DOMINGO Ť 24 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Planean crear club universitario del juego ciencia

Presentan en la UNAM obra de teatro basada en partida de ajedrez

ARTURO CRUZ BARCENAS

Radio UNAM festeja en estos días el 64 aniversario de su fundación y en la propia alma mater se desarrolla un amplio programa que tiene la característica que le ponen los alumnos y profesores: la imaginación. Destaca La inmortal, obra de teatro sustentada en la partida de ajedrez del 21 de junio de 1861, en Londres, Inglaterra, entre Adolf Anderssen y L. Kieseritky; el trabajo escenográfico ha sido cuidado con esmero por los docentes Enrique Dufó (coordinador de producción) y Netzahualcóyotl Galván, éste de amplia experiencia y conocimiento pictóricos.

AJEDREZUNAMEl teatro al aire libre: el campus, el verde que te quiero verde acentuado por las lluvias. A un lado las joyas de lava del Xitle, chavos kateando, alumnas poniéndose más guapas a punta de subir y bajar escaleras, parejas besándose, tocándose sin inhibiciones, importándoles poco miradas de lascivia ajena.

El ajedrez es un juego de reyes y enaltece a quien lo practica, pues le limpia la mente. "Si Lenin no hubiera sido político, hubiera pasado a la historia como ajedrecista", decían los amigos de Filosofía y Letras en los ochenta, en el pasillo bautizado por los estudiantes como El Aeropuerto. Eran días de aprender a tomar vino y jugar ajedrez.

Hoy, la Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas de la UNAM tiene 840 alumnos inscritos en su área de ajedrez y a los torneos que la dependencia organiza en las facultades y escuelas acuden a competir cien jóvenes, en promedio. Para alentar este juego que hace huir los malos pensamientos, la denominada máxima casa de estudios tiene el proyecto de crear un club en cada preparatoria y CCH.

Las autoridades de la DGADR dicen que el nivel de juego de unos 20 jóvenes es alto. Inclusive le podrían ganar a Marcel Sisniega, añaden, quien ayer se enfrentó a 16 chavos en una partida múltiple, en el Frontón Cerrado, con una escenografía -de Dufó y Galván, ambos profesores de la ENAP-? que recordaba la gala de batallas medievales inglesas o francesas.

Afuera

Treinta jóvenes disfrazados de piezas de ajedrez se enfrentaron en La inmortal, esa lucha por el campeonato mundial del juego ciencia entre Anderssen y Kieseritky. ¿Blancas o negras? Cada movimiento fue mencionado como en un guión por Radio UNAM. El ajedrez es matemático y las reglas son, en un sentido, rígidas. Todo lo demás es estrategia y, como dijera Eliot, cosa del destino.

Ocho columnas y ocho filas. El campo de batalla delimitado. Los pensamientos de los contrincantes en off, en voz alta. Tal es el recurso dramático. Andersen mira el tablero de escaques blancos y negros. Las poses son tan intelectuales, meditabundas. El gordo Kieseritzky resopla. Las torres y las damas, los peones, los alfiles, la peligrosa dama negra, el presumido rey (los dos son iguales)... por allí los caballos, esos que apoyaron a Napoleón en sus combates; el estratega entendió el juego en serio del ajedrez.

En esta partida inmortal ganó el ajedrez. Borges (en su poema Ajedrez) escribió: "En su grave rincón, los jugadores/ Rigen las lentas piezas. El tablero/ Los demora hasta el alba en su severo/ Ambito en que se odian los colores". El Borges nuestro es Juan José Arreola, que alguna vez dijo que los mexicanos deberían jugarse el sino de otra manera que no sea un volado, al águila o sol. ¿Qué tal retar al futuro con una partida de ajedrez?

El texto de la puesta en escena es de Morelos Torres, estudiante de posgrado de historia.