LUNES Ť 25 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Consolidaría la libertad de expresión, aseguran concesionarios de radio y televisión
Autorregulación de los medios, bandera de la CIRT
Ť El gobierno señala que sin la supervisión oficial, la medida no funcionaría
ALONSO URRUTIA
Hacer a un lado el papel de Radio, Televisión y Cinematografía, organismo dependiente de la Secretaría de Gobernación, para adjudicarse la responsabilidad de la "autoclasificación de materiales difundidos por las televisoras", es uno de los puntos centrales que reivindica la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión, y que ha propuesto en la mesa para la reforma de los medios electrónicos.
A juicio de los concesionarios de radio y televisión, la medida que permita la autoclasificación sería un punto medular para consolidar la libertad de expresión. A cambio, ofrecen compensaciones: un ejercicio responsable de este derecho y mantener algunas disposiciones ya obligatorias, como la difusión de boletines gubernamentales de "notoria urgencia" a través de sus frecuencias concesionadas.
Originada en la reticencia de los concesionarios a admitir la instalación del Consejo Nacional de Radio y Televisión (CNRT), que estipula la ley en la materia, la citada mesa ha sido el espacio para que, entre otros aspectos, la CIRT profundice en su concepto de autorregulación como punta de lanza para la desregulación de los medios electrónicos.
En el documento que ha sido presentado por la CIRT en la mesa dedicada al análisis del capítulo Programación derivada de lo establecido en la Ley Federal de Radio y Televisión, destaca su propuesta de replantear todo lo ahí contenido para, según advierten, "adecuarlo a los tiempos que estamos viviendo."
Aunque hasta ahora la propuesta de la CIRT se discute a nivel de una de las mesas, la Secretaría de Gobernación ya ha fijado una postura frente a la llamada autorregulación, que ha sido la bandera de los concesionarios: "autorregulación sin una regulación gubernamental, no funciona".
El anuncio de la creación del Consejo de Autorregulación realizado por la CIRT ante el presidente Vicente Fox hace poco más de dos meses, fue la carta usada por los concesionarios para oponerse a la instalación del CNRT, situación que derivó en una negociación que dio origen a las mesas para la reforma de los medios electrónicos.
Lo concerniente a la programación está establecido en los artículos 58 al 80 de la Ley Federal de Radio y Televisión. En ellos se establece la libertad de programación, aspectos para la programación infantil, tiempo del Estado, encadenamientos, transmisión gratuita de boletines en caso de notoria urgencia, regulación de concursos, transmisiones provenientes del extranjero o en idioma distinto al español, bases para la propaganda comercial y los lineamientos para los contenidos.
La sobrerregulación
Para los concesionarios esto forma parte de lo que definen como sobrerregulación de los medios de comunicación, a la que es necesario ponerle fin para dar paso a la nueva realidad nacional y a un pleno ejercicio de la libertad de expresión.
Es así que en su propuesta definen las nuevas líneas que debe contener el marco jurídico que rige la programación de las concesionarias y que se resume en: desregulación de trámites y la autocasificación de materiales.
El documento de la CIRT señala que los concesionarios ejercerán este derecho responsablemente y avalan que la autoridad competente -la Secretaría de Gobernación- sea la instancia que fije los lineamientos y criterios generales de clasificación para ser aplicados por los propios concesionarios a sí mismos.
Advierten que dichos criterios deberán establecer de manera "clara, precisa y abierta que se fijen los diversos tipos de programación, así como, parte fundamental de esta propuesta, los correlativos al horario de transmisión."
La propuesta de la CIRT destaca en mayúsculas lo relativo al horario de programación y que ya provocó un enfrentamiento entre televisoras y la Secretaría de Gobernación, con los denominados talk shows.
La demanda de Gobernación para sacar del aire los talk shows del horario considerado dentro de la barra infantil, encontró la indiferencia de Tv Azteca. Cuatro meses después de que estallara la polémica en torno al denominado Cosas de la vida, éste sigue transmitiéndose en el horario determinado por la televisora, mismo que no modificó ni con los apercibimientos oficiales.
Este capítulo referido al horario de transmisión forma parte de lo que los concesionarios definen como "sobrerregulación de los medios de comunicación electrónicos", al establecer una serie de autorizaciones que se tienen que tramitar ante la autoridad respectiva, como son los casos de las transmisiones del extranjero o las que se realizan en idioma distinto al español.
Aunque sin señalarlo expresamente, la demanda de los concesionarios implicaría la derogación del artículo 65 de la Ley Federal de Radio y Televisión, que señala: "la retransmisión de programas desarrollados en el extranjero y recibidos a través de cualquier medio por las estaciones difusoras o la transmisión de programas que patrocine un gobierno extranjero o un organismo internacional, únicamente podrán hacerse con la previa autorización de la Secretaría de Gobernación".
Asimismo, señala que en lo que corresponde a la clasificación de materiales -películas, telenovelas, series filmadas, teleteatros-, su regulación se establece en el reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión, donde se señala que es necesaria la tramitación de autorizaciones.
Al respecto, plantean que es necesario que se regule conforme al Reglamento del Servicio de Televisión y Audio Restringido, donde la Secretaría de Gobernación tiene encomendado expedir lineamientos para horarios y clasificaciones de la programación y "es el concesionario el que ajusta sus materiales a dichos principios".
En la propuesta, la CIRT no pone objeciones sobre los mecanismos del Estado a los medios de comunicación contemplados en la ley -tiempos del Estado, encadenamientos y transmisión de boletines de notoria urgencia-, mismos que considera adecuados, ya que con ello "los medios de comunicación cumplen parte de su función social, al hacer llegar al auditorio programación de índole cultural, deportiva, educativa y hasta política o bien mensajes de importancia que requieren ser del conocimiento público."