MARTES Ť 26 Ť JUNIO Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Ť Miguel Angel Velázquez

Ť Sarcófago y epitafio al tricolor

Ť Rebatiña en el PRI-DF

HACE NO mucho tiempo, en un elegante suburbio de la ciudad, un grupo de priístas no muy grande pero sí muy entusiasta volvía al tema: Ƒqué hacer con el PRI? Y como ya es costumbre en esas reuniones, se construyeron todos los escenarios posibles para concluir en un fatalista: "Ya no hay nada qué hacer".

Y ES que mientras unos y otros hablan de las muchas ventajas que, cuando menos en teoría, se presentaban con los muy graves errores del PAN y de Vicente Fox, uno de los invitados, de esos que siempre llegan tarde y siempre traen noticias desalentadoras, confirmó la teoría y dejó a los animados priístas con una inmensa cara de Ƒwhat?

NO ERA para menos, según dijo. Venía del partido (lo que todos asumieron como el edificio de Insurgentes Norte) y apurando un Buchannans alimentó la desgracia o como algún otro dijera: "nos trajo el sarcófago y también el epitafio". Desalentado pronunció la sentencia: "No hay remedio".

Hubo un silencio, como en todas las historias de este tipo, que se cortaba con navaja, pero uno de ellos, probablemente el menos afectado, le hizo escuchar a los demás lo que muy seguramente no tenían ganas de oír.

--YA, DINOS qué pasó o calla para siempre. Y el resto contestó a coro: "mejor que calle", y a la hiriente respuesta colectiva vino una serie de risas y respuestas, donde más que tratar de adivinar buscaban en la peor de las desgracias algún juego de consuelo para la historia que ya veían venir.

"YA SÉ -dijo uno de los más animados con la resurrección priísta--, Bartlett le va a dar golpe a Jackson". Risas. "Eso ya pasó, entérate". Más risas. "Dulce dice que el partido está quebrado y cero viajes, cero comisiones". Esta vez ya no hubo comentarios.

"BUENO, LA cosa es --dijo el invitado cruel-- que por lo pronto no habrá cambio en la presidencia del partido en el DF, ninguna de las posturas cede y se acordó que la elección sería hasta después del Consejo Nacional de noviembre, mientras las cosas se van a quedar como están".

LA HISTORIA se contó con los detalles y las interrupciones acostumbradas, que los límites de este espacio no permiten reproducir, pero mandó a todos a sus casas con la reflexión concluida: el PRI, de aquí en adelante, no será mas que un partido de 10 por ciento de la votación donde sólo cabrán muy pocos, y en el próximo Consejo Nacional tendrá que haber escisiones".

LA IMPORTANCIA de aquella noticia estaba centrada en la estrategia para llevar a Arnoldo Ochoa a la presidencia priísta en la capital, y de allí construir nuevos escenarios que les permitieran mayores espacios de acción.

POR ELLO, la convocatoria para la elección de un nuevo presidente, que tendría que nacer del Comité Ejecutivo Nacional, se esperaba con buenos augurios y hasta no hace mucho tiempo el nombre de Arnoldo Ochoa se miraba bien, a secas, entre las mayorías.

UN GRUPO advertía que luego de la elección vendría una nueva convocatoria para elegir al secretario general, facultad que le asiste al PRI local. El otro, el del CEN, mantuvo su postura: o se va en fórmula, es decir presidente y secretario general o no hay elección. Las dos posiciones son de mayor importancia para las estrategias de los grupos rivales.

NO HUBO acuerdo. Y no lo hubo porque desde el CEN se quiere imponer a toda costa a Cuauhtémoc Gutiérrez, el jefe de los pepenadores, como el secretario general, mientras los priístas del DF amenazan con "guerra total" si se impone a ese personaje.

PARA ARNOLDO Ochoa lo difícil es llegar y aceptar a Gutiérrez no parece importarle mucho. En varias ocasiones ha tratado de convencer a sus correligionarios de que es mejor tener un partido "incluyente" que mantener las divisiones, cada vez más profundas, que existen en el PRI-DF.

PERO NO hay acuerdo. Los priístas que ven con ojos de cambio para mejorar a su partido, saben que Gutiérrez no solamente resulta la más absoluta vulgarización del PRI sino el símbolo más claro del no cambio y del fracaso.

TOTAL QUE, según se dice, Arnoldo Ochoa se quedó vestido y alborotado, pero los otros, los del cambio, ya empezaron a hacer maletas porque el mal no tiene remedio. Amén.

Hay mucho que decir


Frente al silencio cómplice de los que se dicen preocupados por la cultura del país, inmóviles y mudos ante el saqueo en Banamex, a la gente común, a usted y a mí, no nos queda más que condenar, denunciar, desde donde esté y en el lugar que sea, tal atrocidad.

TENEMOS MUCHO qué decir, mucho por qué indignarnos, así que envíe correos electrónicos, haga llamadas a sus programas de radio o televisión favoritos, platique con sus amigos, pero no entre en el círculo del silencio, no forme parte del social-conformismo al que se nos quiere llevar. šProteste!

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