martes Ť 26 Ť junio Ť 2001

José Blanco

Entendimiento

El manejo de corto plazo de la economía se ha ido convirtiendo en México en un asunto no sólo muy delicado y de creciente complejidad; también -quizá como nunca en el pasado- en una materia social para cuya buena operación es indispensable construir consensos sólidos. Y no me refiero ahora a la deseabilísima posibilidad de crear políticas de Estado en muchos de los temas estructurales fundamentales. Antes de ello es necesario bajar nuestras aspiraciones y empezar por establecer consensos amplios en la percepción del significado de la coyuntura.

La creación de una instancia multisectorial de encuentro para la información y el análisis parece necesaria. En el caso de Estados Unidos el problema de la formación de ese consenso fue básicamente resuelto desde 1920 con la organización The National Bureau of Economic Research (NBER). El NBER es una organización para la investigación de carácter no gubernamental, no lucrativa y no partidista, cuyo objetivo es promover una comprensión clara sobre la operación de la economía estadunidense; sus investigaciones son dirigidas por alrededor de 600 profesores expertos en sus campos de trabajo, pertenecientes a universidades de todo el país. La NBER informa al país, por ejemplo, sobre si la economía se halla o no se halla en recesión.

Una instancia análoga en México parece ser cada vez más necesaria y urgente. En los últimos tiempos, como a todos nos consta, ha habido percepciones extraordinariamente polarizadas sobre la marcha económica. La realidad del asunto va volviéndose tan compleja que ya no podemos ver colectivamente los mismos hechos y datos y, menos aún, su significado real o su significado según la mayor parte de los actores interesados. Un momento reciente casi increíble fue la discusión atroz, con secuelas en estos días, acerca de si había o no había crisis económica. Por cuanto "no existe viento favorable para el que no sabe adónde va", como dijo Séneca en su tiempo, es tiempo de pensar en una instancia de tal naturaleza.

Nadie más interesado en un saber no politizado acerca de la marcha de la economía en el corto plazo que los empresarios y los asalariados. Organizaciones empresariales y sindicales, más algunas otras con interés económico efectivo, podrían convocar a especialistas académicos vinculados en principio con el análisis de la coyuntura, a crear un cuerpo técnico -al que podrían ser requeridos, en calidad de invitados, economistas de las diversas organizaciones partidistas- que dé seguimiento a la marcha de la economía, y aporte reportes útiles a trabajadores, comerciantes, industriales, banqueros, y que haga oficial una percepción ilustrada proveniente de la sociedad civil. Mejor aún si ello se acompaña de la autonomía efectiva del INEGI. Cobraría así, ordenadamente, sentido social y político el análisis técnico de los temas económicos. Y sería reducido así, al mismo tiempo, el espacio de la especulación ignorante o políticamente interesada.

Durante el cuarto trimestre del año 2000, y durante el primero del 2001, el producto interno creció a tasas positivas: 5.1 y 1.9 por ciento respectivamente, en relación con los mismos lapsos del año anterior. En el segundo trimestre de 2001 el crecimiento será de 1.66 por ciento, y de 2.5 por ciento para todo el año, según la encuesta mensual de expectativas correspondiente a mayo, recabada por el Banco de México entre 29 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado. Además, para 2002 esos grupos esperan un crecimiento económico de 4.42 por ciento. Según estos datos, el comienzo de la recuperación tendrá lugar durante el segundo semestre de 2001.

De acuerdo con esas tendencias, no puede hablarse en México de una recesión (mucho menos de una crisis). Pero, como lo han mostrado algunos analistas, si a los datos de la economía mexicana se aplicara la metodología del NBER, relativa al crecimiento económico (anualizado) respecto al trimestre pasado (no al mismo lapso del año anterior), las tasas de crecimiento para el cuarto trimestre de 2000 y primero de 2001 serían -2.38 y -1.37 por ciento respectivamente. Estos índices, en Estados Unidos, mostrarían una situación de recesión.

Llegar a un entendimiento nacional respecto a las definiciones sobre la coyuntura es una necesidad y puede alcanzarse mediante una instancia como la sugerida. Es claro que realizado el examen sobre una coyuntura como la actual, lo más relevante no sería la definición acerca de si hay o no hay recesión, sino si la situación macroeconómica está bajo control o no lo está. La tendencia recesiva actual no proviene del manejo interno de los fundamentals sino de la marcha de la economía estadunidense, principalmente. Esa tendencia recesiva, hoy, está bajo control. Pero sería muy deseable que ello fuera definido por una instancia como la que hemos propuesto.