MIERCOLES Ť 27 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Tropas instalan retenes, según el concejo autónomo

Denuncian mayor presencia militar en Vicente Guerrero

Ť Estamos siendo agredidos, afirman los indígenas Ť Soldados justifican sus movimientos al decir que "buscan madera"

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Crucero Chancalá, Chis., 26 de junio. Las autoridades del municipio autónomo Vicente Guerrero denuncian que los patrullajes militares se han incrementado en su territorio desde la semana pasada. Las tropas recorren los caminos, instalan retenes, ingresan en las comunidades, caminan por los solares. "La gente no está acostumbrada", expresa uno de los tres representantes del concejo autónomo que hablan con La Jornada.

Los sobrevuelos de helicópteros son constantes ahora. "Anteayer un avión estuvo dando vueltas muy bajito en varias comunidades. Se asustó la gente. Nunca había pasado", agrega el vocero autónomo. Al menos cada tercer día el Ejército mexicano patrulla las comunidades y ejidos del municipio autónomo Vicente Guerrero, que abarca el oriente de Palenque, en los límites con Tabasco y Guatemala, la región donde el río Usumacinta deja Chiapas rumbo al norte.

El Clavo, Reforma Agraria, Berea, Nuevo Yajalón, Sinaí, Victórico Grajales y otras comunidades de Chancalá son patrulladas constantemente por convoyes militares que en la tarde entran a Nuevo Jalisco, o bien a Vistahermosa, para quedar en Lázaro Cárdenas. Este municipio rebelde, colindante con El Trabajo, se compone de más de 55 poblaciones y ejidos para los cuales se recrudece la guerra de baja intensidad.

"De buenas a primeras, los federales ponen retén en el crucerito de Nuevo Egipto, revisan los carros y las pertenencias", agrega otro de los voceros indígenas. "Estamos siendo agredidos."

Las bases de apoyo zapastistas denuncian también que ayer se instaló por primera ocasión un retén en la desviación de Chancalá Zapote, que conduce a Roberto Barrios. (De esta comunidad, como se recordará, el Ejército federal retiró una base de operaciones mixtas, apenas en enero pasado. Y mientras los convoyes hacen el recorrido entre el crucero de Chancalá y la base militar de Tenosique, Tabasco, y "por Pénjamo pasan tanques de guerra", los aviones de combate ras-trean Revolución, San Francisco Palenque, Cuauhtémoc Chancalá, La Caoba, Portaceli, San Pedro, Edén y otras localidades campesinas. Así se volvió de repente la vida diaria por acá, después de los meses de alivio que siguieron a los sendos relevos de gobierno federal y estatal.

En reiteradas ocasiones, según los denunciantes, los soldados han justificado sus movimientos diciendo que "buscan madera".

La fiebre del oro

La nueva lógica de la militarización viene inspirada por los recursos naturales estratégicos que atraen la codicia del capital trasnacional. El municipio autónomo Vicente Guerrero se encuentra dentro del corredor biológico que va de las reservas de Siankan (Quintana Roo) y Calakmul (Campeche), al Petén guatemalteco y el extremo norte de Montes Azules. Uno de los conjuntos naturales más ricos del planeta.

Oro puro. Se agrega la exuberancia de yacimientos petroleros que desembocan en los cerca de 50 pozos ya abiertos tras la colindacia de Tabasco.

Un ambicioso proyecto de desarrollo sustentable de inversión privada, pasa sobre los terrenos de Nuevo Tila, Nuevo Tumbalá, Nuevo Francisco León, y amenaza con despojar a los indígenas de sus tierras. Con capital de la Ford Motor Company, una organización no gubernamental (Espacios Naturales y Espacios Sustentables), vinculada con el grupo Pulsar de Monterrey, va de avanzada sobre la región, ahora que viene la subasta de recursos al son del Plan Puebla- Panamá.

Bajo la cobertura de un proyecto de conservación de los pantanos de Tabasco, los intereses empresariales extienden su área de interés hasta las tierras que disputan los lacandones en la selva. El paquete incluye decenas de ejidos y colonias indígenas, las lagunas Ocotal, Ojos Azules y Suspiro, dentro de la Reserva de la Biosfera Montes Azules, y parajes "atractivos" como las cascadas de Roberto Barrios.

El apenas anunciado y de inmediato puesto en marcha plan gubernamental de "sellamiento" de la frontera sur, argumentando la persecución de asaltantes, narcotraficantes, polleros, guatemaltecos ilegales y otras especies humanas "dañinas", de primer rebote lo que ha hecho es sitiar y amenazar a las comunidades zapatistas de todos los municipios autónomos de la selva y la frontera. Sencillamente, se reactivó el dispositivo de contrainsurgencia y cerco ya instalado en torno a las comunidades rebeldes que el gobierno foxista se comprometió a escuchar.

Avanzan otros imperativos, más categóricos que el compromiso presidencial con los zapatistas y de cara al mundo. El Plan Puebla-Panamá, y la nunca interrumpida escalada militar para "contener" a los indígenas, son dos de estos imperativos que al parecer pesan, en las decisiones del poder, más que el cumplimiento de las demandas indígenas y la negociación de la paz.