LUNES Ť 25 Ť JUNIO Ť 2001
Jenaro Villamil
Tv, Ƒinterés público o discrecionalidad política?
šQué bueno que el consejero jurídico del gobierno federal haya establecido que la industria de la radio y la televisión en México constituye una actividad de interés público!, al responder a la información sobre el reciente decreto expropiatorio que benefició a Tv Azteca, publicada en La Jornada el pasado martes 19 de junio.
Por lo menos, el consejero ha estipulado un criterio jurídico distinto al que considera a esta industria simplemente como un servicio público concesionado, criterio que, por cierto, permitió el control político de la radio y la televisión durante el régimen priísta y sentó las bases del poderío empresarial, prácticamente sin contrapesos de los concesionarios.
ƑQuiere decir, entonces, que las mismas facilidades que ha tenido la empresa de Ricardo Salinas Pliego para obtener un terreno de mil 800 metros cuadrados serán las mismas que tendrían la radio y la televisión comunitarias por las que pugnan las comunidades indígenas? ƑSignifica que el gobierno federal también está dispuesto a abrir el debate sobre la incorporación de consejos ciudadanos de programación y de productores independientes en la industria televisiva considerada, ahora sí, de interés público, y no un mero negocio sin más regulación que la estipulada desde 1960 en la Ley Federal de Radio y Televisión? ƑSignifica que Tv Azteca, ahora sí, dejará de ser la reproductora de la visión mediática superficial y mercantilista y de los intereses de la familia Salinas para abrirse a la sociedad, a los propios ejidatarios de Cuautepec, a quienes se les expropiaron los terrenos por razones de interés público?
Ojalá y las respuestas a estas interrogantes ayuden a abrir la relación entre gobierno, empresas televisivas y sociedad. De lo contrario, estaremos simplemente presenciando un capítulo más de acuerdos discrecionales entre el poder político y el poder televisivo para pagar y comprar favores empresariales y mediáticos, para reproducir la vieja historia de los concesionarios como "soldados del Presidente" o, al revés, para inaugurar una etapa del mandatario como escudero de los concesionarios.
La historia de Tv Azteca es prolífica en operaciones poco claras para financiarse, en favores gubernamentales para fortalecerse, en litigios jurídicos con sus ex socios -NBC y CNI Canal 40- y en presiones mediáticas -incluyendo el linchamiento- para promover sus peculiares intereses. En sus siete años de existencia, la discrecionalidad ha sido el sello de la relación entre esta empresa y el poder político.
Basta recordar el origen de la adquisición de las concesiones de Canal 13 y Canal 7, el 18 de julio de 1993. El grupo Radio Televisora del Centro, encabezado por Ricardo Salinas Pliego, se impuso a otros consorcios como Cosmovisión, Geo Multimedia y Medcom, con mayor experiencia en el manejo de la televisión comercial que el grupo encabezado por el dueño de la cadena Elektra, quien ofreció una elevada oferta de 641 millones de dólares. Tres años después se confirmó que detrás de la operación estaba un fondo de inversiones en el cual participó el hermano incómodo, Raúl Salinas de Gortari. El propio Ricardo Salinas reconoció después que los casi 30 millones de dólares formaban parte de un "préstamo" que le ayudó a financiar la compra del canal. Por supuesto, nunca se argumentó que este préstamo era de "interés público".
En siete años, la habilidad política y empresarial le ha permitido al consorcio de los Salinas obtener otras concesiones en el ramo de la telefonía inalámbrica digital y los servicios restringidos de televisión, así como expandirse hacia el ramo de los servicios de transferencia de dinero a Estados Unidos y de radiolocalización. En 1999, obtuvo el derecho a explotar la frecuencia de 1.9 gigahertz de telefonía móvil, y las de 3.4 y siete gigahertz, con las cuales opera la empresa Telecosmos, una escisión de Unefon, que mantendrá la frecuencia de 3.4. Gracias a esta concesión, Salinas Pliego planea suministrar servicios de Internet rápido con los suscriptores de Unefon. Sus negocios se han expandido al extranjero, con la participación de 20 por ciento en la cadena de estaciones norteamericanas Pappas Telecasting, definido como uno de los planes más ambiciosos para los próximos cinco años.
Con tal perfil empresarial, uno no percibe dónde está el interés público que le permitió a Tv Azteca obtener estos terrenos a un precio irrisorio de 1.40 pesos por metro. A pesar de eso, el consejero jurídico del Ejecutivo federal nos explica que la expropiación les permitirá a los ejidatarios "recibir la indemnización que por ley les corresponde, a su valor comercial". También se podría recomendar un programa especial en la serie El ojo del huracán, dedicado recientemente a revivir el melodrama Trevi-Andrade, que por supuesto también es de interés público.