MARTES Ť 26 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Denuncia comisariado autónomo acciones de un "brazo" de Paz y Justicia
Crece amenaza paramilitar en Roberto Barrios
Ť Una comunidad ejidal, en la mira de empresarios para construir un club de golf
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
Ejido Roberto Barrios, Chis., 25 de junio. La amenaza paramilitar ha crecido notoriamente en los últimos meses, y la presión militar se reanudó hace pocos días sobre ésta y otras comunidades del municipio autónomo en rebeldía El Trabajo, en tierras bajas de Palenque, el norte geográfico de la selva Lacandona. "Con el cambio de gobierno, por aquí no notamos la diferencia. Hay falta de respeto", declara Nicodemo, miembro del comisariado autónomo del ejido Roberto Barrios, en cuya representación habla con La Jornada.
Denuncia la operación aquí de un "brazo" de la agrupación conocida como Paz y Justicia. El Ejército federal, que permaneció seis años en la entrada de la comunidad, protegió a sus miembros "mientras los soldados nos vigilaban a nosotros", dice el ejidatario zapatista. "Los paramilitares están armados, controlan el teléfono y con el dinero del gobierno les dieron aparatos de radiocomunicación" y señala que se han reanudado los sobrevuelos y patrullajes militares, así como la instalación de retenes cada vez más cerca.
El 20 de junio llegaron dos camiones del Ejército Mexicano al crucero de Arimatea (a menos de tres kilómetros) para revisar pertenencias y tomar datos de los que pasaban.
En las afueras del Aguascalientes 5, en esta comunidad, se encontraba una de las siete posiciones del Ejército Mexicano que el EZLN demandó retirar, como una de las condiciones para reanudar el diálogo con el gobierno federal.
El 17 de enero de este año, las tropas federales levantaron su cuartel a orillas del hermoso río Bascán (o Bacán). "Desde entonces los priístas de la comunidad quedaron enojados. Ellos vendían a los soldados, fue su ventaja, y perdieron el negocio cuando el gobierno los quita del camino. En venganza los priístas exigen que se vayan los campamentistas".
Cabe señalar que aquí se encuentra un campamento civil que permaneció constante junto al Aguascalientes, en la otra orilla de la base militar durante los años de la ocupación. La presencia militar y la estrategia contrainsurgente afectaron la unidad comunitaria, dejando el peligro de una "bomba de tiempo" disfrazada de conflictos intracomunitarios. Una película que ya hemos visto.
"En la comunidad 20 de Noviembre los paramilitares tomaron ese acuerdo -prosigue Nicodemo- apenas empezamos a estar tranquilos las bases de apoyo zapatistas, y los priístas crean roce y empiezan con amenazas. Echan piedras a la escuela autónoma cuando hay clases, ya lastimaron un niño. Con resortera golpearon los vidrios de la clínica, y hace unos días rompieron a machetazos sus cables de luz. Tienen amenazado a un catequista de la comunidad tan sólo porque habló con la gente sobre el Plan Puebla-Panamá. Le pusieron un anónimo debajo de su puerta".
ƑQué mero piensa el gobierno que somos?
"Cuando aparecen cartas anónimas es que algo se está haciendo". Y agrega sombrío: "ya hemos recogido dos cadáveres", en recuerdo de los campesinos zapatistas asesinados en 1998, cuando aparecieron los paramilitares. José Tila fue ahorcado en el río y Trinidad Cruz asesinado a machetazos en el camino de la comunidad. Podemos decir que el grupo paramilitar crece. Seguro preparan algo. Se reúnen, patrullan los caminos", dice Nicodemo con seriedad muy próxima al enojo.
Durante la entrevista no sonríe, ni siquiera por amabilidad. Y recapitula:
"Después de que toma posesión Pablo Salazar, los de Paz y Justicia se calmaron. Con Albores tenían mucha fuerza. Pero al encarcelamiento de Samuel Sánchez (dirigente de Paz y Justicia en la zona norte) como que despiertan y se movilizan para protestar. Y cuando lo soltaron a Samuel con los otros de su grupo, aumentaron mucho su actividad.
"Se han reunido en nuestra casa ejidal, y en otras comunidades: Arimatea, Samaritano, Puyipá, 20 de Noviembre. Se van turnando, con el pretexto de discutir proyectos productivos. Tienen nuevos miembros en Babilonia, Naranjo, Belisario Domínguez, y 'ora en abril y mayo entraron en San Manuel y León Brindis. Se van juntando jóvenes que se portan raro, agresivos, distinto de lo que conocemos". Y apunta: "Tienen oficina legal en Palenque".
Aunque el declarante no hace referencia a la cuestión religiosa, en Roberto Barrios resulta evidente que los indígenas identificados con Paz y Justicia son presbiterianos y pentecostales, y los autónomos católicos. Algo similar a lo que ocurre en la zona chol del norte.
