SABADO Ť 23 Ť JUNIO Ť 2001

Homicidas liberados

En GB, asesinos de un niño "dejaron de ser peligrosos" al cumplir 18 años

AFP, DPA Y REUTERS

mdf14397_s0Londres, 22 de junio. Robert Thompson y Jon Venables, ambos de 18 años de edad, se reintegrarán a la sociedad con identidades falsas al igual que sus familiares, cambiarán de residencia y recibirán protección policial por el resto de sus vidas, una vez que sean excarcelados, en los próximos días, tras haber pasado menos de nueve años en instituciones correccionales.

Ambos fueron condenados a cadena perpetua por el brutal asesinato, en 1993, de James Bulger, de dos años. Posteriormente se decidió que su juicio fue injusto y se designó una comisión para analizar el caso, y recientemente determinó que los jóvenes deben ser liberados, pues ya no representan un peligro para la sociedad, pese a haber cometido lo que los ingleses consideraron uno de los peores crímenes de su historia, tanto por la edad de los dos acusados como por la violencia que lo caracterizó.

El ministro del Interior británico, David Blunkett, anunció esta decisión, a la que según encuestas se opone la mayoría de los ingleses, y aseguró que ambos jóvenes "no son completamente libres. Estarán en libertad condicional el resto de sus vidas y pueden ser llevados de nuevo a prisión si hay el menor indicio de que son peligrosos".

Explicó que los condenados no podrán entablar contacto con la familia Bulger ni acercarse al área de Liverpool. Los medios de comunicación tienen prohibido publicar cualquier dato sobre el nuevo lugar de residencia o la identidad de Venables y Thompson.mdf14404_s0

Cuando se comprobó que los autores del asesinato eran, efectivamente, estos niños, decenas de uniformados tuvieron que controlar a una multitud furiosa que intentaba linchar a los menores, y que persiguió y apedreó la camioneta policial durante el traslado a prisión.

Blunkett afirmó: "El asesinato del pequeño James Bulger fue una tragedia para su familia y para el país entero. Pero no es de interés público ensañarse con los autores de ese asesinato ahora que la justicia ha decidido que para proteger a la sociedad no es necesario mantenerlos en prisión".

Denise, madre de James, afirmó sentirse "devastada" ante esta decisión que, dijo, demuestra que después de un asesinato de esa naturaleza se puede tener una vida normal bajo protección.

Harry Fletcher, del sindicato de policías responsables de personas en libertad condicional, afirmó sin embargo que es improbable que los dos jóvenes se mantengan en el anonimato, y que pese a todas las precauciones, mucha gente los descubrirá.

"No se puede pedir a agentes policiales que los vigilen sin saber quiénes son realmente. ƑQué pasará si uno de ellos empieza a salir con una muchacha? ƑHabrá que advertirle sobre su verdadera identidad?", se preguntó.

En 1968, Mary Bell, de 11 años, fue encarcelada por el asesinato de dos niños; tras 12 años de prisión reanudó su vida bajo una nueva identidad, pero hace tres años un libro sobre su historia permitió a los medios de comunicación descubrirla. Desde entonces la ahora madre de una niña vive escondida y bajo constante vigilancia policial.

En 1993, cuando ambos tenían 10 años, Thompson y Venables sacaron a James Bulger, de dos años, de un centro comercial. Invitaron al pequeño a jugar afuera, como lo comprobó una cámara de seguridad que captó la imagen de James siendo llevado de la mano por uno de sus captores mientras que el otro va unos pasos adelante.

Una mujer atestiguó haber visto a los tres niños a unas cuadras del centro comercial y notó que el más pequeño lloraba. Los niños mayores dijeron que el bebé se había perdido y que lo llevaban a la comisaría policial para dejarlo ahí.

Los menores condujeron a James a un depósito de trenes donde le echaron pintura en espray en la cara, lo golpearon con tubos y ladrillos hasta matarlo. Luego colocaron el cuerpo sobre la vía del tren. Cuando el cadáver fue encontrado, ya había sido arrollado. La fiscalía argumentó esto como prueba de que los niños trataron de borrar las huellas de su crimen, y por lo tanto hubo premeditación y alevosía.

Si bien nunca se aclaró el móvil del asesinato, los jueces señalaron que tres semanas antes, el padre de Venables había alquilado la película de terror Juego de niños III, en la que un muñeco viviente es secuestrado por dos niños, le echan pintura en la cara y lo dejan en las vías para que un tren lo aplaste.