ocasiones no hay nada qué decir, uno guarda silencio.
-Por último, Ƒte causa alguna incomodidad haber compuesto tanto en estos años recientes y ser identificado casi sólo por tu Danzón número dos?
-El hecho de que esa pieza se toque tanto es una fortuna para la obra, es un trabajo generoso con mucho qué decir. Como autor veo que hay otras obras mías que dicen cosas distintas. La ventaja, visto así, es que si se escucha el Danzón número dos es muy posible que se escuche el resto y eso es benéfico por necesidad.