LUNES Ť 25 Ť JUNIO Ť 2001
BALANCE DE LA JORNADA
Ť Meza se fue con su cargamento de 11 derrotas en 19 juegos
Ť Bienvenida de optimismo al Vasco, igual a la que recibió Ojitos
Ť García Aspe y Arellano, premio a la indisciplina
Ť Cruz Azul, en la boca del lobo disputará la Copa Libertadores
CARLOS HERNANDEZ
Se fue Enrique Meza y terminó la era de los tolucos, como despectivamente llamaban los aficionados a la selección del Ojitos.
Meza vistió al Tri de escarlata, pero a los Diablos Rojos les pesó el uniforme nacional. Destacó entre ellos Víctor Ruiz, un implacable tirador a balón parado, pero que con la casaca verde ni siquiera podía superar las barreras.
También se fueron los elementos del América, que en la selección sólo prolongaron el mal nivel que habían mostrado en su equipo.
Duilio Davino, por ejemplo, se preocupaba más por su peinado que por marcar a los delanteros rivales, a los que sólo les veía el número en la camiseta cuando festejaban los goles.
Luis Hernández, en estos días jugando con el Galaxy, se limitaba a corretear a los defensas, cuando antes eran ellos los que sólo le veían el pelo güero al viento, en veloz escapada.
Y otro marginado fue Jorge Campos, que recuperó la titularidad en el juego ante Honduras, aunque sólo lo hizo para exhibir su falta de reflejos, en una muestra que sus mejores tiempos fueron cuando usaba sus coloridos uniformes.
Se fue Meza con un cargamento de derrotas: 11 caídas en 19 juegos. Perdió en sus últimos seis encuentros y tan sólo obtuvo cinco victorias, tres de las cuales fueron en sus tres primeros encuentros, sobre Ecuador, Bolivia y el recordado 7-0 a Trinidad y Tobago, cuando Cuauhtémoc Blanco recibió una falta que merecía cárcel para su agresor y le quitó al estratega una de sus principales armas ofensivas.
Después sólo le ganó 4-0 a Jamaica y 1-0 a Chile, en encuentro amistoso. Empató luego 1-1 en Trinidad y a partir de entonces sumó seis caídas al hilo; la última por 3-1 el pasado miércoles ante Honduras.
La derrota de San Pedro Sula, donde el Ojitos anunció su salida, pudo ser de auténtico escándalo, de no haber sido por la extrema confianza de los veloces delanteros catrachos en el disparo final y de un gol en tiro libre anotado, como triste despedida, por Víctor Ruiz.
Llegó Javier Aguirre y tuvo una bienvenida llena de optimismo, tal como se recibió al hoy vituperado Meza cuando sustituyó a un Manuel Lapuente ahora desempleado.
Como jugador, al Vasco le faltó técnica, pero le sobró entrega y carácter que contagiaba a sus compañeros. Y como entrenador, le dio al Pachuca su primer título en la Primera División.
Aguirre, por supuesto, no tiene la varita mágica para cambiar al Tri en una semana, pero en su primera lista hizo lo que tenía que hacer: borró toda huella del Ojitos; se arropó con sus conocidos Tuzos y convocó a los jóvenes cementeros que en la Libertadores han demostrado más agallas que elementos supuestamente fogueados.
Las únicas dudas sobre sus convocados son Alberto García Aspe y Jesús Arellano. Parecen un premio a la indisciplina, ya que el Beto, por medio de su promotor y directiva pidió no ser llamado, mientras el Cabrito desairó al Tri por arreglarse la dentadura.
Pero todo sea por contar otra vez con alguien de carácter al medio campo y con otro que desborde y no tenga miedo cuando recibe la pelota.
El Tricolor del Vasco Aguirre tendrá la segunda vuelta del hexagonal para salir de la quinta posición y ubicarse entre los tres primeros sitios, aunque Estados Unidos tiene casi en su poder el primero de tres boletos para la región.
Los aficionados futboleros, dignos de mejores causas, ya fueron convocados para recibir al domingo en el Azteca a los hoy peligrosos gringos. Un triunfo será fundamental en la lucha por clasificar, pero sobre todo para levantar el ánimo en jugadores y afición.
Los que deberán mostrar más que optimismo son los cruzazulinos, que en su cancha decepcionaron al caer 0-1 ante el marrullero Boca Juniors y este jueves, literalmente, se meterán a la boca del lobo para buscar una hazaña que parece (casi) imposible.