"Sabemos que en Paz y Justicia están divididos, pero aquí operan sólo brazos de un misma línea. Y agarran fuerza por los dineros del gobierno, que llegan a las comunidades para dividir, no para ayudar. Vemos el resultado. ƑSólo hacen caso a los que agarran proyectos productivos?".
Agrega otros hechos: patrullajes militares en las terracerías, movimientos grandes en Chancalá, revisión minuciosa de los campesinos en Palenque, hostigamiento.
"Antier sobrevoló un helicóptero. Es peligroso lo que pasa. La gente está trabajando. Ya estamos enfermos de vivir con ese miedo. No sabemos qué mero piensa el gobierno de nosotros en resistencia".
El destino de las cascadas
En el problema de las cascadas de Roberto Barrios se ilustra de manera ejemplar el entreveramiento de la paramilitarización, la militarización reactivada, el costoso sellamiento de la frontera sur anunciado por el secretario de Gobernación, la inversión contrainsurgente, la política privatizadora del Estado y el Plan Puebla-Panamá (PPP).
En esta comunidad tzeltal se localiza un conjunto de cascadas de singular belleza y en estado natural, frecuentemente comparadas, por su extensión, con las de Agua Azul, uno de los principales atractivos turísticos de Chiapas. Las cascadas de Roberto, o de Los Románticos, las llama indistintamente Bersabé, un muchacho de la comunidad, antes de tirarse a nadar bajo una blanquísima caída de agua. "Aquí vienen las parejas de novios" comentará luego.
Los usos tradicionales se modernizan; antes las parejas podían encontrarse a solas después de comprometidas: "Las cosas están cambiando. Somos de la nueva generación", celebra, de buen humor, rodeado por los velos blancos y las vastas pozas verdeazules de muchos metros de profundidad. Quiere la casualidad que en ese momento el sol se encuentre rodeado por los colores del arco iris en un gran halo cenital.
Intereses poderosos se ciernen sobre el paraje, a una hora por terracería de la carretera fronteriza. Propiedad ejidal del centenar y medio de familias de la comunidad (unos mil habitantes), está en las mira, según Nicodemo, "de unos empresarios de Monterrey que quieren construir un club de golf". No bien este enviado se pregunta si sabrá qué es el golf, Nicodemo parece leerme el pensamiento: "Los únicos terrenos planos como para eso quedan en el arrozal, nuestra parcela comunitaria.
"No queremos que nos pase como en Tepoztlán, donde quisieron hacer lo mismo. También sabemos lo que pasó en Amador Hernández, que los compañeros estuvieron en plantón más de un año para defender sus tierras. Sabemos que el gobierno puede expropiar, hacer federal por decreto, y darlo luego a los empresarios. Buscan la selva, el río, lo quieren hacer turístico, eso nos va a llevar a alguna destrucción".
Al respecto recuerda que mientras permanecieron río arriba, "los soldados ensuciaron mucho, no saben usar cosas reciclables".
"Ofrecen a los priístas aceptar el negocio", dentro de uno de los megaproyectos del PPP. En este punto de las denuncias encaja la amenaza anónima recibida esta semana por un catequista de la comunidad. "Sí que tenemos preocupación del plan, y como es muy comentado, tratamos de entender qué es eso. El compañero sólo informó los propósitos del plan, sin acusar a nadie. Pero ya vimos que el gobierno está atento de quién habla".
Poco después, el catequista recibió una página tamaño esquela donde lo acusaban de "confundir" a la comunidad con "mentiras" sobre el PPP, y en términos soeces lo amenazaban en su persona y su familia si seguía "con el engaño de los zapatistas". Quizás lo escribió alguien de la comunidad, reconoce Nicodemo, "pero las cosas que dice no son de aquí, el anónimo habla por otros".
"Cuando nosotros denunciamos, viene la amenaza. Puede venir la muerte. El PPP busca cosas bonitas para los empresarios. Queremos que se evite el daño. Aquí crecimos, el río es de todos".
Menciona más ejemplos de la ofensiva contra los indígenas: "Nos rompen la tubería del agua a los que somos bases de apoyo, nos provocan porque se sienten protegidos, quieren que nos peliemos".
En otros episodios, los simpatizantes de Paz y Justicia han afectado "la calle pública" y terrenos de los zapatistas, como recientemente hicieron los maestros oficialistas de la telesecundaria en el predio de un autónomo, presuntamente para ampliar el patio de homenajes. "Buscan la provocación".
Los monos saraguatos, que acostumbran bajar a las cascadas, rugen poderosamente en el cerro más próximo. Su canto ritual acompañó el transcurso de la entrevista, y así, como por azar, subrayan el tono severo del representante ejidal cuando concluye: "Lo del río que ni lo intenten. No va a pasar".